Mientras los números de la industria dan a la baja en todos los sectores, el comercio exterior argentino arrojó un superávit de casi US$ 1200 millones, según destacó Ecolatina en su último informe. No obstante, tanto las exportaciones como las importaciones mermaron.
El dato de 2019 se contrapone a marzo de 2018, cuando la balanza fue deficitaria en US$ 550 millones.
“Lamentablemente, esta dinámica positiva obedeció al desplome de las importaciones (-33,7% interanual), ya que las exportaciones también se contrajeron en la comparación interanual (-5,0%)”, explicó la consultora.
Las ventas externas aumentaron en cantidades (0,3%) pero cayeron un 5,2% en valores.
“En este punto, vale señalar el deterioro de los envíos a Brasil (-13%), ya que el resto de los principales destinos mostraron un avance. El retroceso constante de las expectativas de crecimiento de nuestro principal socio comercial es una mala noticia, dado que obliga a fortalecer nuevos destinos y mercados en un contexto interno recesivo; es decir, añade un foco de conflicto más en momentos de demanda interna anémica”, contextualiza el informe.
Acumulado
La balanza comercial de bienes, en lo que va del año, acumula un saldo positivo de US$ 2000 millones, y revierte así un déficit de US$ 2400 millones registrado en el primer trimestre de 2018.
De nuevo, el resultado se explica “íntegramente en el retroceso de las importaciones (-28%), ya que las exportaciones caen 2,3% en relación al comienzo de 2018”, agrega Ecolatina.
Proyecciones
Ecolatina mantiene su estimación para 2019 de US$ 8500 de superávit comercial.
Las exportaciones aumentarían un 7% gracias a una cosecha récord “y el excedente exportable que está dejando un consumo interno deprimido sumado a un tipo de cambio más competitivo a lo largo del año”.
Las importaciones, a su vez, caerían un 12% este año por la recesión y su impacto en la demanda interna.
Positivo, pero…
“Considerando la importante necesidad de dólares genuinos que posee nuestro país (fundamentalmente, para el pago de intereses de la deuda), este resultado positivo es una buena e importante noticia”, valora Ecolatina.
Sin embargo, complementa el dato con el siguiente análisis:
“La política errática del gobierno nacional, la falta de previsibilidad sobre la evolución del tipo de cambio real –que una vez más parece ser una variable secundaria en un año electoral- y que parte del objetivo fiscal se intente alcanzar a través de una mayor carga impositiva para los exportadores y un freno a las mejoras en infraestructura (doble golpe a la competitividad no cambiaria) no aportan perspectivas optimistas de cara al corto plazo: en cuanto la actividad económica comience a recuperarse, reaparecerán los viejos problemas y el déficit comercial no tardará en volver a manifestarse”, concluyen.