El experto brasileño Thiago Péra, investigador de Esalq-LOG, manifestó que el recurso a buques de mayor porte cooperarían en una reducción de los costos de exportación de la soja de Brasil a China en un 14%, en el marco de acciones logísticas no sólo comerciales sino también más amigables con el medio ambiente.
“Existen numerosas formas en que Brasil, como país de agronegocios, puede contribuir a la descarbonización de la cadena de la soja, incluida la mejora de la eficiencia energética de los camiones, el cambio de tipos de combustible, la sustitución del uso de camiones por vías fluviales y ferrocarriles, y el cambio de los propios buques”, explicó Péra.
El especialista recordó que un estudio realizado arrojó que, en Brasil, entre el 70 y 80 por ciento de los costos logísticos asociados a la exportación de soja son internos, y se generan en el transporte interior a los puertos brasileños.
“Sin embargo, cuando se trata de emisiones de gases de efecto invernadero, particularmente dióxido de carbono, los números se invierten: la mayoría ocurre en el transporte marítimo, y el resto ocurre en el interior”, manifestó.
Capacidad
La exportación agroindustrial brasileña se realiza eminentemente en buques Panamax, con una capacidad de bodega que oscila entre los 60 mil y 70 toneladas: “Mientras tanto, otros segmentos utilizan embarcaciones más grandes, como los barcos Capesize, que pueden manejar más de 100.000 toneladas por viaje”, explicó.
De acuerdo con su explicación, el uso de los Capesize redundaría no sólo en beneficios ambientales, sino también económios: “Se reducirían las emisiones en casi un 30%, y los costos de exportación de soja a China en alrededor de un 14 %”, advirtió.
Actualmente, sólo algunas terminales de Espíritu Santo y la Terminal Portuaria de Alcântara en San Luis (Maranhão) pueden operar este tipo de buques, que precisan un calado de al menos 15 metros.