El presidente Jair Bolsonaro firmó el decreto 10.786, y dio por terminado el acuerdo bilateral de transporte marítimo con la Argentina.
Con la publicación el 6 de septiembre pasado en el Diario Oficial de la Unión, Brasil termina así con un marco normativo de más de 30 años con la Argentina, suscripto en 1985. El acuerdo cesará oficialmente de existir el 5 de febrero de 2022.
Asimismo, la decisión brasileña da por terminado también el acuerdo de transporte que mantenía con Uruguay, que vence en octubre próximo.
El decreto “hace pública la decisión de la República Federativa de Brasil de no renovar la vigencia del Acuerdo entre la República Federativa del Brasil y la República Oriental del Uruguay sobre Transporte Marítimo, suscrito en Rivera, el 12 de junio de 1975, y el Acuerdo sobre Transporte Marítimo entre la República Federativa de Brasil y la República Argentina, suscrito en Buenos Aires, el 15 de agosto de 1985”.
La decisión federal brasileña fue largamente criticada por el sector armatorial de ese país, que ve en el tráfico con la Argentina una extensión de su cabotaje, y un negocio por el que percibe divisas y donde podía, hasta ahora, competir con los jugadores internacionales del mercado naviero.
Apertura
Si bien Bolsonaro había manifestado su intención de no renovar el acuerdo, y había comunicado su intención a través de los canales diplomáticos, la marina mercante brasileña guardaba esperanzas de obtener un período de “transición” a la apertura irrestricta que promueve el gobierno brasileño a los servicios de transporte marítimo internacionales. Incluso, el sector empresario había obtenido el beneplácito del Ministerio de Infraestructura y de Antaq para seguir trabajando en el tema.
Por el lado de la marina mercante argentina, el bilateral era uno de los negocios a partir del cual podría regenerarse el sector, pero donde no pudo desplegar mayor oferta de bodega debido a la costos estructura operativa que impone el sistema impositivo y laboral argentino. Los empresarios argentinos realizaron ingentes gestiones ante la Cancillería para intentar prorrogar el acuerdo, pero en sede diplomática informaron que era imposible dar vuelta una decisión unilateral de estas características.
Con este desenlace, la marina mercante argentina espera un plan oficial de reactivación, promoción y puesta a punto de la competitividad del sector, ante la pérdida del tráfico bilateral.