Peor que dejar pasar las oportunidades que se presentan con cada crisis es no aprender de éstas.
La pandemia enseñó -como ningún otro fenómeno antes en la historia del comercio internacional contenedorizado- los niveles de fragilidad que tiene la cadena de transporte: apenas un nuevo caso positivo en un puerto de China lleva a su cierre y desencadena un efecto dominó de congestión portuaria en todo el mundo, escalas suspendidas, fletes marítimos por las nubes, colas de camiones y faltante de equipos.
Las cadenas de producción se demoran (o interrumpen en el peor de los casos), los contratos se incumplen, los consumidores no encuentran mercadería y la inflación está a la vuelta de la esquina. Este fenómeno, eminentemente global, se percibe sobre todo en los países que no diversifican sus opciones logísticas o que no tienen un desarrollo intermodal a tono con el presente.
Estos fueron algunos de los temas que trataron días atrás durante una presentación virtual, con varios países de América Latina, empresarios, logistas y transportistas al presentar las posibilidades que brinda la adopción regional del contenedor de 53 pies, el mismo que se utiliza en mercados como Estados Unidos, recorriendo costa a costa, y sirviendo como abastecedor del comercio interior.
Cargadores y transportistas
Participaron de la reunión directivos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac, que agrupa a las cámaras empresarias que realizan el transporte terrestre); la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME); la Cámara Empresaria del Transporte Automotor de Cargas Regional Sureña (Cetac); la Corporación del Comercio, Industria y Servicios (CCIS), de Bahía Blanca, y la Asociación Intermodal de América del Sur (AIMAS), y sus pares de América Latina.
La directora de Transporte Internacional de Fadeeac, Silvia Sudol, manifestó que “el contenedor de 53 pies demostró se run aporte importante a la cadena de suministro global, implementándose desde hace décadas en Estados Unidos pero también en Canadá, México y más recientemente en Brasil”.
“La propuesta de AIMAS es una oportunidad para avanzar en este sentido en toda la región. Fadeeac mira con interés esta idea y acompaña la iniciativa. Para eso consideramos importante llevar la propuesta a espacios regionales como el Subgrupo de Trabajo n° 5 de Transporte del Mercosur, el Consejo Empresarial del Transporte de Cargas por Carretera del Mercosur (Condesur), la Aladi y y también a entidades empresarias regionales como la Cámara Interamericana del Transporte (CIT)”, expresó la directiva.
Autorizar la circulación
Los empresarios proponen que los países del Cono Sur autoricen la circulación de semirremolques portacontenedores de 53 pies (o 16,15 metros, sólo 65 centímetros más que los camiones actuales), y que el contenedor de esa medida sea de libre tránsito económico, pues es tan sólo la cubierta que protege la carga.
Tal como señalaron, las aduanas no realizaban ningún tipo de planteo administrativo a las cajas de madera o tablones que protegían a la carga general. “El contenedor es lo mismo, una cubierta”, expresaron los directivos de AIMAS.
El uso y costumbre actual de utilizar el “contenedor marítimo” para el transporte interno de mercaderías no sólo evidencia en el contexto actual su extrema limitación, sino que no puede ignorarse que pertenecen a las compañías marítimas, una industria altamente concentrada.
Lo que todavía “no se aprendió” dentro de la cultura actual del comercio y el transporte es la actividad económica doméstica (e incluso el comercio entre fronteras terrestres) “no tiene su propio contenedor” para satisfacer la demanda terrestre y regional.
Desafíos
De acuerdo con la presentación, el desafío del contenedor de 53 pies tiene dos frentes muy claros:
- El primero es que el intermodalismo, con el contenedor, comience a expandir el beneficio en productividad y reducción de costos y huella de carbono en el mercado interno de los países y las regiones.
- El segundo es que, siguiendo la historia de ese contenedor en los 4 países de América que ya lo tienen, la propiedad será de múltiples empresas del ferrocarril, el transporte automotor y la logística. “Definitivamente, un modelo competitivo”, sostuvieron.
Los especialistas subrayaron la necesidad de que la adopción de este equipo sea continental “de modo tal que cada país vecino también pueda intercambiar con el mismo estándar en camiones, barcos y trenes y, en el mediano a largo plazo, también bajar costos y aumentar productividad con menor impacto ambiental por pallet en el mercado oceánico, pero ese será un segundo paso, aunque no en demasiado tiempo”.
“La propuesta no pretende reemplazar al contenedor de 40 pies ni al de 20, sino expandir el uso del contenedor hacia un mercado logístico mucho más amplio que el de los buques. Un mercado que por 65 años, al menos en 190 países del Mundo, no fue atendido”, manifestaron.
Presentación
En la reunión estuvieron presentes el presidente de CAME, Alfredo González, quien expresó la necesidad de disponer del nuevo equipo para las pymes y manifestó que sumará esta iniciativa al trabajo que ya están realizando en conjunto con Fadeeac.
Por Fadeeac se expresaron técnicamente la Silvia Sudol y Carlos Gutiérrez García, así como también el presidente de la CETAC Regional Sureña de Bahía Blanca, Cristian Sanz, quien enfatizó que el sector empresarial del transporte automotor de Argentina y de la región tienen una trayectoria de innovación e inversión permanente, por lo que es amplio el interés en invertir en el uso de esos contenedores, al tiempo que ratificó el compromiso de trabajar junto a AIMAS y CAME para lograr la habilitación de los equipos en el país y en la región.
Al cierre de la reunión se presentó un plan de acción colectiva para los próximos 30 días, que avanzará en la realización de un concilio a mediados de diciembre y otro más amplio en junio de 2022. En los próximos meses, los equipos técnicos y los dirigentes empresarios realizarán sesiones de trabajo para proponer a cada país que habiliten la circulación del contenedor de 53 pies.