Había un clima de alta efervescencia anoche, en La Rural. El cumpleaños 40 del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) convocó a cientos de representantes del mundo de la diplomacia, la economía y la política (aunque varios de los convidados de este sector se dieron de baja a último momento).

Si bien el aniversario del reconocido think tank era el motivo de la reunión, el alboroto y tema principal de conversación de la noche fue el de “los cuadernos de la corrupción”, la investigación realizada por el periodista Diego Cabot que disparó un proceso judicial que se inició formalmente anteayer y que lleva más de una decena de empresarios ligados a la obra pública y funcionarios de la administración kirchnerista detenidos.

El fiscal del caso, Carlos Stornelli, fue el gran protagonista de la velada. Es más, algún desprevenido hubiera podido pensar que lo que se festejaba era un matrimonio y el fiscal era el flamante esposo: tanto en el cocktail de recepción como durante la comida que se sirvió en el salón principal de La Rural, fue el centro de atracción.

Laura Alonso, titular de la Oficina Anticorrupción, anoche, en la comida por el 40 aniversario del CARI, con el fiscal Carlos Stornelli. La OA analiza ser parte de la causa judicial que lleva adelante el juez Claudio Bonadío por “los cuadernos de la corrupción”.

¿Por qué Centeno (el chofer de Roberto Baratta, segundo de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación durante los años del kirchnerismo) registró “obsesivamente” toda esa información en cuadernos? ¿La Justicia trabaja sobre los cuadernos originales o con copias? ¿Es relevante ese dato para la causa? ¿Cuál es el futuro de la ex presidenta Cristina Kirchner (citada para declarar el 13 de agosto)? ¿Puede ser este el comienzo de un Lava Jato a la Argentina?

Sin importar de quién se tratara, el que tenía oportunidad de charlar aunque más no fuera dos minutos, se abalanzaba sobre el fiscal intentando saber algo más del caso.

Así fue como se lo escuchó a Stornelli asegurar una y otra vez que no importa si no aparecen los cuadernos originales (la Justicia trabaja con copias que le entregó Cabot), porque Centeno admitió su autoría, y que alrededor de la mitad de la catarata de datos que aparecen en el “anotador, seis cuadernos espiralados y uno azul de tapa dura” que el periodista describe en sus notas de La Nación, ya fueron corroborados.

De la Quinta de Olivos a un hospital

Por ejemplo, se escuchó relatar al fiscal cómo se cruzaron algunas de las anotaciones de Centeno en los cuadernos con libros de registros de visitas de la Quinta de Olivos y hasta de entidades de la salud.

En una determinada fecha, el ex chofer de Baratta relata que luego de recolectar bolsos en ciertas direcciones, fueron a un centro asistencial en el que se encontraba internada la madre de De Vido o que en tal día, a tal hora, fueron a la residencia presidencial de Olivos a llevar bolsos con equis cantidad de dinero. Ambas cosas coinciden con los registros oficiales de visitas en un caso e internación, en el otro, según comprobaron los investigadores judiciales.

¿Qué pidió Centeno a cambiar de prestar colaboración? Protección para sus 15 hijos (13 biológicos y dos de crianza). El hombre que hasta hace unos días siguió recibiendo un sueldo mensual de alrededor de 30.000 pesos de manos de Baratta, tenía temor cuando llegó a Tribunales. Apenas se quedó solo, en una sala, pidió que le sacaran al abogado defensor que tenía. “Estaba bancado económicamente por la misma gente a la que Centeno involucraría en su declaración. Lo habían puesto ahí para asegurarse de que no hablara. Se le designó un defensor oficial y dimos la orden de que quedara aislado y con custodia especial para que estuviera tranquilo. A pesar de eso, a la madrugada, apareció una supuesta abogada de la familia que intentó verlo”, relató Stornelli a algunos comensales que participaban del agasajo del CARI.

¿Y cómo es la actitud de los empresarios? El fiscal cree que por ahora tanto los empresarios como sus abogados “subestiman” la importancia del caso y por eso cuando se les preguntó por lo que había en los famosos bolsos denunciados en los cuadernos de Centeno, algunos se permitieron responder cosas como que allí transportaban “la ropa para ir a nadar”.

El presidente del CARI, Adalberto Rodríguez Giavarini, destacó que el think tank “ha sido siempre un puente hacia el mundo para integrarnos a él pluralmente desde nuestra cultura e interés nacional”

Los 40 años de CARI

En la mesa principal, junto al presidente del CARI, Adalberto Rodríguez Giavarini, se ubicaron los ministros Javier Iguacel (Energía) y Luis Miguel Etchevehere (Agroindustria), el embajador Pedro Villagra Delgado (sherpa del G20), Roberto Lavagna (ex ministro de Economía), Eduardo Menem (ex senador nacional), y Adelmo Gabbi (presidente de la Bolsa de Comercio), entre otros.

Rodríguez Giavarini, ofició de maestro de ceremonias. El ex canciller dijo que a lo largo de sus 40 años de vida, “el CARI ha sido siempre un puente hacia el mundo para integrarnos a él pluralmente desde nuestra cultura e interés nacional”, y luego fue presentando al resto de los oradores de la noche.

Primero se proyectó un video con el saludo de Richard Haass, presidente del Council for Foreign Relations (que al mismo tiempo lidera el Consejo de Consejos, que integra el CARI). Tras los formales buenos deseos para “los próximos 40 años y más” de la institución elegido como el cuarto mejor think tank de América Central y del Sur, según un ranking de la Universidad de Pennsylvania, Haass saludó el hecho de que “la Argentina se va del populismo y entra en una era de democracia robusta cuando parte del mundo va en sentido contrario”.

Luego fue el turno de Félix Peña, uno de los miembros fundadores del think tank, que destacó “la tarea de construcción institucional orientada al mundo pero enraizada en la Argentina” que se llevó adelante desde el CARI en los 40 años de vida en un marco de “razonable pluralismo”.

Y para cerrar, hablaron Carola Ramón Berjano y Norberto Pontiroli.

Ramón Berjano ingresó al CARI hace casi 8 años, pertenece al comité de América Latina, al de Asuntos Asiáticos y al Grupo de trabajo de China. Durante su mensaje señaló que el CARI logra seguir siendo un think tank exitoso y destacado después de 40 años porque aprendió a adaptarse. “Hay que aprender a cambiar continuamente. El CARI es un excelente ejemplo de adaptación constante. Se adaptó y sigue siendo un referente tanto nacional como internacional. Y lo más valioso no es sólo este poder de adaptación sino que a lo largo de esa adaptación se conservaron la excelencia en el abordaje de los distintos temas y los ideales y valores de su fundación”.

Pontiroli, con 10 años en el CARI, enumeró las tres cosas que le gustaría que la institución profundice y fortalezca:

  1. La obsesión por entender el contexto internacional con una perspectiva desde la Argentina. Vivimos en un mundo muy complejo donde a veces es muy difícil distinguir la señal del ruido, donde la geopolítica convive con las elecciones y la información tecnológica. Un mundo en el cual se fortalezca la capacidad para entender y trazar escenarios.
  2. Tiene que ver con el compromiso y la vocación por el diálogo, la diversidad de miradas y disciplinas. Así lo hacems en el Comité de América latina y el Caribe y es muy estimulante, porque es siempre a través del intercambio donde surgen las mejores ideas, las más enriquecedoras.
  3. El compromiso con un espacio de encuentro entre la experiencia y las ganas de aprender y de hacer, y esto es mucho más que una cuestión generacional, es una predisposición mental.

El dato de color -¿reflejo de lo que ocurre en el mundo?- fueron las salutaciones en el tradicional “librito” que se hace para estas ocasiones. La publicación, en papel ilustración, había sido distribuida en las diferentes mesas (identificadas con nombres de ríos) para que cada uno de los comensales pudiera llevarse un ejemplar.

El embajador de China en la Argentina, Yang Wanming, dijo que su país se propone “profundizar la Asociación Estratégica Integral” con la Argentina.

A lo largo de 15 páginas, se distribuyen la editorial de Rodríguez Giavarini –“Por 40 años más de insertarnos al mundo desde el interés nacional”-, se publican los canales de comunicación de CARI en las redes sociales, el listado de las autoridades, y los típicos auspicios publicitarios de empresas o anuncios institucionales (aparecen Cabrales, BBVA, ProPymes, Pluspetrol, CAC, Globant y la Cámara Argentina de la Construcción –Carlos Wagner, su ex presidente es uno de los denunciados en el caso de los “cuadernos de las corrupción”-).

Pero de pronto, con la volanta aclaratoria de “Espacio publicitario”, en la página 9, se publica un saludo –el único- de un país: China.

El embajador en la Argentina, Yang Wanming, empieza citando un antiguo dicho de su país: “Los amigos unidos por los mismos ideales saben superar cualquier distancia física”.

Y agrega: “No obstante los vastos océanos que separan nuestros países, los análogos afanes por el bienestar de nuestros pueblos y la plena inserción en el mundo no han hecho más que reforzar los vínculos de amistad entre China y la Argentina. Los cuatro encuentros entre el Presidente Xi Jinping y el Presidente Mauricio Macri en poco más de dos años se han encargado de patentizar, con elocuencia infalible, la firme voluntad de consolidar y profundizar esta Asociación Estratégica Integral”, sostiene el diplomático.