En una clara señal de que quiere ser protagonista más que testigo del fenómeno, India abrió su propio Centro para la Cuarta Revolución Industrial.

La iniciativa originalmente fue puesta en marcha por el Foro Económico Mundial (World Economic Forum) en marzo de 2.017, cuando se inauguró la sede central del proyecto en Estados Unidos.

La elección de San Francisco como base de la idea no es fruto del azar: la oficina desde la que se busca “maximizar los beneficios de la ciencia y la tecnología para la sociedad” y crear una plataforma para discutir y analizar los aspectos éticos, regulatorios y sociales de la denominada Cuarta Revolución Industrial, entre otras tantas cosas, se montó en la zona del mundo donde está la mayor concentración de empresas tecnológicas, startups, inversionistas, empresas de capital de riesgo e instituciones académicas.

En julio de este año, Japón (en Tokio), y dos meses después, China (en Beijin), se sumaron a la movida y anunciaron la apertura del segundo y tercer Centro para la Cuarta Revolución Industrial.

WEF, por sus siglas en inglés, es una organización privada, internacional, independiente y sin fines de lucro, que nuclea a líderes empresariales, políticos, intelectuales y sociales de todo el mundo comprometidos en mejorar el mundo a través de su influencia en las agendas industriales, regionales y globales.

Aunque la mayoría la asocia con el tradicional Foro de Davos que cada año se hace en Suiza, la organización fundada en 1.971 por el profesor Klaus Schwab, de Alemania (por entonces se llamaba Foro Gerencial Europeo), realiza varias conferencias en diferentes partes del mundo para tratar temas actuales de impacto global, y elabora una serie de publicaciones anuales que se han transformado en referencias ineludibles para diferentes sectores, como los Ranking de Competitividad Global (que mide el desempeño de los países y que a partir de este año tiene una nueva estructura para adaptarlo a los desafíos de la Cuarta Revolución), Tecnología de la Información, Brecha de Género, Facilitación del Comercio, y Viajes y Turismo.

En marzo de 2.017, el Foro Económico Mundial (WEF) inauguró el Centro para la Cuarta Revolución Industrial en San Francisco, Estados Unidos.

Pero, de ¿qué se tratan estos Centros para la Cuarta Revolución y por qué nacieron?

En WEF explican que la idea fue dar vida a plataformas en las que puedan interactuar representantes del sector público y privado con el fin no sólo de analizar sino de llevar adelante acciones concretas sobre el impacto que está teniendo –y tendrá- la denominada Cuarta Revolución Industrial.

Muchos cambios y muy profundos

En rigor, el término sirve para designar a la catarata de cambios que afectan todos los ámbitos de la vida con la tecnología como principal bandera y que promete cambiar el mundo de manera radical.

Para hacer justicia, no sólo se trata de la irrupción masiva de diferentes tipos de tecnologías (desde lo digital a lo biológico), sino de la velocidad y profundidad de los efectos que ello está teniendo.

La tecnología es la principal bandera de la Cuarta Revolución Industrial. Los especialistas analizan no sólo la velocidad de los cambios que está provocando sino la profundidad de sus efectos.

A la hora de explicar el porqué de estas oficinas “especiales” para la Cuarta Revolución, el WEF describe que el período actual caracterizado por rápidas, simultáneas y sistémicas transformaciones impulsadas por los avances en ciencia y tecnología está “remodelando industrias, difuminando fronteras geográficas, desafiando los existentes marcos regulatorios e incluso redefiniendo lo que significa ser humano”.

Se plantea entonces que estos Centros para la Cuarta Revolución Industrial buscan transformarse en “un hub global para el desarrollo colaborativo entre el sector público y privado”, un punto de encuentro de la comunidad internacional para el diálogo de las múltiples partes interesadas y la cooperación concreta sobre los desafíos y oportunidades de gobernabilidad que presentan las nuevas tecnologías.

Los temas sobre los que se trabaja en los Centros para la Cuarta Revolución Industrial son:

  • Inteligencia Artificial (IA) y capacidad de aprendizaje de las máquinas. La IA es “el motor de software que impulsa la Cuarta Revolución Industrial. Su impacto ya se puede ver en hogares, comercios y procesos políticos. En su forma encarnada de robots, pronto estará conduciendo autos, almacenando en depósitos y a cargo del cuidado de jóvenes y ancianos. Representa la promesa de resolver algunos de los problemas más apremiantes que enfrenta la sociedad, pero también desafíos como los inescrutables algoritmos de la caja negra”.

Se menciona también en este punto el posible uso no ético de los datos y la potencial destrucción de puestos de trabajo.

Por eso se debate sobre el diseño de herramientas para la toma de decisiones de las empresas, protocolos para el uso gubernamental de la IA, normas para la IA que está dirigida a los niños y una materia de Etica de la IA a ser incluida en las carreras universitarias.

  • Internet de las cosas y dispositivos conectados. “En la actualidad hay más dispositivos conectados en el mundo que humanos. Para 2020, se proyecta que la cantidad de estos dispositivos supere los 20.000 millones, impulsada por los avances tecnológicos continuos y la constante reducción de los costos de computación, almacenamiento y conectividad”.

De acuerdo con el WEF, a medida que la Internet de las Cosas (IoT por sus siglas en inglés) continúa extendiéndose en todos los aspectos de la vida cotidiana, incluso incrustada en el cuerpo humano, se hacen necesarios nuevos protocolos de regulación política y gobernanza que contemplen aspectos como la seguridad, exactitud y propiedad de los datos, y definan lo que se entiende por privacidad de los consumidores.

Entre los objetivos de trabajo figuran mejorar la seguridad de los dispositivos y sistemas industriales de IoT, desarrollando modelos de implementación de IoT, implementando programas de educación sobre privacidad y seguridad para los consumidores, aumentando el intercambio de información entre el sector público y el privado, y avanzando en un 5G inclusivo para todos los países.

  • Blockchain. “La tecnología que permite el almacenamiento y transferencia de información descentralizados y seguros, ya ha demostrado ser una poderosa herramienta de seguimiento y transacción”, dice el WEF.

En la presentación formal del primer Centro para la Cuarta Revolución, se destaca que entre sus ventajas figuran reducir la corrupción, aumentar la confianza y empoderar a los usuarios. Y se agrega: “Se están explorando casos de uso revolucionarios en casi todos los sectores, desde el financiero y energético hasta el transporte marítimo y los medios de comunicación. El gran desafío –se dice- es desbloquear el potencial de blockchain de una manera que garantice la inclusión, la seguridad y la interoperabilidad a gran escala.

En este tema se trabajará para promover los principios de buena gobernanza, respaldar la infraestructura y las aplicaciones basadas en blockchain. Las áreas del proyecto incluyen: identidad digital, integración de la cadena de suministro, propiedad de datos y sistemas monetarios.

  • Movilidad autónoma y urbana. A medida que el mundo continúa urbanizándose, los líderes de los sectores público y privado desarrollan nuevas soluciones de movilidad. En particular, los vehículos autónomos tienen el potencial de mejorar la seguridad vial, disminuir los niveles de contaminación, reducir la congestión y transformar el diseño de nuestras ciudades.

Sin embargo, se advierte, la transición a vehículos autónomos implica un cambio disruptivo que está obligando a reformar los sistemas de transporte público y privado, dejando a muchos jugadores afuera si no logran seguir el ritmo de las tecnologías emergentes.

Por ello es fundamental la colaboración entre las empresas y los gobiernos para identificar las mejores estrategias con el fin de que este nuevo tipo de movilidad se adopte de manera segura, limpia e inclusiva.

  • Drones y el espacio aéreo del futuro. “Los sistemas de aviones no tripulados, comúnmente conocidos como drones, están democratizando el cielo”.

Cada día se encuentran nuevos usos para esta transformadora tecnología, desde la entrega de paquetes y medicamentos que salvan vidas en lugares remotos o de difícil acceso, a su uso para fotografiar el mundo.

La ampliación del uso del espacio aéreo de manera que millones de naves puedan volar con seguridad requerirá de una regulación gubernamental inteligente y de estándares impulsados por la propia industria. Se hace necesario legislar y regular la actividad de los drones y todo lo relacionado con ello.

  • Medicina de precisión. “Ofrece la oportunidad de aprovechar las nuevas tecnologías para adaptar el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad a una persona o población específica, mejorando los resultados y posiblemente reduciendo los costos.”

Las áreas del proyecto incluyen: generar evidencia de la efectividad de la medicina de precisión; intercambiar datos e infraestructura relacionada; integrar un enfoque de medicina de precisión en la práctica clínica; generar nuevos enfoques de regulación, fijación de precios y reembolso por diagnóstico y tratamiento, entre otras cosas.

  • Comercio digital. “La Cuarta Revolución Industrial ya ha tenido un profundo impacto en el comercio global, el crecimiento y el progreso social. El comercio electrónico transfronterizo generó billones de dólares en actividad económica en 2.016 y esa tendencia continúa acelerándose.”

Según los datos de WEF, la posibilidad de que los datos “viajen” fácilmente a través de las fronteras es el sustento para nuevos modelos de negocios, además de haber aumentado el PBI mundial 10% solo en la última década.

Y una vez más citan como ejemplo positivo el uso del blockchain. Permitió aumentar la eficiencia y la transparencia en el comercio internacional, destacan aunque señalan que la política comercial debe evolucionar para potenciar nuevas formas de comercio digital y flujos de datos transfronterizos, enfrentando desafíos como regulaciones obsoletas, gobernanza fragmentada y políticas estrictas de localización de datos.

Por todo ello se trabajará en el diseño de nuevas políticas para facilitar el comercio electrónico, aprovechar tecnologías como la IA y el blockchain para transformar el comercio internacional, y crear normas globales para los flujos de datos.

  • La Cuarta Revolución Industrial para el bienestar de la Sociedad de la Tierra. Este grupo está estrechamente relacionado con el medio ambiente.

“Los recursos naturales impulsan el crecimiento de industrias y economías, y el medio ambiente influye en asuntos públicos tan diversos como la salud, la respuesta ante desastres naturales y la seguridad alimentaria y energética. Los desafíos ambientales globales cada vez más urgentes, como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la salud del océano, también necesitan soluciones nuevas”, destaca el Foro Económico Mundial.

  • Política de datos. “Los datos son el oxígeno que alimenta el fuego de la Cuarta Revolución Industrial”, dicen en el WEF antes de destacar que se están generando más datos como nunca antes en la historia.

Las previsiones indican que el volumen global de datos se duplicará entre 2.018 y 2.022, y volverá a hacerlo entre 2.022 y 2.025.

Lo que definen como un “diluvio de datos” es atribuido a la rápida y creciente expansión de dispositivos conectados a través de la IoT, el uso de drones y el acceso a pruebas genómicas.

Aunque el flujo de datos y dispositivos en uso crece de manera exponencial sin distinguir fronteras, la regulación para la protección de datos sigue estando fragmentada.

Los datos se generan y recolectan a nivel global, por lo tanto las empresas requieren de políticas más prácticas para manejar el tema, al tiempo que los responsables de diseñar esas políticas necesitan mejores herramientas para desarrollarlas de modo tal que sean ágiles y permitan el avance de la innovación protegiendo la privacidad individual.

Cómo son los equipos y quiénes pueden integrarlos

Los equipos de los 9 proyectos están integrados por entre 6 y 8 personas, incluidos dos expertos del WEF según la materia de la que se trate, que trabajan junto a becarios de gobiernos, empresas, representantes de la sociedad civil e instituciones académicas.

Cada equipo de proyecto diseñará marcos de políticas y protocolos de gobierno con enfoque en los socios participantes que los probarán en sus jurisdicciones y organizaciones, y luego los proyectos utilizarán la plataforma global del WEF para escalar las iniciativas internacionalmente con el fin de garantizar la configuración de un esquema respecto de las nuevas tecnologías para las próximas generaciones.

¿Quiénes son socios de los Centros para la Cuarta Revolución Industrial?

  • Compañías globales con la escala y la ambición de ayudar a trazar la gobernanza de la Cuarta Revolución Industrial. “Juegan un rol de liderazgo en el co-diseño y desarrollo de proyectos del Centro.

¿Quiénes son miembros de los Centros para la Cuarta Revolución Industrial?

  • Pymes de todo el mundo. “Participan activamente en los esfuerzos del para promover la colaboración mundial en la Cuarta Revolución Industrial en beneficio de la sociedad”.
  • Socios gubernamentales. “Trabajar con los gobiernos para probar y escalar estos proyectos es clave para lograr impacto”; ya se asociaron aproximadamente 20 gobiernos a nivel local, regional, subnacional y nacional de cada región del mundo.

Se invitará a los gobiernos asociados a enviar becarios al Centro durante la duración de un proyecto (prevista entre 12 y 18 meses).

Los interesados en obtener más información sobre cómo participar pueden escribir a C4IR@weforum.org