Los ministros de comercio de los países miembros de la la Organización Mundial del Comercio (OMC) se reunirán en Ginebra entre el 12 y el 15 del actual para la 12 Conferencia Ministerial (CM12). Será la primera vez, desde que lo hicieron en Buenos Aires, en 2017, y también desde el nombramiento de la nueva Directora General, Ngozi Okonjo-Iweala.
La reunión se pospuso dos veces debido a las restricciones de viaje que impedían a los ministros viajar a Suiza, una situación derivada de la pandemia del Covid-19 y sus variantes.
La Conferencia Ministerial tiene lugar en un momento en que las perspectivas de la economía mundial no son del todo auspiciosas.
Después de más de dos años de pandemia y de los efectos de la invasión rusa a Ucrania, la desaceleración de la actividad económica mundial se profundizó drásticamente.
Este año para el Banco Mundial el crecimiento económico se ubicaría en torno al 2,9 por ciento, muy por debajo del 4,1% que había estimado a principios del año.
La Directora General Okonjo-Iweala y la Presidenta instan a los Miembros a que apoyen los proyectos de texto sobre la agricultura en vísperas de la CM12 #WTOAg #MC12 https://t.co/cLJvNjZUfU pic.twitter.com/w6AQsBLnMN
— OMC en español (@OMC_es) June 10, 2022
También la OMC ha revisado a la baja su pronóstico de crecimiento del comercio mundial de mercancías del 4,7% al 3% para este año. Además de la guerra de Rusia contra Ucrania, las medidas de Covid-19 en China, los cuellos de botella en el transporte de contenedores, los altos costos de envío y la escasez de mano de obra hicieron su parte para frenar el comercio mundial.
Tiempos difíciles
Por ello, más que nunca, se necesita una OMC fuerte para guiar a los países a través de estos tiempos difíciles. Sin embargo, el organismo multilateral se encuentra en la peor crisis desde sus inicios, y no ha logrado un resultado importante desde el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio en 2013 y la prohibición de las subvenciones a la exportación de productos agropecuarios en 2015.
La centralidad de la OMC como principal plataforma de gobernanza del comercio internacional pende de un hilo. Y es probable que esta Conferencia Ministerial se convierta en un punto de inflexión, hacia una mayor cooperación multilateral o una mayor fragmentación del sistema multilateral de comercio.
En este último caso, la importancia y el alcance de la organización disminuiría, toda vez que su objetivo primario es promover acuerdos multilaterales, casi universales.
La agenda
Los ministros tendrán una agenda completa, integrada por un conjunto de decisiones, declaraciones y programas de trabajo que cubren más de diez áreas, donde se abordan los principales problemas del comercio mundial, algunos sin solución desde hace más de veinte años.
Pero las expectativas son bajas. En una organización que requiere el consenso de toda su membresía para tomar decisiones, a las divergencias sobre cómo regular el comercio internacional se suman ahora las tensiones geopolíticas que transitan en el mundo.
Para Okonjo-Iweala son horas decisivas.
El 7 de junio, en su condición de presidenta del Comité de Negociaciones Comerciales solicitó un esfuerzo adicional: “Quedan muchas brechas, pero estamos progresando. Mantengamos la presión, mantengamos el trabajo en esta coyuntura crítica”.
Sin embargo, los gobiernos están divididos sobre cómo actualizar las normas comerciales para que sean relevantes en el siglo XXI, desde la respuesta a las pandemias y el comercio digital hasta el cambio climático, la seguridad alimentaria y la competencia leal.
Multilaterales y plurilaterales
Esas diferencias se manifiestan en el alcance de las negociaciones que se desarrollan en dos vías diferentes.
Algunas son “multilaterales”, lo que significa que todos los miembros están involucrados, y otras son “plurilaterales”, en la que solo algunos países avanzan sobre una base más limitada y de objetivos comunes, a la espera de la adhesión de otros interesados.
Si bien es más probable que haya progreso en los ámbitos plurilaterales, como en las iniciativas lanzadas en Buenos Aires en 2017 -comercio electrónico; facilitación de inversiones; reglamentación doméstica en el ámbito de los Servicios; Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes); el empoderamiento económico de la mujer, así como la sustentabilidad ambiental en el comercio-, otras cuestiones necesitan de un consenso multilateral para lograr progresos tangibles.
Por ello, el logro de resultados negociados concretos en este ámbito aparece esta vez como un paso esencial para mantener la credibilidad y la vigencia de la OMC.

La Duodécima Conferencia Ministerial (CM12) se realizará en la sede de la OMC en Ginebra, entre el 12 y el 15 de junio de 2022. La Conferencia tendría que haberse celebrado a finales de 2021, pero se aplazó debido a la aparición de la variante ómicron del Covid-19. Imagen: @WTO
Tres pilares esenciales
Existe una visión general de que al menos es necesario lograr resultados multilaterales en materia de subvenciones a la pesca, comercio y salud, agricultura y seguridad alimentaria, para que la organización demuestre su capacidad de respuesta frente a los desafíos actuales. Pero no parece a esta altura una tarea sencilla.
- Subvenciones a la pesca. Las negociaciones sobre disciplinas para las subvenciones a la pesca se iniciaron hace ya dos décadas en la Conferencia Ministerial de Doha (2001).
La finalidad es cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14.6 de la ONU y dar una respuesta a la sobrepesca que está muy extendida en las pesquerías mundiales. Los subsidios son reconocidos como el factor clave detrás de ese desafío apremiante. Y así fue reconocido por los líderes del G20 en la Cumbre de Roma, en noviembre pasado.
Estas negociaciones tienen componentes únicos ya que el diseño de las normas está dirigido a prohibir o limitar las subvenciones que amenazan la sostenibilidad de la pesca y a garantizar el uso sostenible y la conservación de los recursos marinos.
Núcleo
Por ello, su núcleo central no es necesariamente atacar el efecto comercial distorsivo de las subvenciones, como es el caso de aquellas subvenciones industriales o agrícolas en el marco de la OMC.
El texto que se encuentra en la mesa de negociaciones es significativamente más ambicioso que otros similares sobre subvenciones a la pesca establecidos en acuerdos comerciales entre grupos mucho más limitado de países.
Ahora la cuestión es sí todos verán un valor potencial en el equilibrio final y si existe suficiente decisión para lograr lo que podría ser un hito histórico para la OMC, el medio ambiente, la seguridad alimentaria y de aquellos que su vida cotidiana depende directamente de un océano sano.
- Comercio y Salud. La pandemia de Covid-19 alteró significativamente la economía mundial. La presión sobre la vida y los medios de subsistencia de las personas afectó la producción y el consumo en todo el mundo, y en particular varios países establecieron restricciones comerciales y prohibiciones a la exportación de productos médicos.
Un acuerdo en este ámbito debería incluir esferas como las restricciones a la exportación, la transparencia y la vigilancia, la facilitación del comercio, la cooperación en materia de reglamentación y la colaboración con otras organizaciones internacionales.
Pero es improbable que se avance sino se llega a un compromiso sobre la exención de ciertos derechos y obligaciones del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (Adpic) “en relación con la prevención, contención o tratamiento de Covid-19”. Una propuesta que fue presentada originalmente por India y Sudáfrica, en octubre de 2020.
Facilitar la reactivación económica
Un resultado positivo sobre esta cuestión reforzaría la importancia de la OMC como facilitadora de la reactivación de la economía mundial y como un instrumento idóneo para dar respuestas en tiempos de crisis de salud pública.
- Agricultura y seguridad alimentaria. Las negociaciones sobre la reforma de las subvenciones agrícolas y las reducciones arancelarias comenzaron como parte del mandato de la Ronda de Doha. Si bien se han logrado algunos progresos en temas específicos, una reforma más amplia del comercio agrícola se encuentra aún pendiente.
Desde julio del año pasado, las negociaciones se desarrollan en base a siete asuntos: ayuda interna, acceso a los mercados, competencia de las exportaciones, restricciones a la exportación, algodón, constitución de existencias públicas con fines de seguridad alimentaria, mecanismo de salvaguardia especial y transparencia.
Pero obtener resultados parece cada vez más difícil.
Sin embargo, hay todavía margen para algunos avances, como un llamado a la adopción de medidas concretas para contrarrestar la crisis alimentaria por parte de un grupo de miembros de la OMC, una decisión de no imponer prohibiciones o restricciones a la exportación de productos alimenticios adquiridos con fines humanitarios no comerciales por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), algunas mejoras en la cuestión intersectorial de la transparencia, y programas de trabajo para los siete pilares de negociación.
Hay mucho en juego para el sistema multilateral de comercio en esta Conferencia Ministerial y los países miembros no pueden permitirse el lujo de naufragar.
El autor es Embajador. Director de Relaciones Económicas Multilaterales (2008-2011). Director Nacional de Negociaciones Económicas Multilaterales (2015-2020)