Los habitantes de las Islas Salomón, que viven en cientos de pequeñas islas, dependen del transporte marítimo para todos los aspectos de sus vidas, desde el mejor o único medio para viajar hasta la entrega de alimentos y otros suministros vitales.

Pero el transporte marítimo también contribuye en gran medida a nuestra mayor amenaza: la crisis climática. La industria mundial del transporte marítimo es responsable de alrededor del 3% de la contaminación climática mundial, expulsando más de 1000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero cada año.

Para nosotros, en el Pacífico, esto significa en realidad un aumento del nivel del mar, tormentas impredecibles, inundaciones devastadoras y erosión de las costas. Sólo en 2021, 14,3 millones de personas de la región se vieron directamente afectadas por catástrofes relacionadas con el clima.

En 2020, un ciclón tropical de categoría 5, “Harold”, causó una destrucción generalizada. Se calcula que entre 100.000 y 150.000 personas se vieron afectadas en las Islas Salomon, donde las casas quedaron destruidas y dañadas. Decenas de familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares en Guadalcanal. En el transbordador MV Taimareho, 27 pasajeros perdieron la vida al caer por la borda.

Responsabilidades

Estos acontecimientos no son obra nuestra y, sin embargo, somos los que más sufrimos. Los 36 Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID) contribuyen juntos en menos de un 1% a la contaminación climática mundial, lo que supone menos de un tercio de lo que el transporte marítimo hace a nuestro planeta.

Por eso, junto con nuestros principales socios del Pacífico, las Islas Salomón llevan años defendiendo una mayor ambición climática en el transporte marítimo en los foros internacionales.

Y ahora, en 2023, nos complace ver que otros gobiernos por fin se disponen a actuar. La  la Organización Marítima Internacional (OMI), organismo regulador del transporte marítimo de las Naciones Unidas, ha acordado reforzar sus objetivos de reducción de la contaminación procedente de los buques en su crucial cumbre sobre el clima de julio.

Con los ojos en julio

La 80ª sesión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 80) decidirá si el transporte marítimo puede llevar a cabo su transición hacia las emisiones cero y con qué rapidez.

Aunque la mayoría de sus 175 Estados miembros parece estar de acuerdo con la adopción de un objetivo de emisiones cero para 2050, el empeoramiento de las catástrofes naturales en todo el mundo sigue recordándonos que necesitamos más urgencia a corto plazo.

En diciembre se realizó la última sesión del Comité de Protección del Medio Marino de la Organización Marítima Internacional (OMI). Imagen OMI

Por eso, junto con las Islas Marshall, proponemos que la OMI refuerce sus objetivos de reducción de emisiones para 2030 y 2040 lo suficiente como para garantizar que el límite de 1,5 °C fijado por el Acuerdo de París siga estando a nuestro alcance.

Pero cualquier aumento en el nivel de ambición de la OMI también requerirá un paquete de medidas contundentes que puedan realmente lograrlo.

Tras la última ronda de negociaciones en diciembre, el Secretario General de la OMI, Kitack Lim, señaló un consenso entre los países sobre la adopción de una tasa sobre las emisiones de los buques.

Aporte del sector

Y aquí es donde el transporte marítimo puede ser una solución a la crisis climática, no sólo un problema: un precio sobre las emisiones del transporte marítimo podría impulsar la descarbonización del sector y, al mismo tiempo, generar decenas de miles de millones de dólares en financiación cada año para garantizar que todas las naciones puedan hacer la transición juntas, especialmente las más vulnerables.

Las Islas Salomón y las Islas Marshall proponen una tasa inicial de 100 dólares por tonelada de gases de efecto invernadero emitida por los buques en todo el mundo, y que se aplique antes de 2025. Nuestra propuesta es, con mucho, la medida más ambiciosa que se ha presentado, y el Banco Mundial calcula que podría generar entre 60.000 y 80.000 millones de dólares al año.

Otras propuestas son menos ambiciosas, pero aun así se recaudarían sumas importantes. La propuesta de Japón, por ejemplo, está valorada en unos 40.000 millones de dólares.

Debate clave

El debate clave aquí -y donde las voces de otros Estados vulnerables al clima se necesitan alto y claro- es qué parte de estos ingresos se destinará a las necesidades prioritarias de los Estados más desproporcionadamente afectados.

Las Islas Salomon y las Islas Marshall proponen que se destine un fondo específico a proyectos relacionados con el clima dentro y fuera del sector marítimo, especialmente en los PEID y los países menos adelantados (PMA).

En un apoyo crucial, el Banco Mundial se hizo eco de esta propuesta de distribución de los ingresos a principios de febrero, proponiendo que los PEID y los PMA estén entre los principales receptores de los ingresos de las tasas marítimas y que esta financiación se utilice para una adaptación y mitigación climáticas más amplias.

Pero para que esto sea posible y cosechar los beneficios económicos que puede ofrecer la descarbonización del transporte marítimo, necesitamos que más países se sumen a nuestra propuesta.

Los 36 Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (PEID), entre los que se encuentran las Islas Marshall (Imagen de Peter Mellow en Pixabay), sufren los efectos del cambio climático, como el aumento del nivel del mar, lo que hasta los amenaza con la desaparición.

El costo de la inacción

Algunos Estados siguen dudando, centrándose en el costo de la acción y no en el enorme costo de la inacción. Pero los retrasos siempre cuestan más. El University College de Londres calcula que el transporte marítimo (y en última instancia todos los que somos sus clientes) tendremos que pagar 100.000 millones de dólares cada año por las perturbaciones relacionadas con el clima a partir de ahora, si no actuamos.

Invito a los gobiernos, especialmente a los que se enfrentan a amenazas existenciales similares a causa del cambio climático, a que acudan a la OMI en la primera oportunidad que se les presente: las conversaciones del grupo de trabajo del 20 al 24 de marzo en Londres, y se pronuncien a favor de objetivos firmes y de una distribución equitativa de los ingresos de la tasa del transporte marítimo.

Juntos, no sólo podemos impulsar la acción por el clima y proteger nuestro futuro, sino también transformar el marco mundial de financiación de la lucha contra el cambio climático y garantizar que ésta llegue a quienes más la necesitan.


El autor es Subsecretario del Ministerio de Desarrollo de Infraestructuras de las Islas Salomón.