En 2022, los seis sectores que más crecieron en la Argentina fueron la producción automotriz (24,8%), las exportaciones mineras (18%), la producción de agroquímicos (13,8%), las exportaciones agrícolas (13%), la producción de aparatos de uso doméstico (12,5%) y la producción de petróleo (11,5%).
Sin embargo, aunque algunos de esos sectores seguirán figurando al tope de la lista de desempeño, el complejo contexto macroeconómico del país, sumado a condiciones climáticas adversas, auguran una marcada desaceleración para todos en el año que comienza.
Un informe de la consultora Abeceb explica que el 2022 cierra con una economía que creció al 5,5%, pero que ya comenzó a dar señales de desaceleración (el último Estimador Mensual de Actividad Económica fue negativo en 0,3%), un consumo que aumentó 9%; pero también una inflación mensual que duplicó su ritmo (99,6%).
Para 2023, las perspectivas no mejorarán en ninguna de sus variables: “La economía apenas crecerá (1%), el consumo acompañará esa dinámica (1,7%) y la inflación se mantendrá muy elevada (85,5%)”, indican los expertos.
Cuidar las reservas
El trabajo de Abeceb sostiene que la política para “cuidar las escasas reservas” del país seguirá siendo una de las principales preocupaciones del Gobierno, que seguirá, por lo tanto, con su estrategia basada en tres ejes:
- Devaluar al ritmo de la inflación.
- Tasas reales más altas.
- Minuciosa política de administración de las cantidades de dólares e incentivos puntuales al ingreso de divisas.
A nivel sectorial, el panorama es cada vez más heterogéneo pero la macroeconomía los condiciona a todos (incluso a los sectores más dinámicos) y las inversiones están en “wait & see”. El denominador común es que, hasta los que fueron motores del crecimiento durante 2022, perderán combustible en 2023, agrega el informe de Abeceb.

La escasez de reservas sigue marcando la política económica. Imagen de Stephen Bayer en Pixabay.
Crisis/oportunidad
La sequía, fuertes restricciones a las importaciones, desaceleración del crecimiento, reducción de ingresos y, por ende, del consumo, son los factores directos que explican la pérdida de impulso en la economía real en el año que comienza.
Sin embargo, los analistas dicen que existen ciertos factores que podrían ser oportunidades para actividades determinadas. Por un lado, las distorsiones microeconómicas que impactan en ciertos sectores pueden tener el efecto colateral de crear oportunidades en otros:
- La escasez de insumos importados puede generar incentivos –probablemente transitorios– para actividades de sustitución de importaciones como en el caso de la industria automotriz, turismo, textil y confecciones, metalmecánica y maquinaria agrícola que ocuparon posiciones con la industria nacional por el cepo importador.
- Es posible que el ahorro busque nuevas alternativas para conservar valor ante la alta inflación y se refugie en el sector inmobiliario, la construcción y/o la compra de bienes de semi durables; el turismo y el consumo horeca (en referencia a hoteles, restaurantes y cafés) puede salir favorecido por mayor turismo local ante aumentos en los costos de salida.
- Además, la nueva situación global revaloriza el rol de países con ventajas comparativas en energía y alimentos, y está en marcha una relocalización de cadenas de valor que otorga mayor peso a los criterios geopolíticos.
Comportamiento de los líderes
Como se mencionó, en 2022, los seis sectores que más crecieron fueron la producción automotriz, las exportaciones mineras, la producción de agroquímicos, las exportaciones agrícolas, la producción de aparatos de uso doméstico, y la producción de petróleo. Pero la complejidad del contexto actual proyecta desaceleración para todos.
- Producción automotriz. Crecerá 8,3% frente a un mercado interno acotado por la escasez de modelos importados, la pérdida de poder adquisitivo, y mercados en América latina que desacelerarían su ritmo de crecimiento.
- Sector agrícola. La sequía impactará en la producción que mostraría una caída del 11%, y una fuerte retracción en la de molienda de trigo (-16,4%). La venta de maquinaria agrícola también se resentirá: en 2022 creció el 7% y en 2023 se mantendrá sin mejoras (0,2%).
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- La sequía impactaría sobre la producción agrícola según los expertos de Abeceb.
- Producción de aparatos domésticos y electrónica de consumo. Mostrarán un incremento del 7,6% y 5% respectivamente. Pese al contexto de pérdida poder de compra de los salarios y faltas de opciones de resguardo de valor, los consumidores continuarán buscando alternativas de consumo para deshacerse de los pesos, aprovechando las promociones y los programas de facilidades de pago (planes Ahora).
- Construcción. Este sector cerrará 2022 con una mejora del 5,7% y en el nuevo año desaceleraría al 3%.
- Producción industrial. Termina 2022 con un incremento del 6,3% para ingresar en 2023 con una estimación de mejora del 2,1%, en un contexto de alza de costos y dificultades para importación de insumos, tensiones globales por insumos difundidos y alza inflacionaria.
- Exportaciones mineras. Con precios internacionales a la baja, la tasa de crecimiento de las exportaciones mineras se mantendrá cercana al 4%. El crecimiento de la producción de gas el próximo año oscilará entre 4,5% y 6%, encontrando como limitante a la capacidad transporte del sistema. La variación dependerá de la terminación del gasoducto Néstor Kirchner.
- Producción de petróleo crudo. En 2023 crecerá un 13% debido a una mayor exportación y alta productividad en Vaca Muerta.