La 15º Conferencia de Riesgo País Mundial de Coface en la Argentina dejó un sabor agridulce respecto del panorama económico y político local.

Por un lado, los expertos del grupo francés líder mundial en seguro de crédito explicaron que la región está en marcha y en plena expansión económica, pero al mismo tiempo que el mundo se encamina hacia una desaceleración. Por el otro, los dos invitados especiales que cerraron la jornada -el analista político Sergio Berensztein y el economista Juan Carlos De Pablosembraron dudas respecto de la efectividad del plan del Gobierno para resolver cuestiones urgentes y prioritarias como la inflación.

“La historia argentina dice que no tenemos ninguna capacidad de corrección anticipada y si seguimos así, chocamos”, advirtió De Pablo. Berensztein, después de analizar el “Rompecabezas de la Argentina” actual, el funcionamiento del Gobierno y de la oposición, deslizó un comentario/hipótesis que circula en el mundo político y que generó un murmullo generalizado que se mezcló con risas de incredulidad y sorpresa: “¿Existe alguien que puede jugar ese rol (hoy vacante) en el espacio de la oposición? Tengo buenas y malas noticias: para los que son de la oposición, existe. Es Marcelo Tinelli. Les aviso, si pasa, se los dije”, relató sonriente.

En el panel de apertura, Salvador Pérsico, Gerente General de Coface Argentina, resumió el contexto. Habló de que este año continúa firme el crecimiento (2,3%) a nivel mundial y que los países emergentes tienden a un mayor crecimiento y más sincronizado, lo que representa una oportunidad para las empresas argentinas.

Mantilla (presidente de CERA), Pérsico (Gerente General de Coface Argentina), García (presidente CIRA) y Pattyn (CEO de Coface Holding América latina) durante la apertura de la 15º Conferencia de Riesgo País Mundial de Coface en Buenos Aires

Rubén García, Presidente de la Cámara de Importadores (CIRA), explicó que continúan trabajando en el Acuerdo sobre Facilitación del Comercio para ayudar a las empresas a enfrentar los riesgos y así disminuir la burocracia que distorsiona los precios finales. “Hay que recuperar el sentido común en el país. Es preocupante que las chicanas políticas no nos dejen pensar en una Argentina mejor”, aseveró.

Luego, Enrique Mantilla, Presidente de la Cámara de Exportadores (CERA), habló sobre la disrupción tecnológica y los negocios. Mantilla puso el foco en el blockchain como la tecnología para abrir una plataforma en la que se incorporan todos los actores de la cadena simplificando y transparentando el proceso futuro pero coincidió con García en que para que eso funcione se requiere del sistema de facilitación del comercio y sus beneficios.

“En el proceso (por el blockchain) se comparte información entre distintos actores en tiempo real de punta a punta en cadenas de valor, transporte y logística. En 2016 le dijimos al Gobierno que hicieran el comité de facilitación del comercio porque era la tendencia y para que todos estemos ahí. La tecnología hay que entenderla y absorberla, eso modificará el negocio. Hay que incorporar y hablar con el Gobierno”, destacó Mantilla.

Luego fue el turno de los anfitriones. Bart Pattyn, Presidente y CEO de Coface Holding América latina presentó el panorama de riesgo de países avanzados y emergentes.

Según las proyecciones de Coface, este año la Argentina sigue el mismo ritmo de cambio y mejoras de 2017 pero de modo más lento.

Si miramos al mundo, el número de empresas que tienen problemas de liquidez está disminuyendo”, dijo antes de advertir que hay excepciones y “una grande es Gran Bretaña, en la que el número de insolvencias está aumentando. Tampoco está mejorando la situación en Asia-Pacífico, pero el mundo en general está mejor y hay menos problemas de suspensión de pagos y menos riesgos en el comercio internacional”, sostuvo.

Diferencias entre la fantasía y la realidad

Sin embargo, de inmediato señaló que estamos en un momento en el que la percepción está empezando a cambiar. Bajan los índices de percepción positiva de los empresarios norteamericanos –“la gente ya no es tan optimista como hace 6 meses”- y algo parecido ocurre en Europa, donde hace 7 u 8 meses que se siente que llegamos a un punto en el que de la situación de expansión actual se pasa a uno de desaceleración. “Esa es la contradicción que vengo a contarles: por un lado las cosas mejoran, pero por otro la percepción es que las cosas no estarán bien para siempre. Aunque sabemos bien que el “para siempre” existe sólo en cuentos”, dijo sonriendo.

Como contrapartida, destacó que después de muchos años de crisis profunda –“tuvimos tres años de contracción de más de 3% en Brasil”- al fin en 2017 tuvimos crecimiento y las proyecciones para este año son aún más positivas. “La región está empezando una fase expansiva”, aseveró.

En síntesis, el CEO de Coface para América latina, explicó que hay una suerte de contradicción entre el panorama global y el regional.

Pattyn comentó que “en Argentina cae el peso debido a la inflación (enfatizó que es el problema más importante a resolver) y que el kirchnerismo se terminará cuando la inflación baje al 10%, de lo contrario seguimos enfrentando las consecuencias de los gobiernos populistas”.

Destacó luego que aquello que se mencionaba como “un potencial problema” en la Conferencia de 2017 es ahora una realidad que está sobre la mesa. “El actual gobierno de EEUU incorporó un elemento que en 25 años de globalización no habíamos visto de su lado: el proteccionismo, con la implementación de barreras que no forman parte de un plan de integración global. Este puede ser el punto para que empiece una nueva fase coyuntural en el mundo”, alertó.

Y mencionó que aunque el “primer gran ruido” se refería a la renegociación del Nafta (el TLC de EEUU con Canadá y México), “ahora vemos que eso no es tan central en la agenda y que sí hay muchas cosas puntuales contra la segunda economía global: China. Estamos volviendo a una figura que conocimos en los ’70 con dos grandes poderes. Antes eran EE.UU. y Rusia, ahora son EE.UU. y China, que entran en una confrontación. Y si es mediante el proteccionismo, eso tiene el potencial de provocar un cambio en el actual ciclo global”.

Barreras con oportunidades

Según Pattyn, el surgimiento de barreras entre esos dos protagonistas crea problemas pero también oportunidades. “¿Conocen algún país que exporte mucha soja y estaría contento con eso? Creo que al sector rural argentino le gustaría mucho que suban los precios y tener nuevos mercados”, deslizó.

A la hora de hablar de números, dijo que los ciclos en economía, especialmente la macroeconomía, tiene puntos altos y bajos porque todo lo que sube baja y viceversa.

En los ‘60 por ejemplo, hubo 106 meses de expansión. En los ‘70 se ven las crisis del petróleo. Luego 1991-2001 con 120 meses de expansión, es un ciclo económico muy largo. Con la burbuja de internet todo cayó y entramos en 2001/2002 -tiempo que la Argentina debe recordar muy bien porque fue una crisis muy profunda-. Desde entonces tuvimos 73 meses de expansión que terminó con una crisis con epicentro en EE.UU. Después de 2008/2009 estamos otra vez en una fase de expansión. Llevamos 106 meses, igual que los años dorados de los ’60. Podemos pensar que todo seguirá creciendo, pero si miramos atrás y aceptamos que la historia nos enseña el futuro, podemos pensar que esos 106 podrían llegar a 120 o a un record de 123 meses, pero el ciclo expansivo no continuará mucho más”, sostuvo.

El CEO de Coface para América latina, Bart Pattyn, señala las contradicciones entre el mundo y la región

“La buena noticia es que en América latina estamos con muchos países que están en una fase expansiva que se está acelerando –insistió-. Estamos en un mundo expansivo desde hace 8 o 9 años y los ciclos económicos como mucho duran 10 años, por lo que el ciclo económico global está entrando en la fase final y próximamente vamos a tener menos crecimiento, pero a l mismo tiempo, en el Cono Sur de América latina, tenemos un ciclo económico de expansión. Cuando hay una curva que baja y otra que sube, en algún momento se cruzan. Y esa es la gran pregunta actual, en qué momento ocurrirá eso y cuál será la consecuencia para la economía de América latina”, se preguntó.

El renovado protagonismo brasileño

Luego, la economista de Coface, Patricia Krause, habló sobre el panorama de riesgo específicamente en América Latina y las perspectivas 2018 por zona geográfica y sector de actividad. Dijo que en 2018 el 2,4% de crecimiento previsto para América latina será liderado por Brasil, que se recupera económicamente pero no es lineal y no genera entusiasmo.

Por su parte, la Argentina se mantiene con una visión positiva pero su PBI puede verse afectado debido a la fuerte sequía. Y agregó que nuestro país es la excepción a las bajas tasas de interés en la región y hoy tiene más rentabilidad en compañías debido a la quita de subsidios, por ejemplo la industria energética pasó de un riesgo alto a uno medio. Asimismo, subió el poder de consumo doméstico por un efecto rebote aportado por las inversiones. “Esto es algo positivo que debería imitar la región. Se espera que el PBI suba 2,8% este año aunque el problema principal sigue siendo la inflación que se espera que baje en los próximos meses”, agregó la economista.

Respecto del riesgo país, hay una menor percepción de riesgo en las economías latinoamericanas. La corrupción es el principal problema de la región ya que baja la percepción de la economía. No hubo cambios en el último año salvo Brasil y Argentina países a los que Coface les subió la nota (Brasil pasó de “C” a “B”, y Argentina pasó de “C” a “B” en diciembre de 2016).

En relación al índice de percepción de corrupción, Krause expuso que sólo Uruguay y Chile están por arriba de la media (cuanto mayor el índice, menor corrupción). Argentina tiene 50 puntos que es el promedio y este número no ha variado desde 2012.

Dudas políticas y económicas

En el panel de la segunda parte de la conferencia, Berensztein mostró sus dudas sobre los resultados o efectividad del programa de política económica.

Al referirse a la actualidad política local –la describió como “El rompecabezas Argentino”-, destacó algunas de las fortalezas del Gobierno por “las credenciales en el mercado”, aunque señaló como contradicción los “enormes problemas para transmitir su visión y comunicar, fundamentalmente, al sector privado”.

Berensztein describió el síndrome que se verifica cuando equipos muy exitosos asumen nuevos desafíos. “Hay grupos que tienen una reputación impecable, un líder, creen que están haciendo lo correcto y que tendrán éxito porque hasta ese punto tuvieron éxito en todo lo que emprendieron. ¿Cuál es el desafío que enfrentan? Desprenderse de los métodos que los llevaron hasta ese éxito y entender que el nuevo desafío tal vez no puede ser enfrentado con los mismos supuestos que los llevaron hasta ahí”.

Utilizó el ejemplo de los escaladores y explicó que escalar implica no sólo entender los desafíos que enfrenta el terreno, sino tener en claro cómo manejar cada etapa. “En la última, para llegar a la cumbre, por ejemplo, cuando hay hielo, no se puede seguir con el mismo instrumental y técnicas que te llevaron hasta ahí. Un accidente allí puede ser definitivo. Si no aliviás un poco la carga y modificás ciertas cosas, es muy difícil llegar, pero también es muy difícil adaptar tu método al terreno cuando venís embalado porque hasta ahí todo se salió bien”, dijo Berensztein.

“Empecinamiento terapéutico”

Por si hiciera falta aclarar a dónde iba dirigido el ejemplo, agregó: “Hay veces que uno ve situaciones de empecinamiento terapéutico. Se aplican las mismas soluciones a determinados problemas aunque sea evidente que eso no está funcionando. Y en vez de modificar la terapia y preguntarse si uno se está equivocando, se persiste en el error, porque percibe que el costo de reconocer eso es muy alto, para uno y para la gente que confió en uno”.

Para el analista político eso es lo que le está ocurriendo hoy al Gobierno. “A pesar de que no logra los resultados que se propuso en muchos aspectos -no sólo en materia de política económica-, continúa con su modelo original”, sostuvo.

Sergio Berensztein y Juan Carlos de Pablo hicieron un crudo análisis de la realidad argentina

Estamos en una meseta donde predomina la incertidumbre respecto de cómo reaccionará el Gobierno más allá del lío tarifario, que es una batalla que el Presidente cree que tiene que dar, que es el momento de invertir el capital político que acumuló en estos 30 meses. La cuestión tarifaria expresa un montón de distorsiones típicas de la Argentina, el populismo, la sensación de que el otro tiene que pagar lo que uno usa. Sintetiza todo eso, por eso el Presidente se puso personalmente al frente de esta batalla que todavía no terminó”, describió.

Sin medias tintas, Beresztein sostuvo que “hay dudas y algo de resignación precisamente en el círculo rojo que nunca miró al Presidente y a sus colaboradores con absoluta confianza. Esa confianza, que fue condicional, se ha ido degradando últimamente porque hay dudas sobre la efectividad del programa de estabilización, porque hay evidencia de que el objetivo primordial del Gobierno es la elección del año próximo” y por lo tanto, “el electoralismo condiciona la agenda de política pública”.

“La gente vota cada dos años y le votó al Presidente su propuesta de octubre, pero vota como consumidores todos los días. Y el voto del día a día demuestra que acá hay un problema de desconfianza. ¿Qué hace falta para que los políticos cambien su modelo antes de que sea demasiado tarde? En este país se reacciona cuando es demasiado tarde. Faltan las alarmas tempranas, salir de tu zona de confort y escuchara quienes dicen: Ojo, puede ser que te estés equivocando”, insistió.

Aunque admitió que “por ahora” nadie está capitalizando el desgaste o la fatiga que demuestra el Gobierno, citando a Rosendo Fraga, alertó: “Un año y medio antes del ’83, ¿quién era Alfonsín? Un año y medio antes del ’89, ¿quién era Menem? Un año y medio antes de 2003, ¿quién era Kirchner? Un año y medio antes de 2015, ¿quién era Macri? Cuidado porque en esos espacios supuestamente vacíos y en esos horizontes despejados, en general las cosas nunca son como uno supone”.

Luego, con crudeza describió: “Tenemos un escenario histórico de fragilidad institucional, con incapacidad para lograr consensos duraderos y de largo plazo, en una sociedad que es muy conflictiva –cualquiera hoy hace un piquete porque el precio es cero- y un entorno de profunda desconfianza política no entre los partidos sino al interior de los partidos incluyendo al oficialismo”.

Para el analista político, “la efervescencia electoral de diciembre ya se disipó” y ahora estamos en un contexto en el que aparecen “síntomas evidentes de fatiga, con algunos focos de protestas sobre todo del electorado núcleo de Cambiemos, que fueron vitales no sólo para el triunfo de 2015 sino en toda la carrera política de Macri”.

Tinelli, la carta en la manga de la oposición

“¿A quién votarán si no hay nadie por derecha? ¿Qué pasa si aparece un –no lo digo por él pero tomen el modelo- López Murphy que le saca 5/6 puntos a Macri en la primera vuelta en octubre próximo. Macri ya no alcanza el umbral de 40% más 10 puntos sobre el que sigue y vamos a una segunda vuelta donde es pato o gallareta. Las condiciones cambian y el Gobierno que asume es distinto, más condicionado. Cuidado, porque es un juego que puede derivar en consecuencias político-electorales significativas de acuerdo a como reaccione el Gobierno en esta etapa que es crítica”, comentó.

Y fue entonces cuando habló de “la carta que la oposición tiene guardada en la manga”, que aunque confesó no saber si es un as de espadas u otra cosa, está convencido de que generaría “un movimiento tectónico en el sistema político”.

Cuando no hay candidatos competitivos como ocurrió en 2011, es posible que la oposición se fragmente, pero existe también la posibilidad como ocurrió en las elecciones primarias en el Partido Republicano en EE.UU. que aparezca alguien por fuera del sistema, con características transformacionales, que lidere y se oponga a la oferta existente en su característica y discurso, como fue el caso de Trump. ¿Existe alguien que puede jugar es rol en el espacio de la oposición? Tengo buenas y malas noticias: para los que son de la oposición, existe. Es Marcelo Tinelli. Les aviso, si pasa, se los dije”, relató sonriendo.

“Cuando hablan con algunos actores políticos importantes del peronismo, dicen: Vamos a ocupar el espacio de la oposición y venimos con una carta ganadora que al final del proceso, cuando el caballo del comisario esté cansado, tratando de subir la cumbre llena de hielo con zapatillas, apareceremos con un candidato distinto, que comunica bien, con cercanía comprobada –hace más de 20 años que está en el living de la casa de los argentinos- y puede generar algo que la oposición no tiene: interés en un discurso con una propuesta diferenciadora respecto del oficialismo”, concluyó.

La inflación, el tema repetido

Por último, De Pablo explicó que aunque hay cosas que en la coyuntura han mejorado en el último tiempo -como un descenso en el índice de pobreza-, hay otras cuestiones importantes que no obtuvieron cambios o han empeorado, como la tasa de inflación, “que no está subiendo pero tampoco está bajando”.

El economista sostuvo que el problema del Gobierno es que cuando hay un problema no hay nadie específico para brindar una solución. “La política económica es una pulseada de pareceres”, finalizó.