Luego del traspié del oficialismo en la primera sesión extraordinaria, la Cámara de Diputados sancionó el proyecto de ley mediante el cual se aprueba el Protocolo Adicional N°61 entre la Argentina y Chile.

La iniciativa, que tuvo media sanción del Senado el 10 de octubre, debió volver a ser analizada en Comisión a raíz de cuestionamientos de la oposición.

Hoy, mediante su cuenta de Twitter, el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser, dijo que el nuevo acuerdo comercial con Chile brindará “mayor capacidad regulatoria al Estado y fomentará la llegada de capitales productivos” a nuestro país.


El mismo proyecto que el oficialismo define como un “nuevo acuerdo comercial de última generación” que promoverá un mayor intercambio comercial, crecimiento de las inversiones y desarrollo sostenible en ambos lados de la cordillera, era señalado por algunos legisladores de la oposición como “una amenaza para las pymes argentinas”.

Los cuestionamientos de la oposición

El diputado kirchnerista Guillermo Carmona (Mendoza) fue una de las voces que se levantó hace dos semanas para criticar el acuerdo en Chile. El supuesto perjuicio que el nuevo acuerdo con Chile implicaba para las economías regionales fue el argumento central que terminó haciendo que la iniciativa volviera a Comisión ya que la moción de Carmona consiguió 118 votos a favor y 94 en contra.

Sin embargo, el oficialismo volvió a incluir el tema en la reunión del martes y en la madrugada del miércoles (alrededor de la 1.30), con el apoyo de 113 diputados, el rechazo de 44 y la abstención de 4 legisladores, la Cámara baja lo convirtió en ley.

La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores, Cornelia Schmidt-Liermann (PRO-Ciudad de Buenos Aires), llamó a “demostrar al mundo que no solo tenemos riquezas, sino que también compartimos valores” con una nación hermana como Chile.

Entre las pymes y el truco

La legisladora defendió la iniciativa al sostener que el remozado acuerdo establece elementos “más que positivos para las pymes”, y pidió tener “sabiduría y sensatez para saber que las reglas de juego que ponemos no son para jugar al truco para ver quién gana y quien se perjudica”.

Carmona le respondió al señalar que aunque el proyecto volvió a Comisión, no se cumplió el objetivo propuesto para debatir el tema, tener acceso al estudio del impacto económico del mismo y sumar la participación de organizaciones empresariales y de trabajadores relacionadas con el tema.

“Más allá de la buena predisposición de la Presidenta, no existe un estudio de impacto económico de este tratado”, aseguró el diputado kirchnerista antes de agregar que los representantes del oficialismo respondieron que no es necesario el estudio que reclamaba ya que el acuerdo no modifica los criterios arancelarios.

“Ya rige el arancel cero; el problema es que este no es un acuerdo de comercio. Estamos advirtiendo que sí existen impactos económicos, lo hemos señalado en forma especial en relación con la cuestión de las compras públicas”, insistió Carmona

Estudio de impacto económico

El legislador añadió que no se trata de “argentinos versus chilenos o al revés”, sino de “corporaciones frente a pymes, empresas nacionales respecto de las grandes transnacionales” y que por no existir un estudio de impacto económico y por lo tanto no poder calcular el impacto del acuerdo, estamos ante “una medida de naturaleza desregulatoria” y un tratamiento liviano del tema.

El ex ministro de Economía Axel Kicillof (Frente para la Victoria–CABA), dijo que la medida se tomó “fuera de tiempo” y acusó al Gobierno de “firmar a tontas y a locas tratados de libre comercio”, según publicó el Semanario Parlamentario.

El mismo medio destacó que, aunque se manifestó favorable a “contribuir a la construcción del acuerdo con el hermano país de Chile”, el legislador massista Alejandro Grandinetti señaló que “no fueron consultados ni siquiera los actores económicos involucrados” y que “el aislamiento del Poder Ejecutivo en muchos temas también se refleja en este tratado”.

Los presidentes Mauricio Macri y Sebastián Piñera, quien eligió a la Argentina como primer destino internacional tras asumir su segundo mandato al frente de La Moneda.

La visión de la Cancillería

Por su parte, la Cancillería hizo una encendida defensa del Protocolo Adicional N°61 entre la Argentina y Chile: “Su implementación beneficiará a los exportadores argentinos a partir de la agilización de los trámites del comercio exterior, la eliminación de barreras para productos agropecuarios y manufacturados y la reducción de costos de transacción (transparencia, simplificación de procesos, certificados digitales, beneficios para operadores confiables, etc.)”, dice el comunicado oficial.

Se explica también que el acuerdo profundiza y mejora el marco normativo existente en materia de comercio de servicios, medidas sanitarias y fitosanitarias y normas técnicas, entre otros aspectos, y establece reglas nuevas para comercio electrónico, compras públicas, facilitación del comercio e incorpora por primera vez para la Argentina disposiciones sobre género, pymes, medio ambiente y temas laborales.

Más cerca de Chile y la Alianza del Pacífico

El Protocolo N°61 constituye “una nueva etapa del proceso de integración económica entre Argentina y Chile”, que comenzó en 1995, y alcanzó el libre comercio en 2014. De esta forma complementa una serie de entendimientos vigentes, como el Acuerdo de Complementación Económica 35 MERCOSUR-Chile (ACE 35) y el Acuerdo para Evitar la Doble Tributación (en vigencia desde octubre de 2016), se detalla más adelante.

“El tratado refuerza el vínculo estratégico existente entre ambos países”, informa la Cancillería antes de enumerar los motivos:

  • Chile es el cuarto destino de las exportaciones argentinas (US 2.621 millones el anio pasado)
  • El tercer destino para las ventas de las pymes al exterior
  • Un comprador importante de manufacturas industriales y agropecuarias nacionales (el 75% de los envíos al país trasandino).
  • Es el quinto inversor extranjero en Argentina con un stock de IED de US$4.000 millones (2016), radicado principalmente en la industria manufacturera, comercio, transporte y minería.

Por último, el comunicado enfatiza que mediante este nuevo instrumento no sólo se promueve la profundización y ampliación del intercambio de la Argentina con Chile, sino que se cumple un paso importante en el objetivo de estrechar los vínculos con los países de la Alianza del Pacífico.