La administración de las reservas para el cumplimiento de las metas fiscales y los compromisos internacionales siguen desvelando a la actividad privada no especulativa, es decir, al comercio exterior y las empresas que necesitan insumos para la producción.
Tal como lo recuerda la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), el 80% de los dólares que salen del país están destinados a abastecimiento de bienes de capital, bienes intermedios y piezas y partes para la fabricación en el país.
Es por eso que la administración de los dólares que realiza el Gobierno impacta de lleno en la actividad privada.
Mínimo histórico
Como espectador de esta administración, el sector privado ve con preocupación el manejo de las reservas que realiza el Banco Central. De acuerdo con un informe de la consultora Ecolatina, las reservas netas ya se ubican en “un terreno negativo de cerca de 7000 millones de dólares”, tocando un nuevo “mínimo histórico”.
“En las próximas semanas será crucial que el Gobierno logre acordar con el FMI la llegada del desembolso pendiente por 4000 millones de dólares, aunque todo indica que las posiciones no son fácilmente conciliables”, destaca el informe.
En lo que va de julio, el Banco Central vendió casi US$ 1000 millones, y lleva acumuladas ventas por US$ 4000 millones en lo que va del año, en medio de un estricto cepo cambiario.
El doble
Pero el dato que más se destaca es el uso de los yuanes acordados con China en el marco del swap. El Banco Central duplicó la venta de esta moneda en sólo una semana, y vendió más yuanes que dólares: en la segunda semana de julio, vendió el equivalente a 100 millones de dólares en yuanes, cuando el promedio era de 50 millones de dólares.
El Gobierno sigue esperando el adelanto del desembolso del Fondo Monetario Internacional de al menos US$ 4000 millones, “pero las discusiones se siguen extendiendo y las negociaciones se tornaron más desafiantes de lo pensado”, explicó Ecolatina.
Si esto continúa, el Gobierno podría volver a recurrir al uso de los yuanes para cancelar sus obligaciones con el FMI. Este uso limitaría su poder de fuego no sólo en el mercado cambiario, sino también en la demanda que hacen las empresas para poder importar, dado que el yuan se volvió una alternativa de peso para el sector privado tras la restricción impuesta por el Gobierno al uso de dólares.
Es por esto que las negociaciones del ministro de Economía, Sergio Massa, y su equipo, tanto con el FMI como con el Gobierno de China para aumentar la libre disponibilidad del total del swap no es sólo una película que mira el mercado financiero sino, sobre todo, el comercio exterior.