Sin medias tintas, Rafael Echevarne describe la situación del sector aéreo en América latina como “dramática”.
El Director del Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC, por su sigla en inglés) señala que no hay otro sitio en el mundo que registre un cierre tan estricto y prolongado para las operaciones.
Con un doctorado en Economía y Transporte Aéreo por la Universidad de Cranfield, Reino Unido, Echevarne dice que precisamente es la economía el componente que más le preocupa cuando piensa en el momento de la reapertura.
El día después
“¿Cómo serán las condiciones económicas cuando empiece a reactivarse el transporte? De acuerdo con los pronósticos del Banco Mundial y del FMI, en 2020, América latina y el Caribe serán la parte del mundo con la caída más brutal. Estiman una caída de 7,9% del PBI respecto de 2019”, dijo durante una entrevista con Trade News.
ACI-LAC, la oficina regional del Airports Council International, representa a más de 270 aeropuertos en 34 países y territorios. Los aeropuertos miembros gestionan el 95% del tráfico aéreo comercial de Latinoamérica y el Caribe, que el año pasado recibieron a más de 570 millones de pasajeros, 5,4 millones de toneladas de carga y más de 9 millones de movimientos de aeronaves.
La organización, a la que Echevarne llamó alguna vez “la IATA de los aeropuertos” (en alusión a la Asociación de Transporte Aéreo Internacional, que representa alrededor de 290 líneas aéreas que concentran 82% del tráfico aéreo global) agrupa a operadores de aeropuertos públicos y privados.
La radiografía
-¿Cuál es hoy la situación de los operadores aeroportuarios de la región?
-Los datos financieros se verán mejor a fin de año. Hoy seguimos el número de pasajeros que son gestionados por las terminales aéreas. Hasta finales de junio se había perdido el 50% del tráfico respecto del año anterior. Y si se miran los meses anteriores, la cosa era aún peor. En abril, por ejemplo, estábamos 96% por debajo, lo mismo en mayo… En junio hubo una pequeña recuperación (91% por debajo de lo que se movió en 2019).
-Y en ese contexto, ¿qué pasa con el pago de cánones o la ejecución de obras con las que debían cumplir los operadores aeroportuarios?
-En América latina no tenemos la situación que puede darse en EE.UU., donde el gobierno federal inyecta miles de millones de dólares. Somos conscientes de que eso aquí no es posible porque ese dinero no existe.
El único país de la región que ayudó de forma clara a los aeropuertos fue Brasil, donde el gobierno federal permitió que los pagos de concesión se retrasen hasta final de año.
Cánones y obras
Como representantes de los aeropuertos lo que estamos pidiendo es precisamente que se retrasen los cánones, que se reconsideren obras que muchas veces son obligaciones contractuales en la concesión. Obviamente que en muchos casos hay obras necesarias en un determinado momento, pero otras están relacionadas con el tráfico de pasajeros, por ejemplo, tengo que ampliar la terminal porque hay x crecimiento de tráfico, y hoy en día, con la caída del tráfico no es indispensable hacerlo. Pedimos que en los casos en que sea posible, se posterguen los plazos.

Rafael Echevarne, Director del Consejo Internacional de Aeropuertos de América Latina y el Caribe (ACI-LAC).
Las proyecciones indican que terminaremos este año con entre 60 y 70% menos de tráfico en la región que el año pasado.
Por otra parte, las concesiones están limitadas en el tiempo. Como las empresas hicieron proyecciones en función del tráfico que tendrían durante un lapso de trabajo, planteamos que se analice la posibilidad de extender las concesiones para recuperar ese tráfico.
-Al menos tres aerolíneas de la región intentaron superar la crisis adhiriendo al Capítulo 11 de la ley de bancarrota de Estados Unidos. ¿Hay algún operador aeroportuario en esa situación?
-El negocio de las compañías aéreas es muy distinto al de los aeropuertos, pero se está dando que hay concesiones en aeropuertos relativamente pequeños donde si no se toman algunas de las medidas que mencioné antes, peligra la continuidad de la empresa privada porque los números no dan. Hay casos en los que algunas empresas privadas puedan plantear que devolverán la explotación del aeropuerto al Estado porque no le cierran los números.
Es un planto que se está dando en algunos aeropuertos de la región, sobre todo en concesiones pequeñas.
Números en rojo
-¿Alguno de los operadores de Argentina está en esa situación?
-No que esté al tanto. Sí en otros países del Cono Sur donde se está considerando eso porque son concesiones de pocos años en las que si no se permite reestructurar la concesión, el privado no podrá recuperar sus inversiones.
Para la mayoría de los grupos aeroportuarios, incluidos los más solventes, el resultado neto en el segundo trimestre del año es negativo, incluidos los aeropuertos más potentes de la región.
-¿Cómo es el funcionamiento económico de los aeropuertos?
-Los ingresos de un aeropuerto los marca básicamente el número de pasajeros que hay. Lo que representa el pago de las compañías aéreas por aterrizar es mínimo comparado con lo que se cobra por el uso de la infraestructura aeroportuaria del pasajero y toda la actividad comercial asociada a la circulación de pasajeros en la terminal.
Desde que se suspendieron las operaciones, además de no haber movimiento en el sector comercial de los aeropuertos (restaurantes, librerías, duty free, etc), al no haber pasajeros tampoco se perciben las tarifas que los mismos pagan por el uso de la infraestructura.
Entre 40 y 50% de los ingresos de un aeropuerto es generado por las actividades comerciales. Y un dato no menor es que durante esta crisis, los aeropuertos han mantenido la actividad, siguieron abiertos porque aunque no haya vuelos regulares de pasajeros, hay vuelos de carga, de repatriación y técnicos. Y el servicio de bomberos, por ejemplo, siempre tiene que estar presente.
Cierre e incertidumbre
-Es decir que durante estos casi 6 meses sin operaciones se mantuvieron los costos fijos de las terminales pero sin los ingresos…
-La situación de América latina es dramática. No hay otra parte del mundo donde haya habido un cierre tan estricto y prolongado, sumado a la gran incertidumbre que se da en casos como el de la Argentina o Colombia en los que aún no se sabe exactamente cuándo se reactivará completamente la actividad.

Vista del aeropuerto de Hong Kong. De acuerdo con los últimos datos, en China, la actividad de los vuelos de cabotaje ya superó los números del año pasado. Imagen de falco/Pixabay
Es una situación realmente dramática, y está claro que Latinoamérica está muy por detrás del resto del mundo.
Estaba leyendo que en China, la actividad de los vuelos domésticos ya está por encima de lo que era el año pasado.
-El tema es que en la región no tenemos la espalda financiera de otros países por lo que el tiempo de recuperación es diferente. IATA alertó sobre los empleos en riesgo en el sector. ¿Es muy loco pensar en la posibilidad de que algunos aeropuertos de la región desaparezcan?
-El tema de los empleos es lógico: si no hay actividad llega un momento que las empresas ya no pueden mantener a la gente, por eso es que insistimos con el pedido a los gobiernos de la región para que reactiven cuanto antes el transporte aéreo, manteniendo las medidas de control sanitario.
Hay aeropuertos como Ezeiza, que en cuanto se reactive todo, tendrá actividad. Pero hay aeropuertos pequeños, regionales, donde la gran pregunta es, una vez que se comience a reactivar el transporte aéreo, ¿qué aerolíneas volarán ahí?
Un mercado más pequeño
Lo que sabemos es que habrá menos aerolíneas -eso ya está ocurriendo-, y las que siguen operando, aún las estatales, serán mucho más cautas a la hora de elegir rutas para retomar los vuelos por las tremendas pérdidas que están teniendo. Todas pondrán sus vuelos donde hay más demanda para poder cubrir los gastos.
Una pregunta que nos hacemos es cuándo retomarán la actividad los destinos pequeños, en algunas provincias. Y hay un componente que como economista me preocupa mucho: la perspectiva económica. ¿Cómo serán las condiciones económicas cuando empiece a reactivarse el transporte?
De acuerdo con los pronósticos del Banco Mundial y del FMI, en 2020, América latina y el Caribe serán la parte del mundo con la caída más brutal. Estiman una caída de 7,9% del PBI respecto de 2019. Le sigue el grupo de países avanzados, con – 5%.
-Insisto, más allá de la caída, lo que genera mucha preocupación es cuánto tiempo le llevará a la región poder recuperarse.
-Es una gran pregunta para la que no hay respuestas muy claras. Cada día de postergación del reinicio de actividades es también una postergación de la recuperación económica.
En el sector, por ejemplo, se estima que recién hacia 2023/2024 se podría recuperar el tráfico de pasajeros que hubo en 2019. Y luego habrá que esperar alrededor de una década para recuperar la senda de crecimiento que teníamos.
El protagonismo de la carga
-La carga aérea ha sido clave para amortiguar las pérdidas de muchas aerolíneas, ¿cómo impacta en los operadores aeroportuarios?
-En América latina la carga aérea es muy importante porque en muchos países la actividad económica depende mucho de las exportaciones de productos perecederos, como Perú, Ecuador y Colombia, donde la exportación de frutas, verduras y flores es esencial, por ejemplo.
La carga aérea no genera muchos ingresos para los aeropuertos porque no tiene asociada esa actividad comercial que tienen los pasajeros, pero al mismo tiempo genera mucha actividad en centros logísticos, etc. Es un negocio muy importante pero no se compara para nada con el de los pasajeros.
-El vicepresidente de IATA para la región alertó sobre la preocupación de la organización respecto de que Argentina podría ser la próxima Venezuela de la aviación. ¿Cuál es la visión desde los aeropuertos?
-No diría exactamente eso, pero la situación es muy preocupante. A los argentinos les gusta mucho viajar al extranjero, de hecho es uno de los países con índice más alto de viajeros al extranjero.
Menos viajes, menos comercio
La decisión de cerrar las fronteras es muy preocupante. Hay aerolíneas que anunciaron que no volverán a operar en el país. Y eso es preocupante porque empobrece las opciones del ciudadano argentino. Se reducen las chances para viajar y para comerciar.
Aunque todavía muchos piensan que viajar por avión es una cosa muy exclusiva, está muy claro que el transporte aéreo en América latina no es un lujo, sino una necesidad. La realidad geográfica y la distribución de la población hacen que eso sea así.
El auge de las compañías de bajo costo confirmó que eso no es así, e hizo que volar fuera accesible para una parte muy importante de la población. Es una pena que se pierda esa democratización del transporte aéreo.
Por el número de su población, el tamaño del territorio y su actividad económica, Argentina tiene enorme potencial para ser un gigante en la región, y no lo es.
Por todo eso es que animamos a que reactive el sector cuanto antes, porque cada día que pasa genera más daño no solo al sector sino a la sociedad y a la economía de país.