Mauro Vazón no oculta su entusiasmo: la adjudicación del postergado dragado del río Uruguay tiene un sabor especial para el abogado entrerriano, Presidente de la Delegación Argentina ante la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU).

Oriundo de Concepción del Uruguay, ex candidato a diputado provincial y dirigente del PRO, Vazón es uno de los hombres más cercanos al Ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Desde que fue designado en el cargo, Vazón tuvo dos objetivos primordiales: restaurar las magulladas relaciones bilaterales y revitalizar la hidrovía del Uruguay.

“El transporte por el río Uruguay es clave para generar más empleo, y ese es uno de los objetivos que se trazó este Gobierno”, dijo durante una entrevista con Trade News.

Hay algo en lo que estamos de acuerdo las dos delegaciones (Argentina y Uruguay): queremos un río más sano, donde los efluentes sean de mejor calidad, que los ciudadanos asumamos el compromiso de que nosotros también somos contaminantes y por eso es importante lo que está haciendo el Ministerio del Interior a través de la Secretaría de Recursos Hídricos y del Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento para la formulación de créditos para la construcción de las nuevas plantas de efluentes domiciliarios industriales”, comentó en otro de los pasajes.

Mauro Vazón, presidente delegación Argentina de la CARU

-Dijiste hace poco que el río no nos separa, nos une. Sin embargo, en el último tiempo da la sensación que fue exactamente al revés. ¿Qué has hecho desde que asumiste la presidencia de la Delegación argentina de la CARU para revertir eso?

-Asumimos como delegados de CARU en mayo de 2016. El Presidente, que nos designó por medio de un decreto, nos puso como objetivo superar cualquier instancia de conflicto con un país hermano como es Uruguay. Esto no implica ponerse en la posición de ceder soberanía ni mucho menos, pero nos pareció muy interesante que cualquier instancia de conflicto deba superarse. Por eso fue que con la delegación uruguaya -que era la misma de antes-, nos pusimos de acuerdo rápidamente en algunos temas.

Uno de ellos, que creo que es de lo que más simbología tuvo para tratar de dilucidar aquel oscurantismo que hubo durante mucho tiempo, tuvo que ver con los datos que el comité científico tenía de UPM (ex Botnia, la pastera que se instaló en Fray Bentos, frente a Gualeguaychú), de la desembocadura del río Gualeguaychú y la zona de influencia. Rápidamente esos datos que tenían más de cuatro años y medio de reserva, si bien eran datos que se conocían internamente, pudieron darse a la luz.

En la era del acceso a la información pública, en algunos lugares como ley, en otros como norma constitucional, pero reconocido en el mundo entero como un derecho que tiene todo ciudadano, nos parecía un pecado que existiera esa información y que no pudiésemos ponerla a disposición de los interesados, los ciudadanos, las asambleas ambientales y de quien fuere.

Por eso rápidamente acordamos con la delegación uruguaya publicarlos.

Esa foto que ves (dice mientras se gira y señala un retrato que cuelga en una de las paredes de su despacho, en el tercer piso del Palacio San Martín), es del momento en el que le estoy entregando a la entonces canciller Malcorra los datos en soporte papel. En ese momento me dijo que ella quería un estudio mucho más holístico del río Uruguay y que la información fuera sistemática, que la orden que nos daba era que dato que se conocía y se validaba por el comité científico, era dato que debía publicarse.

-¿Cómo siguió eso?

-Hoy están publicados creo que hasta marzo de 2017 los informes del comité científico sobre la calidad de agua del río Uruguay. Nos pusimos de acuerdo en la modificación del Digesto y aunque vamos un poco lento, estamos avanzando. Lo mismo que con la idea de llevar adelante el plan de monitoreo del río Uruguay que es medir no sólo a UPM, la desembocadura del Gualeguaychú y la zona de influencia, sino los 500 km de río compartido con Uruguay, lo que empezamos en diciembre de 2016. Ahora estamos reformulando el plan por otro más ambicioso aún.

Por último queremos cumplir con el mandato que los Presidentes (Macri y Vázquez) anunciaron el 7 de enero de 2016: la construcción de un laboratorio regional, ambiental y de referencia para que la propia CARU pueda medir las muestras que va sacando del río Uruguay y ya no fraccionarlas, mandarlas a laboratorios argentinos por un lado, uruguayos por otro, y de Canadá, sino tratar de que la mayoría que los estudios que se realizan los pueda hacer este laboratorio binacional.

-Mencionaste que la delegación uruguaya es la misma que venía trabajando…

-Prácticamente sí.

-¿Es válido pensar a partir de eso que hay política de Estado respecto de estos temas del lado uruguayo?

-Creo que tiene que ver con la lógica política de lo que viene ocurriendo en los países. En Uruguay sigue gobernando la coalición del Frente Amplio por lo tanto no ha habido mayores cambios en su delegación. Del lado argentino hubo un cambio, por lo que los delegados anteriores renunciaron el 9 de diciembre. No creo que sea falta de profesionalismo o mayor definición de una política de Estado de un lado o del otro sino simplemente circunstancias políticas en las dos márgenes bien distintas, entonces se actúa en consecuencia.

Tenemos clara nuestra política de Estado y lo que queremos como CARU. Si hablamos de prioridades temporales hoy el tema es el dragado. Acabamos de adjudicar la obra a la empresa ganadora. Jan de Nul quedó primera tanto en la etapa técnica como en la económica.

Este es un objetivo que viene planteado por los dos países desde hace mucho tiempo y demuestra que hay política de Estado independientemente de quienes nos gobiernan. Es un proyecto que según me comentó el capitán Silverman (presidente de la delegación uruguaya de la CARU) él viene planteando desde 2005, cuando era presiente de la Administración Nacional de Puertos de Uruguay.

En el caso de la Argentina, el puerto de Concepción del Uruguay, a fines de los ’90, operaba con 100 buques de ultramar por año. Es decir, volumen exportable existe, reduce costos. Ese proyecto, con algunos altibajos, épocas en las que se dragó y otras que no, procesos que fracasaron por operatividad de las dragas, ineficiencia o lo que fuere… Hoy la decisión política hizo que se concretara con un procedimiento de concurso internacional.

-¿En qué consiste la obra?

-Primero hicimos el concurso de fondos duros que heredamos de la etapa anterior, que se terminó en febrero de este año. Luego hicimos el llamado para hacer la extracción de fondos blandos que es la obra capital, la más importante que hay que hacer porque son alrededor de 210 km de dragado a 25 pies para que haya 23 de navegación hasta el Puerto de Concepción del Uruguay. El primer llamado fracasó. Consideramos que los precios no se ajustaban a lo que disponíamos y nos parecían excesivos.

Hicimos un nuevo llamado –por eso la demora en este año- y entonces obtuvimos precios bastante más razonables.

-¿Cuánto cobrará la empresa?

-Cobrará US$6,25 el metro cúbico para el año de apertura y profundización. Calculo que en los próximos 60/90 días estarán las dragas en el río Uruguay.

-¿Cómo se determina el precio? ¿Hay parámetros internacionales con los que se pueda comparar?

-No es una commoditie. Lo conversaba con gente del sector. No hay un precio internacional de referencia Se lo puede comparar, por cuestiones obvias aunque no es lo mismo, con el dragado del río de la Plata. En ese caso hay casi un dólar de diferencia entre el costo que se le está pasando al río de la Plata y al Uruguay.

-¿Más en el caso del Uruguay?

-Sí. Las características que lo diferencian son 70 km lineales en el río de La Plata contra 210 km en el Uruguay. Las zonas donde se descarga el material en el río de la Plata están vecinas a donde se draga, mientras que en el Uruguay hay que ir a zonas de descarga que determinó el plan ambiental y el tipo de material que se extrae: en el río de La Plata es un material no tan abrasivo o no abrasivo y en el Uruguay es arena, que es abrasiva. Eso compone la diferencia de precio entre uno y otro.

-Dijiste en algún momento que sería bueno incluir a Brasil en el Tratado del río Uruguay. Con todos los líos que tenemos con Uruguay, ¿sumamos a los brasileños? ¿Cuál es la idea?

-(Risas) Es más bien la expresión de un deseo, que podamos tener o compartir información y tener un ámbito sin pretender ningún tipo de modificación en ningún Tratado, al menos por ahora, pero sí compartir información sobre estado del río aguas arriba de lo que es el tramo compartido con Uruguay.

Brasil y Argentina comparten el río Uruguay y sin embargo no hay una comisión administradora para ese tramo. Pero será motivo de una aspiración para el futuro, para cuando la diplomacia encare estas conversaciones y podamos encararlo si es necesario.

-Si bien la CARU es un organismo técnico, es evidente que el componente político tiene mucho peso. ¿Cuál es la dosis justa para manejar las cosas? El gobernador Gustavo Bordet (con quien el día que se hizo la entrevista Vazón almorzaba en la Cancillería) habló del relanzamiento de una política portuaria para Entre Ríos. ¿Cómo se trabaja con un gobierno de distinto signo político?

-Basándose en los objetivos comunes. Corrientes también está involucrada en esto y hemos tenido conversaciones durante el año pasado con el ministro de la Producción de la provincia sobre todo para tener el río y el puerto de Concepción del Uruguay operativo para el arroz. Se trata de las coincidencias, ahí no importan los signos políticos.

Si el gobernador Bordet tiene como vocación que los puertos de Entre Ríos estén operativos de una vez por todas y puedan sacar todo el volumen exportable de los sectores productivos e industriales, ¿por qué no vamos a contar con su apoyo y a apoyar las decisiones del gobierno provincial?

Estamos poniendo el germen de algo que es una obra de infraestructura –quizá la más importante de los últimos años en Entre Ríos y en gran medida para el Uruguay también- que es permitir que la vía esté navegable a los pies que se proyectaron los gobiernos hace tanto tiempo y que ha sido ratificada por este gobierno.

Vamos a dejar el río navegable a 23 pies, a una profundidad de 25, por cuatro años. Este primero que será el de profundización y mantenimiento, tres más que serán los de mantenimiento específicamente, y ojalá sean 3 más 3, más 3, más 3, porque tanto el gobierno provincial, el ente portuario, las municipalidades, las cámaras de cada sector productivo e industrial estén interesadas en operar por el río Uruguay para bajar los costos operativos de la producción y que lo que se exporta tenga mayor competitividad con la baja de los costos por el transporte fluvial.

-¿Cómo se mantiene el equilibrio del desarrollo de la economía y el cuidado medioambiental?

-No creemos que haya una colisión entre los sectores ambientales y de la producción. Siempre la actividad del hombre y la industria generan algún impacto. Lo que hay que hacer es mitigarlo, controlarlo, hacerlo sustentable en el tiempo. El río dragado no afecta en absoluto al medioambiente, por el contrario, es un río que estará más sano a partir del mayor volumen hidrológico que transporta con un calado a 25 pies.

Hoy los objetivos son generar más empleos y de mayor calidad, tener más activos a sectores que hoy no lo están tanto como los del estibaje, el marítimo, los armadores, las empresas navieras. El transporte por el río Uruguay es clave para generar más empleo, y ese es uno de los objetivos que se trazó este gobierno. Desde la delegación argentina de la CARU lo concretaremos sin dejar de estar atentos a la calidad del agua, a los planes de monitoreo, a ir por el laboratorio binacional, y a hacer un Digesto con mayores niveles de exigencia en los estándares que se controla la calidad del agua.