Como dijo Jorge Bergoglio cuando lo eligieron Papa, Mario Eliceche, flamante presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) viene “desde el fin del mundo”.
Representante de la Cámara Empresaria de Logística y Transporte Automotor de la Patagonia (CELTAP), a Eliceche lo obsesiona una idea: federalizar Fadeeac.
Cuenta con orgullo que dirige junto a su mujer y sus dos hijos una empresa familiar –Surfrigo- con más de 200 empleados “que marca rumbo en lo suyo”: la carga de alimentos congelados y refrigerados. Y de inmediato agrega que uno de los principales objetivos que buscará alcanzar en los próximos dos años es que Fadeeac sea “realmente federal”.
Eliceche está convencido de que esa es la única manera para abordar las problemáticas tan diferentes de las 51 cámaras del transporte agrupadas en Fadeeac.

Mario Eliceche, flamante presidente de Fadeeac, explicó que para federalizar la organización analizan dividir al país en 5 o 6 regiones.
Explica a continuación que la nueva conducción evalúa por estos días organizar el país en 5 o 6 regiones para facilitar y agilizar la comunicación con la sede central.
Por eso se decidió crear la Secretaría del Interior, que estará a cargo de Horacio Demarchi (Cámara de Empresarios del Transporte Automotor de Cargas Gualeguaychú).
“Visitar las 51 cámaras con cierta frecuencia se hace muy complejo. El proyecto es abrir un centro en cada una de esas 5 o 6 regiones. Por ejemplo, el Centro Tucumán atenderá a Salta, Tucumán y Santiago del Estero, y las reuniones por región se pueden hacer de modo rotativo en las provincias que la integran”, describe Eliceche.
Precio federal del combustible
Aunque destaca que la mayoría de los problemas tienen características propias según la zona, el nuevo presidente de Fadeeac reconoce que entre las pocas preocupaciones comunes, hay una que está al tope del ranking: el precio federal del combustible. “Es uno de los reclamos más fuertes”, dijo durante una entrevista con Trade News.
-¿Hay mucha diferencia en el precio del combustible en Buenos Aires y el interior?
-Como mínimo es 10% más caro en el interior, y esa diferencia no es necesariamente flete. Es un tema clave porque es una variable que puede dejar fuera de mercado a alguien.
Por ejemplo, un transportista del Gran Buenos Aires carga combustible en Capital y si tiene un tanque auxiliar de mil litros, eso le permite ir y volver a Tucumán con el combustible al precio de Buenos Aires. Al mismo tiempo, un tucumano que paga el combustible entre 10 y 12% más queda fuera de competencia.
Ya planteamos el tema en el Ministerio de Transporte y estamos trabajando para ver cómo se puede morigerar. El sector del transporte de cargas es el mayor consumidor de gasoil del país: concentra el 50%.
-A la hora de confrontar los problemas que sufren una empresa de transporte del Sur, con una que opera en Salta o en Entre Ríos, ¿hay más diferencias que similitudes?
-¡Totalmente! Por eso insisto con la necesidad de federalizar. Tenemos un país de más de 5200 km de norte a sur. La realidad de un jujeño no tiene nada que ver con la de un santacruceño. Hace unos días visité una Cámara que está a apenas 200 km de Buenos Aires, pero es un mundo totalmente diferente. Los socios hacían fila con la lista de reclamos y les dije: Nadie mejor que ustedes puede conocer la solución de sus problemas. La idea es ver hasta dónde pueden llegar ellos y dónde necesitan de nuestro apoyo.
Las Cámaras deben involucrarse y Fadeeac apoyar en lo que haga falta para lograr el cambio que se necesita.
El peso del transporte y la logística en la competitividad
-Los estudios –y la realidad- muestran que cada día más, contar con transporte y logística eficientes es clave para mejorar la competitividad de las empresas y por ende del país, aun más que la baja de aranceles…
-En las reuniones con funcionarios del Gobierno uno siempre va con la verdad en la mano. A veces no es linda, pero es la verdad al fin.
Cuando hablamos de bajar el costo logístico, decimos que está perfecto y que haremos nuestro esfuerzo pero, ¿cuál es el esfuerzo que hará el Gobierno? ¿Cómo reducirá la carga impositiva que tenemos?
Tengo la suerte de trabajar bastante con Chile y conozco el costo impositivo chileno. El ITC (Impuesto a la Transferencia de los Combustibles) está más o menos como acá, pero la diferencia es que podés tomar hasta el 80% como crédito (fiscal).
Un neumático chino, que hoy es de excelente calidad, tiene 38% menos de impuestos que en la Argentina.
Un camión allá tiene menos carga impositiva. La carga social de un empleado en Chile es de 22%; acá más de 40%.
Es como el huevo y la gallina. ¿Por dónde empezar, por tener flotas que sean modernas, de bajo consumo, que contaminen poco, mejorar la productividad? Ahora fuimos a la escalabilidad y tenemos transportes que llevan más kilos…
-¿Los bitrenes pueden ser parte de la solución?
-El bitren será una solución muy puntual para determinadas actividades. Creo que una gran solución es el modelo escalable que consiste en agregarle un eje al camión, lo que hace que de 45 toneladas pase a 50/52 dependiendo de su configuración. Con un relativo bajo costo se llega a eso que permite mejorar la rentabilidad.

“El bitren será una solución muy puntual para determinadas actividades”, opina el nuevo presidente de Fadeeac. Eliceche cree que el modelo escalable es una solución más económica.
El bitren será para una explotación forestal o minera, para tiradas cortas. No creo que sea la solución.
-Parece que el clima de grieta permanente en el que vive la Argentina también afecta al transporte. Los planteos son: camión vs. tren, tren vs. hidrovía… Se escucha muy poco hablar de multimodalismo como vía de integración.
-Esa es la Argentina chiquita. Creo que hay lugar para todo y para que interactuemos. Hay que ver el cómo.
-¿Quién debería ser el árbitro en ese “cómo”?
-Teóricamente el que gobierna. No se trata de es estar ni a favor de ni en contra, pero ocurre que por la política que el Gobierno está intentando hacer y promocionando, mal veo que puedas subvencionar al tren pagando nosotros un impuesto al combustible.
En una región como la del Norte, donde el tren ya es formador de precio con un costo mucho menor al nuestro, con un subsidio, y donde el camión tiene que terminar cargando a la tarifa del tren, que es el que fija la tarifa…
El tren tiene que funcionar y es sano que esté, pero que sea una unidad económica por sí mismo, que no lo subvencionen con nuestra actividad.
En países como Suecia o Estados Unidos hay una infinidad de camiones o remolques que van arriba de los trenes.
Si me decís que ponés un tren de Buenos Aires a Salta, se puede subir un furgón y va relativamente rápido y a buen costo, ¡está fantástico! El tema es que todos tenemos que convivir con igualdad de oportunidades para competir. Si ayudás a uno y a otro no, empezás a distorsionar. Ayudás al que te conviene ir políticamente y ahí es donde empezás a pudrir la cosa.
-¿Cómo la lectura que se hace de que cuando Moyano era amigo de los Kirchner el camión era bueno y cuando se pelearon…
-Ahí entramos en cuestiones políticas que no es lo nuestro. Lo nuestro es -que quede claro- que no tenemos problema ni temor porque lo que hace el tren porque el camión no lo hará nunca y viceversa. Pueden convivir los dos tranquilamente. El tema es hacerlo con reglas claras y sin sacarle a uno para darle al otro.

La relación del líder de los camioneros, Hugo Moyano, con los ex Presidentes Cristina Fernández y Néstor Kirchhner estuvo marcada por las idas y vueltas.
-Quienes lo conocen dicen que es un dirigente con “olor a gasoil”, ¿qué significa?
-(Sonríe) Que venís del sector, podés hablar y sabés de qué estás hablando. Ves un camión y se van las tabas. Es casi un tema de psicoanálisis: con todo lo que renegás con un camión, el sector, el sindicato, y te sigue gustando. Algo no funciona bien.
-¿Una relación casi psicopatológica?
-¡Claro! (responde entre carcajadas) Pero esto es lo que a uno le gusta, es pasión por lo que hacés. Estoy tratando de aportarle al sector lo mejor que puedo, desde la humildad y el conocimiento que tengo pero también rodeándome de gente sana, con buena intención.
Entre nosotros tal vez falta algún título universitario pero nos sobra sentido común y experiencia, y también nos rodeamos de muy buenos técnicos: Tenemos un muy buen gerente en la FTP (Fundación Profesional para el Transporte), en Fadeeac, asesores de muy buen nivel.
-En esa Argentina agrietada y pendular que mencionaba antes, ¿hay clima para sentarse a discutir cuestiones como qué es el multimodalismo y si es viable acá o analizar cuestiones que pueden mejorar la competitividad del país más allá de los intereses puntuales de un sector?
-Creo que la clase política no está a la altura de la clase empresaria. El empresario argentino es alguien aguerrido, acostumbrado a recibir lonjazos de todos lados.
Planteo mi caso: soy presidente de una empresa familiar junto con mi mujer, mi hija y mi hijo. Tenemos más de 200 empleados, marcamos rumbo en lo nuestro, que es la carga de alimentos congelados y refrigerados, y tenemos una empresa en Chile. Todo lo nuestro está invertido en la empresa. No tengo helicóptero ni un avión.
Apostamos a lo nuestro, a invertir, innovar, y en eso me identifico con muchos empresarios argentinos. Entonces cuando vas a la pelea chiquita, de política, entre los políticos y los sindicatos por la cuota de poder es claro que no están viendo el bien común sino su quintita.
Ese es el paso que tenemos que dar como sociedad y como país, darnos cuenta de que está pasando el tren del mundo, se está yendo, y nosotros seguimos en el andén. Pasa una vez, ¿con suerte dos? Si no te subiste…
-Asumieron como lista única, ¿no hubo elecciones?
-Armamos una lista. Había otra lista que finalmente no se presentó.
-Cuando asumieron la conducción de Fadeeac se publicó una nota que planteaba que todo era fruto de una intervención directa del Gobierno en medio de una interna entre Moyano y la conducción anterior de Fadeeac (a cargo de Daniel Indart) con la administración Macri…
-Me encargué durante una reunión que tuvimos con Hugo Moyano en su gremio de dejarle en claro que yo era de Cambiemos… (hace una pausa breve) pero del cambiemos de asiento. Cuando andaba en el camión, tenía un lechuzón, un acompañante al que, cuando veía que tenía sueño le pedía que cambiáramos de lugar así yo descansaba un rato.
Me debo al sector y si tengo una orientación política no la voy a decir porque gobierne Cambiemos, el peronismo o quien sea, nuestros problemas seguirán estando ahí y a la solución la tenemos que encontrar nosotros, nadie nos va a regalar nada.

Imagen de la asamblea realizada en diciembre, cuando la lista encabezada por Mario Eliceche fue designada para dirigir Fadeeac por los próximos dos años.
Respeto la labor gremial, que no es menor. Si hace más de 30 años que Don Hugo está en el lugar que está será porque algo habrá hecho bien. Hay que identificar los puntos de encuentro para ver cómo solucionamos los problemas que tiene el sector. Creo que al gremio tampoco le está yendo bien. A nosotros nos está yendo muy mal. La mayoría de los asociados está trabajando por debajo del nivel de rentabilidad.
-Según Cedol, los costos logísticos aumentaron 58,32% el año pasado, y los de transporte que releva Fadeeac, 61,50%. La Federación agrupa a empresas muy disímiles en cuanto a su tamaño, ¿cuánta espalda y margen tienen para tolerar esa situación?
-Se están comiendo su capital de trabajo. Empezás a hacer las cosas como podés y seguís caminando porque te tiene que entrar algún dinero para afrontar ciertos compromisos, y para poder comer.
-¿Desde cuándo se da esta situación?
-El sector venía mal, pero el año pasado, con una devaluación del 100% (que implica que los repuestos e insumos se fueron a las nubes y no pudiste trasladarlo), un aumento de 77% del combustible… Espero que para antes de fin de año podamos tener una tarifa medianamente lógica y empezar a mejorar.
Pero la mejoría que tendremos no es la que necesitamos. Empezamos a tocar fondo y a dar la vuelta. No creo que crezcamos a tasas chinas, como se dijo en algún momento. Será muy progresivo y en el camino -Dios quiera me equivoque- quedará gente que no podrá aguantar el terrible ajuste que hubo.
¿Quién se salva de la crisis?
-El mundo del transporte contiene a quienes fabrican camiones, los que hacen viajes de larga distancia, los que se dedican a la última milla, caudales, correo y paquetería… ¿hay alguno que se salve de esta crítica situación?
-Se salva el que está en la especialidad, consolida cargas, hace logística, el que está en un nicho donde tiene expertise y el equipamiento necesarios. El más complicado es el que está a km pelado, como llamo al de punto a punto.
El que está complicado hoy es el que tiene 1, 2 o 3 camiones y hace la temporada de cereales. El cereal falló el año pasado, este año aparentemente andará bien. Le estamos pidiendo al Gobierno que combata la informalidad, porque con una informalidad tan grande como la que hay, la gente que está fuera del sistema sigue trabajando y el cerealista paga 8 lo que tendría que pagar 10.
Si tenés un costo de 40% de carga impositiva de arranque y competís con alguien que no lo tiene…
-También es un tema complejo. Hay mucha informalidad. Para algunos, aunque sea ilegal, es su modus operandi, pero otros muchos tienen que hacerlo así porque de otra manera no podrían trabajar. Y hay una paradoja: los pocos que siguen pagando impuestos son los que deben soportar la creciente presión tributaria…
-Puedo asegurar que si a una persona le das posibilidad de tener una tarifa que le permite pagar sus impuestos, calificar en el banco para pedir un leasing y comprarse un camión nuevo, nadie dirá que no.
Pero quienes nos gobiernan, sean del color que sean, son quienes tienen que fiscalizar que el camión que no tiene la habilitación técnica, es mayor a cierta antigüedad o lleva un chofer en negro no pueda circular.
Tienen que ver de qué forma ese transportista genuino puede acceder a una línea blanda de crédito para comprar una unidad de 220 o 300 caballos sin hipotecar su familia, para que sea más productivo, no contamine y pueda llevar más kilos.
El tema es que hay que tomar medidas que no son políticas, porque un tipo al que le vas a decir que no puede circular más con ese camión es un voto menos. Hay que ver quién está dispuesto a pagar ese costo político.