La guerra comercial entre los Estados Unidos y China por aranceles impuestos a las importaciones y las retaliaciones correspondientes podrían redundar en un aumento del 2,4% de las exportaciones totales de la Argentina.

Según el INDEC, la Argentina exportó en 2018 por US$ 61.621 millones, por lo que al margen de la evolución normal de los embarques externos durante 2019, sólo la disputa entre las dos potencias redundarán en casi US$ 1500 millones.

Así surge de un estudio elaborado por la Conferencia de Comercio y Desarrollo de las Naciones Unidas (UNCTAD) en inglés, que ponderó ganadores y perdedores, en todo el mundo, a partir de los aranceles impuestos por Estados Unidos a las importaciones de China, así como también las mismas medidas aplicadas por China a las importaciones procedentes de los Estados Unidos.

“Debido al tamaño de sus economías, los aranceles impuestos por Estados Unidos y China inevitablemente tendrán repercusiones significativas en el comercio internacional”, señaló Pamela Coke-Hamilton, directora de la División de Comercio Internacional de UNCTAD, en el último informe sobre estadísticas y tendencias en política comercial 2018

¿Protegen los intereses de las empresas nacionales los aranceles impuestos a la competencia china o norteamericana, según sea el caso? Según la UNCTAD, “si bien los aranceles bilaterales no son muy efectivos para proteger a las empresas nacionales, son instrumentos muy válidos para limitar el comercio desde el país objetivo”.

Comercio derivado

“El efector es distorsionador. El comercio bilateral entre Estados Unidos y China disminuirá y será reemplazado por el comercio originado en otros países “, Coke-Hamilton.

Es más, el 82% de los US$ 250.000 millones de exportaciones chinas castigadas por aranceles norteamericanos será capitalizado por empresas de países al margen de los actores en pugna.

En tanto, las exportaciones norteamericanas a China sometidas a nuevas tarifas (un total de US$ 85.000 millones) derivarán en un 85% a empresas de terceros países.

“Los resultados son consistentes en diferentes sectores, desde maquinaria hasta productos de madera, y muebles, equipos de comunicación, productos químicos hasta instrumentos de precisión”, sostiene el informe.

Por la naturaleza de las exportaciones argentinas, el beneficio obtenido será sobre todo en ventas que Estados Unidos realizaba a China. La UNCTAD cree que la “ganancia” argentina equivaldrá al 2,4% del total de las exportaciones argentinas.

Europa, la más beneficiada

Pero es precisamente la Unión Europea quien se quedará con la mayor tajada. “La razón es simple: los aranceles bilaterales alteran la competitividad global en beneficio de las empresas que operan en países que no están directamente afectados por ellas. Esto se reflejará en los patrones de importación y exportación de todo el mundo”, explica el trabajo.

Y son los europeos los más competitivos y con capacidad económica suficiente como para reemplazar el comercio castigado por la política comercial bilateral entre Estados Unidos y China.

La Unión Europea podrá capturar hasta US$ 70.000 millones del comercio que antes fluía sin trabas entre los dos gigantes enfrentados.: US$ 50.000 millones provendrán por las exportaciones que antes hacía China a Estados Unidos, y US$ 20.000 millones por las que se dirigían desde Estados Unidos a China.

Mientras tanto, Japón, México y Canadá recibirá cada uno más de 20.000 millones de dólares adicionales en sus exportaciones. México sólo, por ejemplo, verá un crecimiento del 6% de sus exportaciones por el conflicto.

Efectos negativos: el caso de la soja

No obstante, no todos los efectos serán positivos.

“El mercado de la soja es un buen ejemplo. Los aranceles chinos aplicados a la soja estadounidense han provocado efectos de distorsión del comercio en beneficio de varios países exportadores, en particular de Brasil, que de repente se convirtió en el principal proveedor de soja para China. Pero debido a que la magnitud y la duración de las tarifas no están claras, los productores brasileños se han mostrado reacios a tomar decisiones de inversión que pueden resultar poco rentables si se revocan las tarifas. Además, las empresas brasileñas que operan en sectores que utilizan la soja como insumos, como la alimentación animal, están destinados a perder competitividad debido a los aumentos de precios provocados por la demanda china de soja brasileña”, explica el trabajo.

Si bien en diferente escala, algo similar podría decirse de la Argentina.

Es más: preocupa el inevitable impacto que las disputas comerciales tendrán en la economía mundial. “Una desaceleración económica a menudo acompaña las perturbaciones en los precios de los productos básicos, los mercados financieros y las monedas, todo lo cual tendrá importantes repercusiones para los países en desarrollo. Una de las principales preocupaciones es el riesgo de que las tensiones comerciales se conviertan en guerras de divisas, lo que dificulta el servicio de la deuda denominada en dólares”, subraya la UNCTAD.

Dominó proteccionista

Y un corolario del fenómeno es le efecto dominó y que nuevos países se sumen a la “contienda tarifaria”, provocando una nueva escalada proteccionista global.

“Como las políticas proteccionistas generalmente son las que más perjudican a los países más débiles, un sistema de comercio multilateral que funcione bien y que pueda desactivar los impulsos proteccionistas y mantener el acceso al mercado para los países más pobres es de importancia fundamental”, suscribe la UNCTAD, en un claro mensaje de apoyo a las advertencias que la Organización Mundial del Comercio (OMC) hace sobre los efectos de estas prácticas.

Tampoco pasa desapercibida la observación sobre cómo se produce en el mundo hoy: proveedores de una misma cadena de valor distribuidos en distintas partes. “Es probable que el alto volumen de exportaciones chinas afectadas por los aranceles estadounidenses afecte más a las cadenas de valor de Asia oriental”. Para la UNCTAD, esta contracción podría alcanzar los US$ 160.000 millones.

La guerra comercial comenzó en enero de 2018. Estaba previsto para enero de este año que el universo del comercio bilateral alcanzado escalara al 25%. En diciembre, las partes acordaron una “tregua” y se congeló el aumento de aranceles hasta el 1º de marzo próximo.