Conocimiento y entendimiento no son la misma cosa. Todo indica que más que el cambio que está ocurriendo en el mundo, el problema principal son los anteojos con los que se pretende analizar lo que pasa. En apenas 48 horas, Kyle Hermans, profesor de Singularity University sacudió el pensamiento de cientos de empresarios argentinos.
Hermans, quien además es CEO y fundador de Be Courageous, una empresa dedicada a ayudar a que las organizaciones alcancen un mayor desarrollo, fue la figura central de “Next BA”, el programa de innovación organizado por HSBC para ayudar a líderes locales a entender y prepararse para los desafíos que vienen.

Kyle Hermans, profesor de Singularity University, en la Usina del Arte, durante la segunda jornada de Next BA, el programa de innovación de HSBC.
Durante dos días, “la innovación” ocupó el centro de la escena. Por eso no es casualidad que el elegido para hablar ante 300 líderes empresarios hubiera sido un representante de Singularity University, organización cuya sede funciona en un Campus de la NASA, en Silicon Valley, y es referente global en la materia.
“Singularity University es una comunidad global de empresarios, corporaciones, organizaciones de desarrollo, gobiernos, inversionistas e instituciones académicas que utilizan tecnologías exponenciales para enfrentar los mayores desafíos del mundo y luchan por crear un futuro más abundante para todos”, contó Hermans a los presentes.
Primer paso para el cambio
“Para cambiar, cada vez tratamos de aprender más cosas. ¿Qué tal si probamos con desaprender?”, propuso en el arranque, de modo provocativo.
De inmediato explicó que desaprender consiste en dejar de lado las formas obsoletas de pensamiento. Y fue un paso más allá al asegurar que “para hacer cambios es preciso desaprender”.

Para transformar lo que hacemos, primero debemos cambiar la forma en la que pensamos, dijo Hermans en la Usina del Arte.
Primero en la Universidad Di Tella, ante 40 CEOs invitados por HSBC, y al día siguiente en la Usina del Arte, frente a más de 250 directores y gerentes de empresas, el profesor de Singularity University –oriundo de Sudáfrica- desplegó su carisma.
Hermans acompañó su charla con una presentación dinámica y entretenida, alternó preguntas con el público y algunos ejercicios prácticos mientras hablaba de la diferencia entre el liderazgo incremental y el exponencial, y justificaba con cifras porqué “las tecnologías exponenciales generan enormes oportunidades de negocios y allanan el camino para un mundo de abundancia donde todos tienen acceso a comida, agua, educación y salud”.
La analogía del trapecio
“El cambio es como el trapecio: nos aferramos a modelos antiguos hasta que aparecen nuevos al alcance de la mano, pero se hace necesario tender un puente entre ambos”, dijo.

“Necesitamos nuevos mapas. El paisaje cambió pero el GPS sigue siendo el mismo, por eso es que desaprender es tan importante como aprender”, dijo Kyle Hermans, de Singularity University.
A lo largo de la charla volvió varias veces sobre uno de los conceptos clave: miramos y analizamos lo nuevo a través de lentes viejos.
Propuso entonces “tener mentalidad de explorador” si lo que se quiere es surfear con éxito las convulsionadas aguas del cambio.
“Necesitamos nuevos mapas. El paisaje cambió pero el GPS sigue siendo el mismo, por eso es que desaprender es tan importante como aprender. Hay que pasar de la mentalidad fija a la de crecimiento; de la escasez a la abundancia; de lo complicado a lo simple; de estar centrado en la empresa a estar centrado en el cliente; del control al empoderamiento; del “o” al “y”. La polarización no tiene lugar en el nuevo contexto”, aseveró.
Según Hermans, el mundo cambia a tal velocidad que ni siquiera sabemos de dónde vienen esos cambios y que precisamente por eso es fundamental ayudar a los líderes y a las organizaciones a adaptarse a una realidad en la que inteligencia artificial, robótica, biología sintética, blockchain, impresión 3D, medicina digital y nanotecnología forman parte de la vida cotidiana.
Vivir en un mundo VUCA
“¿Alguien sabe lo que significa VUCA?”, interrogó al auditorio. Ante el silencio generalizado, el profesor de la Singularity University explicó que aunque se trata de un viejo término -creado durante la Guerra Fría– describe a la perfección el entorno en el que nos movemos.
VUCA es un acrónimo de Volatility (volatilidad), Uncertainty (incertidumbre), Complexity (complejidad) y Ambiguity (ambigüedad). ¿Para qué apeló a esa definición? Para explicar que la disrupción viene de lugares inusuales.
“Es preciso derribar barreras, romper esos filtros que tenemos todos: personales, religiosos, políticos… Hay que mirar aquellas cosas que no tienen sentido o parecen irrelevantes porque no sabemos qué está pasando exactamente, observar de manera activa para encontrar conexiones entre la tecnología y nuestro mundo”, comentó antes de proponer a las CEOs un ejercicio en el que cada grupo debía imaginar –y escribir- cuáles serían las consecuencias positivas y negativas si hubiera superabundancia de algo.

VUCA es acrónimo de Volatility (volatilidad), Uncertainty (incertidumbre), Complexity (complejidad) y Ambiguity (ambigüedad). ¿Para qué apeló a esa definición? El profesor de Singularity University apeló al término creado durante la Guerra Fría para describir el contexto en el que vivimos.
Unos desarrollaron la hipótesis sobre la superabundancia de alimentos, otros del tiempo o del agua. Al final, la conclusión fue común: más allá del factor elegido o del sector al que representan todos son impactados, antes o después, por las decisiones del resto.
Ergo: podrá discutirse si la globalización está debilitada o si es conveniente buscar otro término para identificar a la realidad actual, pero de lo que no quedan dudas es de que la interconexión global sigue más fuerte que nunca y que para sobrevivir con éxito en el nuevo contexto resulta indispensable tener una visión amplia y abarcativa.