El Mercosur debe trabajar codo a codo con la Alianza del Pacífico en una agenda de cooperación regulatoria, disminución de los obstáculos al comercio, facilitación de inversiones, reconocimiento mutuo de los operadores económicos autorizados (OEA), un mercado regional digital y desarrollo de estadísticas sobre el comercio de servicios.
Tal es la recomendación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que actualizó días atrás un documento fundacional (“La Alianza del Pacífico y el Mercosur: hacia la convergencia en la diversidad”), convencida de que “la integración regional ya no es una opción sino un imperativo”, según señala Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva del organismo, en la introducción del trabajo.
“América Latina y el Caribe sigue siendo una de las regiones con menores índices de comercio intrarregional del mundo. Apenas el 16% de sus exportaciones se dirige a la propia región, muy por debajo del 50% que registran Asia oriental y América del Norte, y del 64% de la Unión Europea”, destaca Bárcena.
La agenda propuesta no sólo apunta a incrementar la diversificación de la matriz productiva regional y los intercambios entre los países latinoamericanos, sino a propiciar un entorno atractivo para la radicación de inversiones extranjeras.
El trabajo repasa la evolución del comercio global, con la recuperación marcada en 2017 del 4,7% en volumen, la más alta desde 2011 y también la primera vez desde ese año en que el comercio creció más que el producto bruto mundial.
Contexto
“Las proyecciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) para 2018 y 2019, si bien apuntan a un desempeño algo menos dinámico del comercio mundial que en 2017 (variaciones del 4,4% y el 4,0%, respectivamente), parecen confirmar la recuperación iniciada ese año”, explica el texto.
La CEPAL advierte, asimismo, sobre el giro unilateralista de los Estados Unidos, más consagrado al proteccionismo, hecho que se manifiesta en su retirada del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), la suspensión en las negociaciones de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP) con la Unión Europea y la forzada renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y de su homólogo con la República de Corea.
“En este contexto, la convergencia entre la Alianza del Pacífico y el Mercosur es necesaria y urgente”, advierten, toda vez que sugieren la posibilidad de que los Estados Unidos también revisen los acuerdos comerciales suscriptos con países latinoamericanos.
Según CEPAL, la región aún no logró despuntar uno de los comercios más favorables a las pymes, a la diversificación productiva y a las ventas de manufacturas con mayor valor agregado, es decir, el que se hace entre los países vecinos. “La profundización de la integración regional permitirá generar nuevos motores endógenos de crecimiento y reducir la histórica dependencia regional de las materias primas”, subraya.
No obstante, una mayor integración entre los bloques latinoamericanos depende del avance de negociaciones extrarregionales más avanzadas: el Nafta, el acuerdo entre México y Brasil, y el del Mercosur con la Unión Europea. Aún así, los técnicos del organismo dependiente de Naciones Unidas recuerdan que “es posible y conveniente” saltar de la “fase exploratoria” a una de “logro de acuerdos sectoriales”.
A continuación, las 5 propuestas de trabajo conjunto.
1. Cooperación regulatoria y reducción de obstáculos técnicos al comercio
“La Alianza del Pacífico ha desarrollado una fructífera agenda de trabajo en materia de reducción de obstáculos regulatorios al comercio. Hasta la fecha se ha acordado el anexo sobre productos cosméticos y existen negociaciones sobre productos orgánicos, dispositivos médicos, suplementos alimenticios y productos farmacéuticos. Todos estos instrumentos tienen por objeto eliminar obstáculos técnicos innecesarios al comercio”, destaca CEPAL, tras agregar que “parece recomendable avanzar (en el Mercosur) como ha hecho la Alianza del Pacífico, de modo sectorial, priorizando la búsqueda de acuerdos en aquellos sectores de mayor interés compartido entre ambos grupos”.
2. Facilitación de las inversiones
Este apartado consiste en transparentar y simplificar gradualmente las formalidades aplicables a la inversión extranjera. “A partir de 2015, Brasil ha asumido un claro liderazgo regional y mundial en este tema, que se refleja en su nuevo modelo de Acuerdo de Cooperación y Facilitación de Inversiones (ACFI). Sobre la base de ese modelo, el Brasil ha suscrito acuerdos de este tipo individualmente con los cuatro miembros de la Alianza del Pacífico”, ejemplifica.
El ACFI fue modelo del Protocolo de Cooperación y Facilitación de Inversiones Intra Mercosur, firmado en abril de 2017, y en febrero de este año Brasil presentó un proyecto de acuerdo sobre facilitación de inversiones en el marco de la OMC, que incluye disposiciones como el Ombudsman de la Inversión Extranjera, la Ventanilla Única Electrónica (VUE) y mecanismos para la prevención de controversias sobre inversiones.
“La Alianza del Pacífico y el Mercosur pueden converger en torno a una agenda de beneficio mutuo en materia de facilitación de las inversiones”, dice y propone “reducir los costos financieros, de recursos humanos y de incertidumbre en que han incurrido los miembros de ambos grupos al ser demandados en arbitrajes: un acuerdo plurilateral que contuviera mecanismos eficaces de prevención de controversias debería permitir minimizar el número de arbitrajes entre países de ambos grupos”.
3. Reconocimiento mutuo de los programas nacionales de Operador Económico Autorizado
La región, siguiendo los mandatos de la OMC, instrumentó programas OEA, pero con “diferencias en aspectos como los requisitos para obtener la certificación de Operador Económico Autorizado, los beneficios asociados a la misma y la duración de la certificación, entre otras variables. Por lo tanto, para maximizar el impacto de dichos programas sobre el comercio y las cadenas de valor regionales, resulta conveniente avanzar hacia mecanismos de reconocimiento mutuo entre ellos”.
Mientras la Alianza del Pacífico avanzó en la negociación de acuerdos de reconocimiento mutuo (ARM) entre las aduanas, “respecto del MERCOSUR no se tiene conocimiento de avances sobre este tema, pese a que el mandato para elaborar un mecanismo común de Operador Económico Autorizado data de 2004″, advierte CEPAL.
4. Avanzar hacia un mercado digital regional
CEPAL recuerda que la región “está rezagada” en términos de incorporación a la economía digital, por lo que alientan la “puesta en marcha de una estrategia común que integre progresivamente los distintos marcos legales y regulatorios”, hecho que “impulsaría las inversiones en la economía digital, con efectos positivos en el crecimiento, la productividad y el empleo para el conjunto de la región”.
En este punto, explica que ambos bloques se encuentran en “proceso de definición” de sus respectivas agendas digitales. La Alianza del Pacífico cuenta desde julio de 2016 con un subgrupo
sobre la Agenda Digital (SGAD), en tanto que en diciembre de 2017 se creó en el Mercosur el Grupo Agenda Digital (GAD).
La coordinación entre ambos grupos debe pasar a la acción, según el organismo económico. “Una iniciativa concreta y de alto impacto que ambos grupos podrían abordar coordinadamente sería la reducción de los cargos por itinerancia (roaming) que hoy se aplican a las comunicaciones móviles entre sus países miembros”, indica.
5. Cooperación en el desarrollo de estadísticas sobre comercio de servicios
“Los servicios representan ya dos tercios del producto global y un porcentaje creciente del comercio mundial, en particular si se considera el componente de servicios incorporado en las exportaciones de bienes. La competitividad internacional en la exportación de servicios, especialmente servicios modernos, depende de la existencia de un marco coherente de políticas en aspectos tan diversos como la tributación, la formación de recursos humanos y la infraestructura digital, entre muchos otros”, indica CEPAL.
Por este motivo, y para promover su desarrollo, reclama la generación de “información estadística sobre el comercio de servicios” por tratarse de “un insumo básico para el diseño e implementación de tales políticas”.
“Tanto la Alianza del Pacífico como el Mercosur presentan importantes carencias en este ámbito: sólo el Brasil, Chile y Colombia publican cifras por socio en algunas categorías de servicios, con niveles muy distintos de desagregación. Ello dificulta la formulación de políticas de estímulo sectorial, tanto a nivel nacional como mediante la acción conjunta, así como la definición de objetivos precisos en negociaciones comerciales sobre servicios”, concluye CEPAL.