SANTOS, Brasil (De un enviado especial).- A diferencia de las últimas tres grandes crisis de los últimos 20 años -crisis hipotecarias, financieras, y de demanda, en última instancia- la que todavía sufre la logística mundial y el comercio internacional es una crisis de oferta.

“No hay certeza aún respecto del retorno de la estabilidad. Todos los pronósticos parten de una base de volatilidad en las proyecciones que, en definitiva, no son tan buenas”, aseguró Jan Hoffmann, jefe de Logística Comercial en la Unctad, en charla virtual desde Ginebra, durante el 30° Congreso Latinoamericano de Puertos.

Hoffmann fue uno de los disertantes del panel “Escenarios y predicciones para el comercio, el transporte marítimo y los puertos”, la conferencia de apertura del congreso anual organizado por la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA) y producido por PR Ports.

Invertir en cadenas

Allí brindó las principales conclusiones del último informe de la Unctad, el Review of Maritime Transport 2022, donde se señala que los países deben incrementar las inversiones en las cadenas de suministro marítimas, y sus conexiones “a tierra” para enfrentar las futuras crisis, “no sólo desde el punto de la oferta, como demuestra la actual disrupción de la cadena de suministros, sino de otras estructurales como el cambio climático y la transición energética”, a energías más amigables con el medio ambiente.

“La crisis logística puso en evidencia el desajuste entre la demanda y la oferta marítima, lo que derivó en el aumento de los fletes, congestiones portuarias e interrupciones críticas de las cadenas de valor”, señaló Hoffmann.

Y brindó un ejemplo: “La crisis demoró la operatoria de los buques, que tardaban en puerto un 20% más de tiempo. Esto se traduce en un 20% menos de capacidad de buques” para movilizar mercaderías.

Más y más costos

Pero mientras la Guerra de Ucrania se acopló a la crisis logística impactando -el aumento de los fletes, además, llevó incorporado una inflación en los precios de las materias primas- el cambio climático impondrá mayores presiones hacia la industria marítima para modernizar la flota o reconvertirla a combustibles más limpios.

Nuevamente, esa presión se trasladará a precios.

Concentración e integración

No obstante, Hoffmann sorprendió con su reflexión respecto de la dinámica de la industria del transporte y la logística, fuertemente influenciada en el último tiempo por una brutal tendencia hacia la consolidación y la integración de servicios entre los distintos eslabones de la cadena.

“Hace 26 años que trabajo en temas de concentración, y en esta oportunidad no creo que la naturaleza de consolidación de la industria marítima tenga impacto en el aumento de los fletes del último año (que se quintuplicaron en relación con los niveles prepandemia)”, indicó.

“El hecho de que los fletes estén cayendo ahora es un indicativo de la relativa influencia de la concentración al respecto”, señaló, no sin dejar de advertir: “Lo que más nos preocupa de la concentración es el proceso de integración vertical. Hay que fortalecer las autoridades de defensa de la competencia”, concluyó, respecto del avance de las “antes” grandes operadoras marítimas que hoy están presentes en puertos, logística, almacenamiento, transporte aéreo y terrestre.

Sin baja en los fletes

A su vez, el director del Instituto Caribeño de Investigaciones, Ricardo Sánchez, regionalizó las proyecciones y subrayó que “las bajas en los fletes que señalan las consultoras europeas no se están dando en los tráficos de la región. Por el contrario, siguen altos y en algunos casos en alza”.

“La oferta de servicios se mantuvo estable. Pero la oferta real -es decir, la que contabiliza los servicios efectivamente prestados- se contrajo mes a mes”, subrayó, debido a la congestión portuaria, la suspensión de servicios y los problemas operativos derivados.

En efecto, mientras el cumplimiento, o la confiabilidad de los servicios marítimos, en 2019 promediaba 8 de 10, “este año entre 3 y 4 servicios se cumplen, lo que marca el nivel real de contracción de la oferta”.

“Es cierto, el mundo está viendo una tendencia decreciente de los fletes. Pero no se da de manera homogénea en todas las rutas. La costa este de América del Sur sigue con precios altos y crecientes, tanto para exportaciones como para importaciones, y tanto con Europa como con Estados Unidos”, concluyó.