Una cautelar mantiene en firme la restricción de salida de puerto para todos los remolcadores que la compañía Svitzer, del grupo danés Maersk, trajo a la Argentina.

La importación de los nueve barcos, fue realizada por Madero Amarres, sociedad integrada en un 80% por Svitzer y un 20% por Logística y Servicios Marítimos, del holding Meridian, que ganó el año pasado la licitación convocada por Enarsa para asistir en las maniobras de ingreso y amarre a los buques metaneros que la empresa estatal trae regularmente para abastecer a los regasificadores de Bahía Blanca y Escobar.

La cautelar sobrevino luego de un reclamo de la Cámara Argentina de Remolques (CAR). Establece la inmovilización de toda la flota de Svitzer en el país hasta tanto demuestre si otro grupo de barcos de su propiedad, que prestaron servicio de apoyo y abastecimiento a plataformas de exploración petrolera en las islas Malvinas, contaban con la debida autorización.

Asimismo, la CAR solicitará, por los mismos argumentos, la suspensión del contrato actual con Enarsa, donde sirven los remolcadores de Svitzer.

En una visita de un día, el director general de Svitzer Américas, Marc Niederer, dialogó con TRADE. Recordó que Svitzer “es la compañía de remolques más grande del mundo y tiene una historia de 180 años”, y descartó que el conflicto judicial se solucionará, en favor de la empresa danesa, en breve.

¿Por qué desembarcaron en el país recién el año pasado?

–Era muy difícil ser activos en el país, ingresar, por cuestiones locales. Nos diferenciamos por la seguridad y por la competitividad en precio. Ahora tenemos esta oportunidad para entrar. Enarsa, nuestro primer cliente, ahorró considerablemente en costos. Y lo vemos también en Bahía Blanca y ya hay otros clientes que quieren trabajar con nosotros.

¿Suelen trabajar con socios locales?

–Generalmente, sí.

¿Cómo los eligen?

–Tenemos un complejo proceso de selección. Somos Maersk, una empresa líder. Así que chequeamos, y si tenemos luz verde, nos asociamos.

¿Y con el socio argentino tuvieron luz verde?

–Sí, no lo hubiéramos hecho de otra manera. Pero quiero que quede en claro que esta operación (en la Argentina) es de Svitzer, el gerente local reporta directamente a mí. Manejamos la compañía, con nuestros estándares, y estamos para quedarnos a largo plazo. Tenemos desafíos, es normal. En ningún país nos reciben diciendo “Bienvenidos, tomen nuestro negocio”.

Ahora no pueden operar por una cautelar…

–Llevo dos meses en mi puesto. Estoy al tanto del tema. Confiamos en que la justicia liberará los remolcadores. Llevará tiempo, y tenemos tiempo. No vinimos por unos meses. Argentina está en nuestro portfolio de negocios. Hay que superar el primer año, pasa en todos los mercados. Son trucos de los que pelean por el negocio. Hay que respetarlo.

¿Planean seguir invirtiendo?

–Ya tenemos nueve remolcadores. Tenemos demanda en otros puertos. Es una gran inversión. Queremos liberar los remolcadores y luego ir paso a paso.

¿De cuánto fue la inversión?

–Hubo discusiones alrededor de este punto, y sé que escribiste al respecto (edición de TRADE del 20 de febrero). Cada remolcador fue tasado por especialistas independientes. Dicen que fue muy poco, pero si le preguntás a nuestro socio dice que es mucho (risas).

¿Pero cuánto se invirtió?

–Prefiero no hablar de números.

El Gobierno dio números…

–Queremos ser transparentes y abiertos con nuestro negocio. Pero prefiero no dar detalles. El gobierno sabe, porque lo declaramos. Tenemos historia, un nombre y una reputación (que va más allá) de unos pocos millones o de un 20 por ciento.