¡Mercosur, a las cosas! A 80 años de que el genial ensayista y filósofo español José Ortega y Gasset apelara a esa fórmula en un intento por revertir el “discusionismo crónico” y la vocación por el análisis al infinito de los argentinos, la figura encaja a la perfección para describir lo que ocurre en el Mercado Común del Cono Sur.

Rolando Kempff Bacigalupo, vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio de Bolivia.

Aunque ayer el bloque que conforman la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay cumplió 28 años, el comportamiento de sus integrantes sigue siendo más bien adolescente, y la falta de resultados concretos hizo que en el último tiempo se intensificaran los pedidos de reconfiguración del acuerdo sellado en 1991.

Durante la Conferencia de Comercio Internacional (CI19) organizada por la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) no solo hubo diagnósticos y críticas hacia el bloque, sino propuestas concretas sobre cómo encarar el futuro inmediato para alentar la supervivencia del Mercosur.

Pragmatismo y acción

En el primer panel del encuentro –“Mercosur: nuevo escenario político-económico regional”, representantes de las cámara de Comercio de Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia (en proceso de adhesión) y Chile (Estado asociado) hablaron sobre la necesidad de dotar de mayor pragmatismo y acción al bloque.

Beltrán Macchi Salín, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Paraguay

“Es necesario mirar la economía disociada de la política. En Paraguay lo logramos en los últimos años”, reflexionó Beltrán Macchi Salín, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de ese país.

Sus dichos tienen el correlato objetivo de los números: en los últimos 15 años, la economía paraguaya creció a un promedio de 4,5% anual (una cifra sustancialmente mayor que la de la mayoría de los países de la región) al tiempo que se redujeron los índices de pobreza.

Autocrítica del sector privado

En lo que puede ser leído como una autocrítica, Macchi Salín agregó que a la hora de hablar de integración, “la tarea está más del lado de los privados que de los gobiernos”.

Con diferentes estilos, los expositores coincidieron en que esa “integración real” –llave clave para asegurar la supervivencia del Mercosur- se puede logra a través de reforzar el intercambio concreto entre empresas de los diferentes países.

“¿Qué hacemos con el Mercosur? El gran desafío es hacerlo bastante más global”, dijo Jorge Guerrero, vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile, para quien “la globalización nos pasó por arriba” y por eso, más que discutir si existe o es buena, lo importante es avanzar de modo concreto en lo que permita construir una mayor integración.

Jorge Guerrero, vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de Chile.

“Hace 20 años se pensaba (y negociaba) en términos de intercambios industriales. Hace 20 años teníamos una economía industrial, hoy tenemos una economía digital”, respondió a Carlos Restaino (CAC), moderador del panel, cuando le preguntó sobre el papel de los acuerdos de libre comercio.

“No hay éxito sin sufrimiento”

Tras defender la importancia de esos tratados, Guerrero recordó que hoy Chile tiene acuerdos con el 90% del PBI mundial y señaló que ese fue un proceso que se fue dando paso a paso. “Los países se hacen con trabajo y decisiones y eso suele ser duro”, agregó.

Luego, se permitió ensayar un consejo para los anfitriones: “Sabemos que Argentina está en una situación complicada, pero aguanten, no hay éxito sin sufrimiento”.

Rolando Kempff Bacigalupo, vicepresidente de la Cámara Nacional de Comercio de Bolivia, recordó que su país quiere ser miembro pleno del Mercosur desde 2012, y que solo falta la aprobación parlamentaria de Brasil para conseguirlo.

Contó que de hecho hoy, sin ser miembro pleno, más del 60% de las exportaciones de Bolivia ya tienen como destino al Mercosur.

Diplomacia empresaria

Kempff Bacigalupo insistió con que impulsar un relanzamiento del bloque con eje en la practicidad resulta fundamental para que la iniciativa tenga perspectivas a futuro.

Y fue más allá, propuso que sea el sector privado el que de ese paso de forma práctica, por medio de lo que denomina “diplomacia empresaria”.

José Roberto Tadros, presidente de la Confederación Nacional del Comercio de Bienes, Servicios y Turismo de Brasil.

“¿Por qué si el mundo ya descubrió cuál es la vía para crecer el Mercosur sigue siendo un laboratorio de experimentos económicos?”, se preguntó José Roberto Tadros, presidente de la Confederación Nacional del Comercio de Bienes, Servicios y Turismo de Brasil.

Luego, agregó que “en casi 30 años de vida, el Mercosur no se ha desenvuelto como debía” y que por eso no se logró un verdadero proceso de integración.

“Es una región muy importante, con mercados interesantes para el Atlántico y el Pacífico. Estamos condenados a vivir unidos”, sentenció.

Luego, advirtió que si bien es cierto “falta una integración real”, si realmente se quiere lograr eso, la tarea está en manos de los empresarios.

“Si esperamos a los gobiernos, la tremenda burocracia que los caracteriza impedirá que eso ocurra”, agregó.

Salir a la cancha

Julio César Lestido, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Uruguay, defendió la idea de “refundar y replantear” el acuerdo sellado el 26 de marzo de 1991 porque “se ha discutido mucho el tema del Mercosur, pero en la práctica, los empresarios vemos poco”.

Julio César Lestido, presidente de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios de Uruguay.

Apeló a términos futbolísticos para graficar qué debería ocurrir: “Tenemos que actuar ahora. Hay que dejar de planificar tanto en el vestuario y salir a jugar todos a la cancha. Uruguay es un país pequeño que no puede darse el lujo de seguir hablando”, comentó.

El representante de Chile, a su turno, dijo que el bloque representa hoy un volumen pequeño en el PBI mundial.

Y luego acotó que teniendo en cuenta que “Mercosur significa Mercado del Sur, y no de tres o cuatro países”, para sobrevivir con éxito debe ensanchar sus fronteras sumando, por ejemplo, a la Alianza del Pacífico.

Nuevos socios

“Me encantaría ver un mercado bastante más amplio y con menos trabas. Los principales problemas del Mercosur son las restricciones autoimpuestas, y sus principales cuellos de botella, Argentina y Brasil que se llevan todo”, sentenció Guerrero antes de advertir que “las negociaciones no son unilaterales” y que para llegar a un acuerdo “siempre hay que ceder algo”.

En algo más de una hora de panel, los representantes de agrupaciones empresarias de la región dejaron en claro cuál es el gran salvoconducto para el Mercosur: lograr que la integración de escritorio se vuelva real, práctica y palpable.

Sólo que esta vez –dicen-, para llegar a buen puerto, el sector privado debería tener un claro protagonismo.