ROSARIO, Santa Fe.- “El despachante está atravesando un momento de mala prensa”, graficó Héctor Guillermo Vidal Albarracín, uno de los asesores del Centro Despachantes de Aduana (CDA) y especialista en derecho penal económico.
Según Vidal Albarracín, uno de los juristas que más trabajó por acercar a los jueces que tratan sobre delitos aduaneros con la actividad de los despachantes, para que conozcan más sobre los alcances de las responsabilidades y obligaciones de los auxiliares de la Aduana, “la situación no es favorable, ni desde el plano internacional, ni del local”.
En el plano internacional, el letrado advirtió que en la búsqueda por la mayor facilitación del comercio “hay una tendencia global de entender que la actuación del despachante no es necesaria o favorable, y se ve como un costo en la cadena logística”, señaló.
Sospechado y prescindible
Asimismo, en el ámbito nacional, el despachante tiene “la obligación de derecho público como auxiliar, y un carril frente al importador y exportador que es el cliente, en una relación de derecho privado. Para la Aduana, es muchas veces sospechado; para el privado, el despachante es prescindible”.
“Esto no se dio de un día para el otro. Fue un proceso de deterioro, y es muy difícil para una actividad tener que demostrar todos los días que es necesaria y conveniente. Al despachante se lo jerarquizó, es cierto, pero no se le dio la posibilidad de error, ni siquiera basado en buena fe”, valoró Vidal Albarracín.
Según el especialista, el ámbito de actuación del despachante se volvió peligroso.
“Falta criterio legal para distinguir entre delito e infracción aduanera. De acuerdo con la autoridad de aplicación, un mismo hecho puede ser delito o infracción, según la jurisdicción que le toque. Por otro lado, se percibe temeridad en funcionarios de aduana, y facilidad, hasta ligereza, en la interpretación judicial, todo lo que lleva a un aumento de la arbitrariedad”, indicó.
Derribar mitos
Vidal señaló que esta cuestión de mala imagen, que se extiende incluso al territorio de la Organización Mundial del Comercio (OMC) -que “parece no querer ver que el despachante trabaja en el contexto de las prohibiciones no económicas, es decir, la salud pública y la seguridad”- resulta conveniente “derribar algunos mitos”:
“El despachante no está en contra del e-commerce, sino que está a favor del control”, dijo en relación a este enfrentamiento que se propugna, donde los despachantes parecen contrarios a la agilidad del comercio. “Lo que los despachantes dicen es que no se puede prescindir del control, porque hubo casos ya, en el interior, donde apareció droga en envíos postales”, explicó.
En segundo lugar, dijo: “El despachante no está en contra del courier, sino en favor de la igualdad de tratamiento”, manifestó, en relación a que los prestadores de servicios aeroexpresos están regulados por resoluciones y no tienen estamento alguno en el Código Aduanero como el resto de los operadores.
“El despachante tampoco está en contra de ser un sujeto obligado por la UIF (unidad de información financiera), sino que cree que se debe limitar sus reportes a las operaciones inusuales, no a las sospechosas”, valoró, para concluir: “Tampoco está en contra del Exporta Simple, sino que pide que se le dé también intervención”, en el régimen simplificado, que los exlcuye.