
Marcos De Monte
Marcos De Monte, presidente de la Cámara Santafesina de la Industria Naval (CASIN) asumió la conducción de la Federación de la Industria Naval Argentina (FINA), durante la celebración de la asamblea general realizada en el Timón Club.
La FINA agrupa a los principales actores del sector y está integrada por la Unión de Constructores Navales (UCN), la Asociación Astilleros y Talleres Navales Argentinos (AATNA), la Cámara Industria Naval de Mar del Plata (CIN MdP) y CASIN. Además, cuenta con la participación del Astillero Tandanor y la Asociación Argentina de Ingeniería Naval (AAIN).
Estatuto y coyuntura
Por estatuto, su objetivo es promover y fortalecer la industria naval nacional. Por coyuntura prácticamente histórica, tiene el gran desafío de lograr desarrollar proyectos localmente, sin retrasarse en materia de innovación e incorporación tecnológica, y apostando siempre por uno de sus principales puntales: la calidad profesional de su mano de obra.
La Federación, por tal motivo, trabaja en estrecha colaboración con los astilleros, las cámaras sectoriales y otras entidades de la cadena para propender al impulso y crecimiento sostenible de la industria.
De Monte tomará las riendas para el período 2023/25, en reemplazo del marplatense Domingo Contessi.
Comisión
El joven presidente de FINA es ingeniero y presidente de Astillero Paraná Sur. Estará acompañado en la comisión directiva por Florencia Garrido (Cámara Industria Naval de Mar del Plata), Miguel Tudino (presidente de Tandanor) y Jorge Menin (Unión de Constructores Navales), en las vicepresidencias.
En tanto, Pablo Noël (Asociación Astilleros y Talleres Navales Argentinos) será el secretario de FINA, y María Juana Torresin (Unión de Constructores Navales), tesorera.
Transición
De Monte agradeció a Contessi su dedicación a la gestión de la FINA y destacó que la Federación “continuará trabajando en la misma línea que ha seguido en años anteriores”, reforzando los avances alcanzados y reafirmando el “compromiso de buscar una mayor confluencia con todo el sector, que ya ha demostrado una clara evolución y mayor rapidez hacia el éxito de nuestros objetivos”.
La FINA, como tantas otras centrales empresarias, tiene el doble desafío de lograr la cohesión y unidad interna y de presentar un un discurso sólido y coherente frente a las autoridades.
Ya se dio un paso en este sentido no sólo en la transición, sino en el consenso logrado para la presentación de una lista de unidad.
Agenda
La industria naval argentina deberá adaptar el paradigma de sustentar su trascendencia en hitos pasados, tal como lo hace la marina mercante y una gran mayoría de los actores industriales y productivos del país. Los cambios tecnológicos, geopolíticos, económicos y sociales imponen nuevas narrativas.
Por supuesto, siempre estará la política negociadora en materia fiscal y de financiamiento. Incluso de promoción sectorial. Pero la elección del modelo de lobby será fundamental: ¿Se atacará desde el proteccionismo las asimetrías con banderas regionales o se sentarán bases de integración comercial y productiva desde una perspectiva regional? ¿Se apostará a la construcción de buques de gran porte, se reflotará la producción seriada de barcazas, se conformará el sector con la industria de la reparación?
Más allá de “recuperar la competitividad”, una estrategia que no tiene por qué ser dejada de lado, ¿Cómo se reinterpretará la competitividad argentina, en un escenario donde el país se quedó en el tiempo y ancló el potencial empresario tras relegarlo frente a otras prioridades?
El desafío es enorme.