El capitán Pablo Pineda, secretario de la Cámara de Actividades de Practicaje y Pilotaje, y uno de los organizadores del Foro Latinoamericano de Prácticos que se realiza esta semana en Buenos Aires, advirtió sobre el error del discurso oficial de tratar la “baja de tarifas del practicaje” como mecanismo de “competitividad” para la economía argentina.

“Es equivocado pensar que prácticos más baratos significará que seamos más competitivos. Así lo piensan las autoridades, por falta de información, y los que se benefician por la calidad de nuestros servicios”, dijo, en referencia a los contratantes de prácticos (agencias marítimas en representación de los armadores o la carga, según el caso).

“Los que se benefician con una rebaja de tarifas van a verse perjudicados, aunque no lo noten, si la calidad del servicio se ve comprometida”, agregó Pineda.

El foro, noveno que se realiza en América Latina, reúne preocupaciones comunes a la actividad: la dialéctica entre estos profesionales cuyo activo reside en la calidad del servicio en resguardo de las vías navegables y el transporte de cargas y personas por el agua, por un lado, y la presión comercial de los armadores, puertos y gobiernos, que buscan –en todo el mundo- que este servicio sea más económico.

“Seguridad, eficiencia y competitividad no deben estar reñidas”, dijo Pineda, tras advertir que “lamentablemente los prácticos nos convertimos en un factor clave para que el país sea más competitivo frente a sus competidores”.

“Estamos inmersos –añadió- en un largo, denso e innecesario conflicto con las autoridades competentes por su empecinamiento en reducir tarifas, para así reducir costos con el mero interés de aumentar la competitividad”.

Luego de enumerar los errores conceptuales manifestados por los medios –entre ellos, que la “baja de tarifa de los prácticos reducen los fletes”, o que “su baja beneficiará a los productores y así vendrán más barcos”, e incluso que “debido a un paro de prácticos en la Argentina la soja subió en Chicago”- Pineda advirtió que, en ningún momento, las autoridades mencionaron la palabra “seguridad”, factor que hace a la esencia de la actividad de los prácticos en todo el mundo.

Más aún, mencionó que una reducción de tarifas de estos profesionales se traduce en una “transferencia de divisas del sector trabajador al exportador o cargador”.

“Así lo dice la experiencia. En los últimos 15 años, Fertimport que pertenece a una firma exportadora de cereales, goza de créditos dado por los prácticos de más del 40%, que va directamente a las arcas de su propietaria. ¿Trasladó este exportador el beneficio a los chacareros? ¿Hacen cola éstos últimos para venderles más? ¿Por qué dicen que si bajamos la tarifa se benefician los productores?”, preguntó Pineda.

La exportadora propietaria de Fertimport es la cerealera Bunge.

“Es un disparate decir que la baja de las tarifas de practicaje redundará en la baja del flete: este año los prácticos redujeron sus tarifas y el flete aumentó igual casi el doble”, amplió.

“La Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) nos acusó de ser una cartel oligopólico en sus recomendaciones para poner un máximo a nuestras tarifas. ¿Qué clase de cartel somos si tenemos que dar un 40% de bonificación, y si el agente se niega a pagar, y deja una deuda, la competencia le da igual trabajo porque el practicaje es un servicio público? Y lo tiene que hacer con las mismas bonificaciones”.

“Si las autoridades consideran que hay que poner un tope a las tarifas y que deben bajar, que lo hagan (dijo Pineda, el mismo día que se publicó el decreto que introduce modificaciones al servicio del practicaje), pero que no nos traten de mafiosos. No hacía falta este bochorno, extorsiones”, añadió.

Por último, recordó que en la Argentina los prácticos ya “contribuyen” con la mayor competitividad. “Dejamos de lado nuestra responsabilidad para colaborar con los dueños del negocio, y maniobramos buques que exceden el calado máximo recomendado por la autoridad marítima (Prefectura) y reconocido como límite máximo por la concesionaria (de dragado, Hidrovía SA)”, denunció.

En la práctica, los pilotos de buques señalan que no se respeta el margen de seguridad bajo la quilla del buque, se realizan maniobras de cruce en canales que quedaron angostos (debido al progresivo aumento del tamaño de los buques que ingresan al sistema, con mangas mayores) y que no se diferencia el calado dinámico del estático.

“Dejemos de lado la disputa por las tarifas y dejemos de buscar la competitividad a costa de la seguridad y nuestra responsabilidad. Que todo barco cargado a más de 34 pies navegue considerando su calado máximo”, subrayó.