El comercio con Brasil cayó un 19% en septiembre respecto del año pasado y un 16% respecto de agosto. Tanto las importaciones como las exportaciones se desaceleraron: en el caso de las compras, retrocedieron un 20%, mientras que las ventas lo hicieron en un 18%.
Tal como sucede con China, el segundo socio comercial de la Argentina, el intercambio con el principal aliado comercial, Brasil, también es deficitario para nuestro país: el acumulado negativo asciende a 4650 millones de dólares, y el desbalance lleva ya 9 meses consecutivos.
Cayeron los embarques a Brasil de vehículos para el transporte de cargas, trigo, centeno, cereales y harinas. Con relación a las compras desde Brasil, se redujeron principalmente las importaciones de autos, energía eléctrica y motores.
Restricción al valor agregado
Las restricciones a las importaciones van erosionando la capacidad productiva argentina y la posibilidad de agregar valor para diversificar las exportaciones.
Este proceso, que lleva años, hizo que la Argentina fuera perdiendo un lugar importante como proveedor de Brasil, a pesar de contar con las preferencias arancelarias de ser socio del Mercosur.
Hoy, el país ocupa el quinto lugar como origen de las importaciones brasileñas, superado por China, Estados Unidos, Rusia y Alemania.
En tanto, como destino de las exportaciones brasileñas, Argentina es el tercer cliente, detrás de China y Estados Unidos.