Con el amarre del buque portacontenedores Argentina C y tras 40 días de paro, Terminal Puerto Rosario (TPR) debería haber retomado las operaciones el lunes pasado. No pudo ser.
Luego de 5 semanas de intensas negociaciones en el Ministerio de Trabajo, entre la concesionaria de los muelles 1 y 2 del puerto rosarino, y el gremio de los estibadores -Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA)- se firmó un acuerdo para ponerle un cierre a un paro que mantuvo en vilo la economía internacional del área de influencia del puerto rosarino.
Acuerdo
Con la firma de la ministra Kelly Olmos, TPR y el SUPA acordaron una mejora sustancial en las paritarias, reconocimiento de los jornales no trabajados y la reincorporación de 20 de los 25 estibadores que habían sido despedidos.
No hubo acuerdo con 5 estibadores, despedidos con justa causa y denunciados penalmente. El SUPA estuvo de acuerdo en Trabajo con esta decisión, y volvieron todos a Rosario con la idea de retomar las operaciones.
“El puerto de Rosario siempre se mantuvo abierto”, indicaron desde la compañía, integrada por el holding chileno Ultramar y la argentina Vicentín, tras agregar que “la condición fundamental del acuerdo es el retorno a los puestos de trabajo”.
“Convocamos a todos los estibadores y las estibadoras a presentarse a trabajar con urgencia”, comunicaron desde TPR el lunes 9.
“Los 5 somos todos”
Pero el bloqueo a los accesos de la terminal nunca se levantó, en aparente solidaridad con los 5 estibadores que no fueron reincorporados. “Los 5 somos todos”, decían las banderas colgadas de los portones cerrados. La semana transcurrió con la misma tensión o mayor.
El clima de trabajo quedó totalmente enrarecido porque ninguno de los más de 300 trabajadores puede entrar a la terminal por la defensa que un grupo hace de los 5 despedidos.
El SUPA quedó esmerilado porque firmó un acuerdo y no pudo cumplirlo porque sus representados no lo respetaron. Desde Trabajo ya no pueden intervenir porque, en sus despachos, se logró un acuerdo, lo que sólo deja la vía judicial para resolver el conflicto.
Acorralada
TPR se está quedando acorralada, y todo da a pensar que hay intereses políticos en que así sea. Si bien las cámaras que agrupan a los puertos privados, a las aceiteras y cerealeras reclamaron una solución al conflicto, no parecen haber logrado mucho.
Incluso, el propio Enapro, ya casi no oculta su malestar con el concesionario. Según difundió La Capital, el organismo portuario que conduce Guillermo Miguel intimó a TPR a retomar operaciones de manera “urgente”.
“Habiéndose realizado por vuestra parte denuncias ante la justicia penal y estando garantizado en el día de hoy el ingreso de trabajadores para el reinicio de las actividades es que le solicito informe al Enapro en carácter de Poder Concedente cuál es el estado de situación y los motivos por el cual las actividades siguen sin iniciarse con todo lo que ello conlleva al sector productivo de Rosario y la región”, señala la carta.
“Solicito en forma urgente nos haga un informe detallado de situación y que se proceda al inicio de las actividades de forma inmediata”, dice, tras agregar: “Agradezco la respuesta a la brevedad posible en el marco contractual que nos vincula y con los efectos que genera la falta de actividad del puerto de Rosario”.