En 2008, la Argentina tocó un pico de participación en el comercio mundial y las exportaciones nacionales llegaron a representar el 0,55% del total.

En los últimos 15 años, caímos más de un 34% en las transacciones globales. Y ocupamos el puesto 54 en un ranking de 164 países registrados en la Organización Mundial del Comercio.

La Argentina está estancada en sus exportaciones desde hace 16 años, y durante todo ese tiempo el comercio internacional creció. 

No es un problema político, es un problema estructural. 

Y la prueba es que, en estos últimos 15 años, se redujo en un tercio la cantidad de empresas que venden al exterior. Con ventas concentradas en pocos productos, con precios fijados internacionalmente, la única salida es el valor agregado, y generalmente los grandes hacedores de productos con más valor son las pymes.

Pero en la Argentina, las pymes son responsables de sólo 7 de cada 100 dólares que ingresan al país en concepto de exportaciones. El promedio, en un país desarrollado, es de 18% de participación de las pymes en el total vendido.

Discurso y realidad

De nuevo, no es un problema de quién gobierne. Porque, indefectiblemente, cualquier presidente o ministro en funciones repetirá hasta el cansancio que hay que exportar más. Lo repetirá hasta vaciar de contenido lo que dice, y convertirá su discurso en una letanía mecánica.  

Porque, por la historia reciente, los resultados demuestran el abismo entre los dichos y los hechos. 

En este marco, la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) elevó su Estrategia Nacional Exportadora (ENE) a todos los partidos políticos que se presentarán en las próximas elecciones presidenciales, con el objetivo de trazar una ruta inequívoca: crecer a partir del desarrollo de los negocios internacionales, haciendo de la competitividad, la transparencia y la simplificación verdaderas políticas de Estado.

Desafíos específicos de Argentina

Retos estructurales y coyunturales para el país

Lejanía geográfica

Argentina es el país más austral del “hemisferio acuático” donde habita apenas el 12% de la población mundial. La distancia geográfica opera como una barrera comercial indirecta, dificultando la integración de las estructuras productivas de los países y el proceso de internacionalización de las Pymes.

Débil competitividad

Con el puesto 83 de 141 en el índice global de competitividad, Argentina está lejos de los países más competitivos del mundo y de la región, y la competitividad no ha sido nunca considerada como indicador de gestión pública. Esto limita las exportaciones y la integración en cadenas de valor.

Baja calidad

institucional

En comparación con otros países, Argentina tiene niveles altos de incertidumbre, volatilidad, inconsistencia y arbitrariedad, como así también niveles bajos de transparencia y de cumplimiento de sus compromisos.

Baja confiabilidad

En términos globales, Argentina es percibida como un socio poco confiable (niveles altos de riesgo país y valores altos de índices de default empresarial). Estos desafíos reputacionales limitan los procesos asociativos y de inversión. Asimismo, los giros en política exterior (ej. anuncio de ingreso a BRICS sin consenso mayoritario ni proceso de validación) generan perjuicios en un contexto de necesidad de socios confiables (friendshoring)

Estancamiento
en la inserción
internacional

Argentina pasó de participar en el 16% de los acuerdos vigentes en 1991 al 2% en 2023 (70% del comercio mundial se efectúa en CGV que se montan sobre acuerdos de comercio e inversión) y ha perdido oportunidades para captar flujos de IED.

Contexto global

Cuáles son las transformaciones profundas del sistema internacional

Entorno específico del comercio internacional

Principales tendencias en el mundo de los negocios

  • Crisis del multilateralismo

Se ha producido una parálisis de hecho de la OMC y de su Órgano de Apelación. De esta manera, se plantea la disyuntiva entre la Reforma de la OMC (con parámetros en disputa) o de un comercio global basado en el poder. Este último escenario sería el más perjudicial para Argentina que es país de ingresos medios y generalmente tomador de reglas. 

  • Proliferación de RTA

E los últimos años se ha observado un aumento significativo de acuerdos (360 en total) y mega acuerdos regionales (RCEP, TPP11, AFCTA). Hay que tener en cuenta que el 70% de los flujos del comercio internacional se dan en el marco de estos acuerdos. 

  • Nuevas dimensiones

Los acuerdos de comercio ampliados a inversión incluyen cada vez más dimensiones OMC Plus (compromisos más profundos que los acordados en OMC) y OMC Extra (compromisos en áreas que no figuran en acuerdos OMC). 

  • Exigencias en mercados de destino

Se observa en países desarrollados la imposición de nuevas exigencias que se tornan en barreras al comercio (ajuste de carbono en frontera y regulaciones sobre deforestación, entre otras) sin una regulación multilateral de consenso y sin respetar el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los requerimientos unilaterales por temas ESG son cada vez más importantes.

  • Subsidios industriales y verdes

En los últimos años, se ha producido una fuerte expansión de políticas industriales y subsidios verdes en las principales economías (EEUU USD 84 billones en 2019 siguiendo a China USD 248 billones en 2019), lo que genera distorsiones significativas. 

  • Asociaciones por geopolítica

Se observan movimientos de reconfiguración de cadenas de valor en base a criterios de resiliencia y seguridad: 1) decoupling/derisking, 2) re/friend/near/ally shoring. A su vez, ha crecido la “weaponización” de las relaciones económicas y comerciales. Hay un crecimiento de las sanciones y medidas restrictivas (seguridad nacional, etc.), las cuales se han duplicado con respecto a los niveles previos al Covid-19. 

  • Menor dinamismo económico

La evolución del comercio global y de la IED refleja un menor dinamismo de la economía global, y se observa un crecimiento de las asociaciones por afinidad geopolítica. 


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