CÓRDOBA (Enviado especial).– El presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Rubén García, destacó que tanto la inserción de Argentina en el mundo, el crecimiento de las exportaciones y la incorporación de tecnologías e insumos importados para la producción, como la participación argentina en las cadenas de valor productivas globales “no son posibles sin un comercio exterior previsible, transparente y competitivo”.
García inauguró el Seminario de Gestión Coordinada de Fronteras, el martes 28 de noviembre, el primero de una serie que organiza la CIRA junto con la Oficina Regional de Fortalecimiento de las Capacidades de la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la Dirección General de Aduanas (DGA) argentina. En esta oportunidad, se realizó en el campus de la Universidad Siglo 21, de Córdoba, que transmitió el evento por Internet vía streaming.
Allí disertó también el director general de Aduanas, Diego Dávila, quien brindó lineamientos indispensables para conocer la nueva agenda de la gestión que encara, fuertemente ligada a la facilitación y simplifación, y a controles inteligentes apoyados en la inversión tecnológica
Ejes de gestión
“La Cámara de Importadores tomó como uno de los principales ejes de trabajo para su gestión el fomento de la inserción de Argentina en el mundo, a través de la implementación de las disposiciones del Acuerdo de Facilitación de Comercio (AFC) de la Organización Mundial del Comercio (OMC)”, explicó García.

Rubén García (CIRA), a la izquierda, durante una reunión de trabajo con Dávila (DGA) y su equipo, y funcionarios de la OMA
“Tenemos en nuestras manos una oportunidad y una responsabilidad enormes: el sector académico con profesores y alumnos; el sector privado con sus representantes y el sector público con la Aduana, la AFIP y todos los organismos que nuclean el comercio exterior tenemos en nuestras manos la ardua tarea de transformar nuestro país en una nación previsible, transparente y competitiva en materia de flujos de comercio internacional“, agregó.
García hizo votos por “un trabajo conjunto, planificado y sostenido” entre la Academia, el sector privado y el Estado para lograr estos objetivos.
“La tarea es ardua y se construye día a día. No hay soluciones mágicas y el secreto será la constancia. El cambio cultural está en marcha y todos debemos ser protagonistas”, indicó.
Asimismo, reclamó la rápida conformación del Comité Nacional de Facilitación del Comercio, tal como lo prevé el AFC (ratificado por la Argentina a principios de año) y que “convoque formalmente a todos los sectores involucrados”.
García recordó que “entre un 25% y un 30% del comercio internacional de la Argentina pasa por las fronteras terrestres. Claramente, la mejora en la eficiencia de los puestos de frontera y el trabajo. No obstante esta cifra, el volumen de comercio fronterizo de nuestro país, comparado con otras economías del mundo, es ineficiente”.
A propósito, la gestión de la CIRA y la OMA incluyó la invitación a uno de los funcionarios de la Aduana de México, administra el comercio transfronterizo más activo en todo el mundo: con Estados Unidos.
Aniversario
Dos días después, García reforzaría los conceptos en ocasión de la celebración de los 110 años de la CIRA, festejo realizado en el Hotel Alvear Icon, de Puerto Madero.
Ante más de 500 invitados (la CIRA cuenta con más de 1200 asociados) el directivo reforzó el compromiso institucional de “seguir contribuyendo al crecimiento de la Argentina” y a propender a “la facilitación del comercio, la competitividad y la eliminación de trabas burocráticas, como elementos primordiales para el desarrollo de las cadenas de valor de todas las industrias instaladas en la Argentina”.
“La competitividad argentina crecerá significativamente con la baja de los costos operativos del comercio exterior y controles más efectivos, realizados en tiempo y forma. Estamos trabajando codo a codo con el sector público para agilizar el trabajo cotidiano de los importadores en nuestro país”, puntualizó.
Luego, destacó la necesidad de que la gestión de gobierno tienda hacia la “previsibilidad” que redunde en “la creación de nuevos empleos y la libertad de elegir qué productos o servicios adquirir, desterrando para siempre la dedocracia”.
Tras recordar que el 80% de todo lo que importa la Argentina son insumos para la industria, el comercio y los servicios, García dejó dos conceptos latentes en el auditorio como vectores del verdadero cambio cultural que necesita la Argentina para su definitivo desarrollo económico: “Trabajo y esfuerzo, de todos”.