SANTOS, Brasil (De un enviado especial).- Con un programa múltiple de visitas simultáneas a terminales de contenedores, de graneles y multipropósito arrancó el 30° Congreso Latinoamericano de Puertos de la Asociación Americana de Autoridades Portuarias (AAPA), el principal evento de la industria de la región.

Una de las recorridas fue a la terminal Brasil Terminal Portuario (BTP), propiedad conjunta de los operadores portuarios de Maersk (APM Terminals) y MSC (Terminal Investment Ltd, TIL), que comenzó a operar hace 9 años y cuenta con un contrato de concesión de 15 años, prorrogables por otros 15.

La terminal empezó a operar en 2013, pero inició las obras en 2009: dos años estuvo preparando el suelo y otros 2 para construir la terminal. La inversión total demandó US$ 800 millones.

BTP cuenta con 8 grúas postpanamax exactamente iguales, que le permite una productividad homogénea en la atención de buques de hasta 20 filas, distribuidas a lo largo de poco más de 1 kilómetro de muelle, capaz de atender 3 de buques del máximo autorizado por la Santos Port Authority: 336 metros de eslora.

BTP ostenta el récord de volumen operado, registrado en junio pasado, con 1.040.000 TEU.

Las 8 grúas postpanamax son alimentadas por 66 camiones tipo TTU, que recorren el playón buscando los contenedores ubicados por las 30 grúas RTG distribuidas a lo largo de la terminal. Los gates son 16.

Carlos Alvez, el planificador de buques de la terminal, guió la recorrida de un contingente de alrededor de 60 autoridades latinoamericanas, empresarios y proveedores de la industria, y explicó que la conformación accionaria del grupo “no otorga preferencia en lo que hace a la atención de buques, pero sí en lo que hace a los contenedores en el playón”.

La capacidad estática de almacenamiento supera los 41.000 contenedores, de los cuales 2100 son de tipo reefer. El tiempo de permanencia de un contenedor de importación ronda los 3 días, tiempos que preocupan más por los congestionamientos logísticos y del transporte terrestre que por la productividad de la terminal.

Sucede que, al menos en la margen izquierda, el acceso a las terminales es un largo corredor de empedrado, no exento de baches y en permanente mantenimiento.

“Tenemos grandes desafíos, entre ellos, lograr el ingreso del tren a la terminal”, señaló el operador de una de las tres principales terminales de contenedores (junto con Santos Brasil y DP World) del mayor complejo portuario de América del Sur.