La reseña anual que elabora la Fundación INAI (Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales) es un resumen perfecto que permite vislumbrar rápidamente cómo fue la agenda de temas internacionales del año pasado.

Sin embargo, el peso y la densidad de todo lo que ocurrió (o empezó a verse) en 2.018 dejan a cualquiera con la sensación de tener frente a si la síntesis de lo que podría representar una década “normal” en el devenir de la historia.

Desde el blanqueo de la denominada “guerra comercial” de Estados Unidos con China (al menos en lo formal, porque los expertos coinciden en que la embestida de Trump es contra el sistema mundial de comercio más allá de las escaramuzas con un país) hasta el Brexit sin Exit –por ahora-, pasando por un replanteo del papel y la eficiencia con el que la institucionalidad global afrontó (¿o esquivó?) las principales temáticas, la reunión del G20 en tierras propias y la evolución de los acuerdos comerciales tal como los conocíamos hasta ahora, todo tuvo lugar en un solo año.

¿Será que estamos siendo testigos de un verdadero cambio de época y que 2.018 quedará como el momento bisagra de esos cambios?

Tiempos exponenciales

Hace poco, durante una charla que dio en la Argentina, Kyle Hermans, profesor de Singularity University habló sobre la necesidad de fomentar el liderazgo exponencial y la capacidad de desaprender como métodos para sobrevivir con éxito a los cambios que se están dando principalmente de la mano de la tecnología, y que son tan rápidos como profundos.

Los presidentes de China y Estados Unidos, protagonistas centrales de la denominada guerra comercial.

La reseña del INAI no hace más que sumar elementos a esa teoría, con un valor agregado: además de enumerar los principales temas identifica aquellos que supondrán desafíos y requerirán seguimiento en el presente, e incluye las investigaciones y trabajos realizados por los especialistas de la Fundación así como las actividades desarrolladas por el INAI o en las que la organización participó.

En la presentación del trabajo se destaca que “la amenaza del proteccionismo finalmente se cristalizó” y que el comercio internacional se encuentra en una situación más endeble respecto de la relevada durante 2.017.

Efectos del proteccionismo

Según el INAI, esa fragilidad se expresó tanto en cierres de mercados, como en la volatilidad de los precios y en la desconfianza en la capacidad de las instituciones internacionales para resolver esos problemas.

Los analistas destacan que 2.018 estuvo caracterizado por el conflicto comercial entre Estados Unidos y sus socios comerciales, principalmente China.

“Con un creciente déficit comercial, EE.UU. comenzó una cruzada en pos del denominado “comercio justo”, imponiendo barreras comerciales, renunciando a tratados (o a ratificarlos una vez firmados, como el TPP -Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica-) y renegociando otros tantos (como sucedió con el ex NAFTA, ahora USMCA por sus siglas en inglés, Acuerdo de Estados Unidos, México y Canadá).

El trabajo del INAI sostiene que en el ámbito multilateral, la OMC no fue capaz de producir resultados demasiado importantes.

Más adelante, en la introducción a la reseña del INAI se enfatiza que “en el ámbito multilateral, la OMC no fue capaz de producir resultados demasiado importantes, tras la falta de acuerdos en la Conferencia Ministerial de Buenos Aires (realizada en diciembre de 2.017), y con escasa o nula capacidad para hacer frente al conflicto comercial en 2.018”.

Y entonces se hace referencia a una de las paradojas de las que fuimos testigos el año pasado: al mismo tiempo que el Órgano de Solución de Controversias -una de las funciones más importantes de la OMC– apareció muy activo debido al creciente número de casos iniciados a causa de la “guerra comercial”, se vio jaqueado por falta de designación de jueces para el Órgano de Apelación, lo que puede desembocar en una virtual parálisis del OSD.

El G20 en la Argentina

En ese contexto, se dio la presidencia argentina del G20, el “principal foro internacional para la cooperación económica, financiera y política” encargado de abordar los grandes desafíos globales con el objetivo de “generar políticas públicas que los resuelvan”, según describe en su página web la organización.

Integrado por las principales economías del mundo -la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, EE.UU., Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía-, a lo largo del año representantes del sector privado y público del grupo que representa el 85% del producto bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75% del comercio internacional, mantuvieron diferentes reuniones en distintas ciudades del país.

La actividad central fue la cumbre de presidentes y jefes de Estado, junto con los representantes de las principales organizaciones internacionales, como el FMI, la ONU, la OMC y la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras.

El documento del INAI señala que aunque se promovió una declaración en pos de la reforma de la OMC, todo quedó “corto en una proclama más asertiva en contra del proteccionismo y en pos del cumplimiento del Acuerdo de París sobre cambio climático”.

De acuerdo con la evaluación de la Fundación, para la Argentina la presidencia del G20 se trató de un elemento que más que nada marcó el regreso del país a la escena internacional.

“Tras años de escasa -o diversa- vinculación internacional, haber organizado la Conferencia Ministerial de la OMC en 2.017 y conducido al G20 durante 2.018, permiten dotar al país de una vidriera internacional relevante”, se agrega.

Aunque no se concretó en 2.018, la salida del Reino Unido de la UE (el denomindo Brexit) es una de las cuestiones a las que habrá que prestar especial atención en 2.019 debido al impacto de la medida en los mercados internacionales.

Mención aparte merece el Brexit, que si bien en 2.018 no tuvo un impacto significativo en los mercados internacionales, ocupará otro lugar durante 2.019 de concretarse el anunciado divorcio entre el Reino Unido y la UE.

La situación en el vecindario

¿Y por el barrio, cómo andamos? El trabajo del INAI destaca que a nivel regional las negociaciones comerciales avanzaron, aunque nuevamente quedó trunco el dilatado acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea.

Sin embargo, tras años de quietud, el bloque que integran Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay promovió rondas de negociación e inició charlas con EFTA (el Acuerdo Europeo de Libre Comercio, integrado por Austria, Dinamarca, Reino Unido, Noruega, Portugal, Suecia y Suiza), Canadá, Corea del Sur y Singapur, con diverso grado de éxito.

“El desafío para este año es materializar esos proyectos en acuerdos con efectos sobre el comercio regional. Lo que también estará sujeto a lo que ocurra al interior del Mercosur, y en particular, al vínculo bilateral entre Brasil y Argentina. Como se observó en el Escenario de Referencia Agroindustrial Mundial (ERAMA) 2027/2028, a pesar del complejo escenario internacional se perciben oportunidades para la agroindustria argentina”, sostienen en el INAI.

La situación indica, sin embargo, que aprovechar esas oportunidades requerirá la búsqueda continua de un mejor acceso de los productos argentinos a cada uno de los potenciales mercados, como también desarrollo de capacidades de adaptación y flexibilización ante un escenario cambiante e incierto.

Dado que en 2.018 los factores de incertidumbre y los riesgos para el crecimiento global se incrementaron en lugar de disiparse, habrá que dar seguimiento al contexto internacional para minimizar los efectos que pueda tener sobre la Argentina, y en particular, el sector agroindustrial, aconsejan.

Qué mirar en 2.019

A la hora de destacar el podio de los temas sobre los que poner la lupa en 2.019, el INAI señala al proceso del Brexit, los cambios en políticas públicas por parte de EE.UU., China y otros países emergentes, el desarrollo de la guerra comercial, la reforma de la OMC, el impacto de nuevas medidas proteccionistas o avances en procesos de integración (mega-regionales), la recuperación (o no) de la economía global y los vaivenes climáticos, entre otros.

Por todo eso, aseguran los especialistas, ya no alcanza con ser competitivos sino que es necesario además ser proactivos.

“Las líneas de trabajo son amplias, e incluyen la búsqueda de marcos jurídicos que respondan a las necesidades del sector, tanto a nivel local, regional y multilateral, la consolidación de mejoras temporales que pudieran existir para acceder a ciertos mercados, y la cooperación para reducir cualquier conflicto que pudiera desembocar en barreras sanitarias y fitosanitarias, entre otras. La acción conjunta y concertada de sector público y privado para hacer frente a la realidad internacional actual será clave para avanzar hacia la resolución de los nuevos retos”, concluye el INAI en la introducción a la reseña 2.018.

Lejos de ser novedosas, las demandas y necesidades para que el país se “suba al mundo” vienen predicándose hace tiempo, sólo que ahora la velocidad y profundidad de los cambios hace que la apertura de la ventana de oportunidades también cambie su velocidad.