El Instituto Nacional del Agua (INA) volvió a emitir un alerta por bajante en el río Paraná y advirtió que “no se espera una recuperación en las próximas semanas”.
“Prevalece una condición general de niveles en aguas bajas en el tramo argentino del río Paraná. Los niveles fluviales continuarán en esa condición por las próximas dos semanas, por lo menos”, destacó el último boletín del INA, según lo informado en el siguiente cuadro:
Incógnitas
Mientras la logística granaria no logra recomponerse de un panorama de estiaje que perdura desde 2021, la posibilidad de que una intervención a través del mantenimiento del dragado permanece una incógnita, tras la impasse que sufre la licitación realizada por el Gobierno para estas tareas por 180 días.
El concurso permanece en suspenso debido a la impugnación llevada adelante por el consorcio integrado por la dragadora danesa Rhode Nielsen y la argentina Emepa que, tras 25 años de encargarse del balizamiento en la vía navegable, pretende ahora incursionar en el dragado sin contar con antecedentes en la materia. Este fue uno de los motivos de impugnación realizado por la Administración General de Puertos (AGP), a cargo de la concesión transitoria y de la licitación “corta”.
Tensión
Con un clima administrativo atravesado por la tensión al interior de la alianza de Gobierno, toda decisión política quedó paralizada. De hecho, la AGP todavía no refrendó el dictamen que descalificó por múltiples motivos a todas las ofertas, ni adjudicó la obra a la única propuesta que calificó, ni declaró “fracasada” la licitación, alternativa que podría permitirle optar por una nueva compulsa.
No obstante, la indefinición administrativa no exime a la autoridad competente de caer en la judicialización del tema: los descalificados tienen motivos políticos para explorar esta vía, tantos como Compañía Sudamericana de Dragados si se decide cancelar la licitación actual tras haber sido la única declarada competente.
Esto, sin contar la presión laboral: la incertidumbre no es amiga de la conducción sindical y los gremios ya se encargaron de manifestarla en cartas documento enviadas al Ministerio de Transporte, donde exigieron una definición urgente.
Agravantes
Encima, el río y las lluvias no brindan alicientes a las demoras.
Fuentes de la Bolsa de Comercio de Rosario señalaron que “las reservas de humedad siguen ajustadas y la sequía sigue avanzando en la franja central de la región pampeana”.
“Las lluvias no fueron suficientes para recomponer la situación hídrica”, indicaron tras una consulta de Trade News, y agregaron que “las condiciones de lluvias se mantienen entre deficitarias y normales
Desde la Cámara de Actividades Portuarias y Marítimas de Rosario concedieron que la situación “mejoró sustancialmente con respecto al pico de la bajante registrado en agosto 2021”.
En esa época, la altura del río era de -35 cm, mientras que hoy es de +64 cm respecto del 0 de Rosario.
Merma
Sin embargo, y aún con esta recomposición, los calados actuales permiten despachos a 29,4 pies: en relación con las épocas normales, la merma en la carga ronda las 8000 toneladas en un buque tipo handymax y las 10.000 toneladas en un panamax.
“Estamos perdiendo casi una bodega completa” por la altura del río, señalaron a Trade News desde la Cámara, tras recordar los sobrecostos que implican para la logística “llevar las cargas por camión o tren, a lo largo de 800 kilómetros, para que los barcos completen en los puertos de Quequén o Bahía Blanca”.
Asimismo, los expertos consultados aseguraron que la situación se torna más compleja toda vez que “nos vamos acercando a la época de menores lluvias”.
“Si bien las precipitaciones siguen deficitarias, nos aproximamos al momento de menos lluvias en toda la cuenca, y las precipitaciones de los últimos tiempos se detectaron en las cuencas no reguladas (es decir, sin represas) por lo que esta recuperación circunstancial de la altura del agua -con precipitaciones por debajo de lo normal y sin lluvias en las nacientes- seguramente no se va a recuperar el caudal en la cuenca como se necesita”, coincidieron.
Con una situación climática e hidrológica complicada hasta el próximo verano, una logística más cara por la altura del río, el fantasma de una nueva crisis con el campo a partir de un aumento en los derechos de las exportaciones, el panorama de las exportaciones agroindustriales suman incógnitas, y las respuestas no son claras si este escenario se combina con una licitación marcada por el suspenso político, la amenaza judicial y la presión sindical.