Las perspectivas para 2023 no son demasiado auspiciosas para el comercio mundial: tras un crecimiento global del 2,5% en 2022, la Unctad -organismo técnico de Naciones Unidas en materia de comercio y desarrollo- prevé una “ralentización” al 2,2%.

Estas estimaciones son siempre proyecciones preliminares, y el contexto de su anuncio son los ajustes de políticas económicas a nivel general así como la restricción en materia de apoyo financiero, lo que hace asomar el fantasma de la “crisis de deuda” en muchos países, que se suma a otras dos, o tres, crisis adicionales: la sanitaria, la alimentaria y la climática.

“Las medidas de política monetaria y fiscal en las economías avanzadas amenazan con poner freno al crecimiento de la economía mundial y prolongar su estancamiento, causando un daño aún peor que la crisis financiera de 2008 y la pandemia en 2020”, advierte el “Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2022” de Unctad.

69 economías (2100 millones de personas) tienen inflación de 2 dígitos

Tasas y política fiscal

Se refiere puntualmente al alza en las tasas de interés y el ajuste fiscal encarado por las economías más avanzadas, que genera la consabida restricción del acceso al crédito en las economías en desarrollo. A la par, los coletazos de la crisis del Covid-19 y la guerra en Ucrania completan el panorama de “desaceleración mundial y retroceso”, alejando la figura del “aterrizaje suave”.

“Durante una década en la cual se mantuvieron los tipos de interés en niveles históricamente bajos, los bancos centrales no lograron ni alcanzar sus metas de inflación ni generar un crecimiento económico robusto. Cualquier creencia de que serán capaces de bajar los precios confiando en unos tipos de interés más altos sin generar una recesión es una apuesta imprudente”, advierte el informe.

El escenario para los países en desarrollo (y algunos desarrollados) es de “estancamiento e inestabilidad económica” producto de una coyuntura donde coexiste la caída de los salarios reales debido a la inflación, las políticas de ajuste fiscal para contrapesar, las turbulencias financieras derivadas y, en última instancia, la falta de una coordinación multilateral para evitar el “endurecimiento monetario excesivo”.

Recorte

Unctad estima que el alza de la tasa de interés de este año en Estados Unidos “va a recortar en US$ 360.000 millones los ingresos futuros de los países en desarrollo (excluyendo China), y son una señal de que se avecinan aún más problemas”.

“Aún hay tiempo para retroceder del borde de la recesión,” afirmó la secretaria general de Unctad, Rebeca Grynspan, tras agregar: “Tenemos las herramientas para contener la inflación y apoyar a todos los grupos vulnerables. Es una cuestión de opciones políticas y de voluntad política”.

De esta manera, el crecimiento proyectado del 2,5% para la economía mundial en 2022 se desacelerará a 2,2% en 2023, “con lo que el PIB real seguirá estando por debajo de su tendencia anterior a la pandemia a finales del próximo año”.

Precios al consumidor

Pero este panorama global se agrava en el caso de las economías en desarrollo, como la región latinoamericana.

Para la región, la caída pasó de un 6,6% en 2021 al 2,6% en 2022. Para 2023, las previsiones son de un crecimiento de 1,1% para América Latina y el Caribe.

“El ritmo de crecimiento estará marcado por las mayores economías, Argentina, Brasil y México, que tras crecer un 10,2, 4,6 y 4,8 por ciento en 2021, respectivamente, se deslizarán a un 4,1, 1,8 y 1,8 por ciento en 2022. Entre ellas, la actividad económica en México aún no ha recuperado el nivel de 2019 tras haberse contraído un 8,3% en 2020”, resume el informe.

Vulnerabilidad

“Para la mayoría de las economías de la región, el deterioro de las condiciones financieras mundiales y los giros de política económica en las economías avanzadas van a repercutir en el crecimiento, aumentando la vulnerabilidad a los choques externos”, advirtió Grynspan.

Las condiciones relativamente favorables de las exportaciones de productos básicos, que se vio hasta finales de 2021, “están volviéndose problemáticas, incluso después de tener en cuenta choques positivos en sectores específicos derivados de la guerra en Ucrania”, advierte el trabajo.

Si bien los precios internacionales de la energía, los alimentos, los fertilizantes y los minerales se dispararon durante algunos meses, se trató de “cambios específicos y de corta duración: por un lado, las ganancias inesperadas no se han repartido ampliamente y, por otro, en las actuales condiciones inflacionistas mundiales están ejerciendo presiones sobre los precios domésticos”, explica el reporte.

Y de nuevo, la desaceleración del crecimiento en las economías avanzada no hace más que aumentar “la volatilidad” en los mercados de commodities que “están excesivamente financiarizados”, es decir: los precio de las materias primeras no se expresan sólo por la oferta y demanda, sino por el componente de especulación financiera que ejercen los fondos de inversión sobre las empresas del sector.


Imagen de portada: “United States Federal Reserve System” por KJGarbutt (CC BY 2.0.)