El complejo portuario que visitaron en Campana el presidente Mauricio Macri, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal y el subsecretario nacional de Puertos, Mariano Saul, en Campana el martes último es una alternativa en la gatera del sistema metropolitano de terminales.

Tajiber es el tercer emprendimiento portuario que encaró el empresario argentino Daniel Swier, junto con sus cuatro hijos, y continuando la visión del padre y el mandato de raíces holandesas de “obsesionarse” por hacer más eficiente la logística.

Hoy son 40 hectáreas terminadas sobre un predio de 240 hectáreas, casi el triple de superficie del actual Puerto Buenos Aires.

El diseño incluye 300 metros lineales de muelle sobre el río Paraná, y 1600 adicionales divididos en dos frentes de 800 gracias a una dársena dragada por la empresa, cuya boca de entrada permite un giro de 300 metros. Estos frentes están pensados para recibir buques Ro-Ro y remolcadores con barcazas para atender los transbordos de Paraguay, Bolivia y el sur de Brasil, con una infraestructura tablestacada a 32 metros y con varias hectáreas de retroárea como pulmón operativo.

En total, los Swier idearon un complejo en Tajiber de 1900 metros de frente de atraque, en una zona en la que el río tiene 11 metros de calado.

Origen

Pedro Swier arrancó en la década del 50 con una empresa de camiones. Pedro y Daniel, sus hijos, la potenciaron hasta convertirla en una de las empresas de transporte y logística más importantes para la industria petrolera y la carga proyecto: Don Pedro, como comenzó a llamarse en 1971. Los hermanos luego seguirían por caminos separados, uno conitnuó con la apuesta a los camiones y el otro busca el “punto a punto”, la logística integrada, una idea del padre de juntar origen con destino con un único actor responsable encargándose de todo.

Daniel Swier compraría entonces Euroamérica y Maripasa para terminar complementando la oferta con Tajiber, que demandó 110 millones de inversión en su primera etapa. Las terminales están ubicadas en los kilómetros 98, 96 y 92 del río Paraná, respectivamente.

Euroamérica se especializa en carga seca, productos siderúrgicos y fruta, como en su origen. Maripasa, en tanto, hace exclusivamente granales. Tajiber completa la oferta de servicios portuarios con playas para autos y contenedores.

Largo plazo

La terminal multipropósito cuenta hoy con todas las habilitaciones para empezar a operar. Pero, como en otros proyectos portuarios de envergadura, se trata de una inversión de largo plazo. “Más largo de lo que pensábamos”, bromea Swier.

Si bien son constantes las reuniones con los operadores de terminales interesados en trabajar una alternativa a metros de la Panamericana, la ruta 6 y 80 kilómetros del Puerto Buenos Aires, el momento en que el proyecto se ideó y comenzó a madurar desaceleró el ímpetu pero no frenó las inversiones.

El predio se compró en 2012, y las habilitaciones finales llegaron en noviembre de 2018. Si no hay movimiento es porque la recesión ahogó al mercado y el principal negocio que podía arrancar, el automotriz, es tal vez uno de los más golpeados.

Accesos

Tajiber tendrá una playa de camiones (con una salida dedicada a Otamendi) y está en plena obra el terraplén para el desvío ferroviario que llevará el tren (NCA) al muelle principal, construido con 3 refuerzos por zonas delimitadas: 15, 7 y 4 toneladas por metro cuadrado. Muelle a muy largo plazo, apto para cargas proyecto.

La idea contempla una playa de estacionamiento de autos en altura (4 pisos), como en puertos asiáticos, y se complementa con 100 hectáreas de depósitos nacionales y 90 de fiscales.

Moderados en las proyecciones, cautelosos por el escenario, pero con la persistencia del convencido, los Swier saben que la ubicación tiene ventajas envidiables y que, en un contexto de crecimiento económico sostenido y despunte del comercio exterior decantará como opción rápidamente.

Alternativa o reemplazo

Por tierra, está cerca de los centros industriales. Por el agua, se ubica antes del puente de Zárate-Brazo Largo y de las limitaciones que impone la “curva del Este” viniendo desde el Río de la Plata, y muy cerca de Escobar, donde llegan gaseros de 340 metros de eslora. La ductilidad en la navegación por la zona les permitiría a los buques la asistencia de sólo un remolcador.

El grado de desarrollo de Tajiber dependerá (recesión al margen) en gran parte de su rol oscilante para operar alrededor de 300.000 TEU como alternativa/complemento, por un lado, a un Puerto Buenos Aires que se debate su futuro este año. Por el otro lado, en un escenario de máxima, como reemplazo y absorción de cargas, siempre y cuando un operador de terminales de peso traiga los servicios y Buenos Aires finalmente no logre perpetuarse como principal puerto de contenedores del país.

Las variables dependen hoy menos del proyecto de los Swier, que de un desenlace político con coletazos en lo económico e impactos directos en las inversiones portuarias y en el comercio exterior.