Fue un acuerdo entre dos empresas, pero es también la demostración del potencial económico y el valor agregado posible que las zonas francas pueden darle al comercio exterior argentino. En el caso de la inversión anunciada por la norteamericana Nitron en la Zona Franca Santafesina, la eficiencia y reducción de costos la percibirá la agroindustria argentina, pero también de los países mediterráneos de la región, como Bolivia y Paraguay, y los estados brasileños más alejados del Atlántico, cuya logística es más económica bajando por el río que cruzando Brasil por camión hasta tocar sus propios puertos.
Días atrás, en Estados Unidos, se formalizó el acuerdo entre el trader líder de fertilizantes global Nitron, y PTP Group, empresa concesionaria de la zona franca de Villa Constitución, enclave que logró su habilitación aduanera recién este año, luego de varios meses de licitada, y tras más de 20 años de frustraciones para el comercio exterior provincial.
El anunció de una inversión por US$ 40 millones toma contexto tras ser la primera inyección de capitales norteamericanos en formalizarse luego de la visita del presidente Mauricio Macri a Estados Unidos. Pero asume máxima relevancia tiene para el comercio exterior, la provincia de Santa Fe, el alicaído régimen argentino de zonas francas y, por último, la hidrovía Paraná-Paraguay.
¿Qué es una zona franca? Es un régimen aduanero especial, que permite exenciones impositivas, mayores tiempos de almacenamiento respecto de un depósito fiscal y contempla, además, la posibilidad de realizar fraccionamiento de las mercaderías: así, mejora ostensiblemente el flujo financiero de importadores e industriales que sólo nacionalizan cuando lo necesitan.
Las zonas francas, que en esencia permiten una importante reducción de costos operativos, son herramientas muy extendidas en todo el mundo, sin importar el grado de desarrollo económico del país. En la Argentina se está debatiendo una modificación sustancial a la ley 24.331 para potenciarlas, porque su desarrollo no conoció el potencial que la herramienta permite.
En el país, es la Zona Franca La Plata la de mayor envergadura. Santa Fe licitó su propia zona franca en Villa Constitución, en un predio de 60 hectáreas sobre el río Paraná con casi 700 metros de frente de atraque, y la adjudicó al holding portuario nacional PTP Group por 30 años. La habilitación aduanera llegó 3 años después de la adjudicación, en 2014.
Jugador regional
PTP Group es un proveedor integral de logística fluvio-marítima y operaciones portuarias en la Argentina, Uruguay y Paraguay, con planes de expansión, siguiendo el curso de la hidrovía Paraná-Paraguay –el campo de acción de la empresa– a los estados de Mato Grosso do Sul y Mato Grosso do Norte, en Brasil.
La empresa realiza el transbordo de cargas de buques oceánicos a barcazas, tanto de subida (por ejemplo, fertilizantes que llegan desde el exterior y necesitan ir al norte argentino o Paraguay), como de bajada (granos de exportación que vienen en barcazas, donde el río tiene poco calado, y transbordan a buques oceánicos).
Asimismo, administra terminales portuarias en Nueva Palmira (Uruguay), Villeta (Paraguay), y en Buenos Aires (Ramallo y Lima). Con la zona franca de Villa Constitución, crea un pulmón operativo temporal e impositivo para las cargas de la hidrovía Paraná-Paraguay.
“No teníamos hasta ahora una plataforma de eficiencia. El volumen operado estaba muy determinado por lo que se podía hacer en materia de transbordo directo barcaza-buque, y viceversa, pero la proyección de cargas que arroja la hidrovía hace que esa coordinación sea ya obsoleta. En un mercado de commodities, con precios tan variables y marcado por grandes volúmenes, esa logística se volvía deficitaria”, dijo en diálogo con TRADE Guillermo Misiano, presidente de PTP Group.
“La zona franca permite proyectar crecimiento y mejorar la logística de las cargas regionales, y explorar incluso mercados mediterráneos, así como también el crecimiento argentino”, agregó, tras destacar: “A partir de ahora agregamos mayor valor para los clientes y a PTP le permitirá duplicar los volúmenes operados. Es un punto de inflexión para nosotros”.
La operatoria logística se modificará radicalmente. En lugar de múltiples buques (cuyos fletes se incrementan con la mayor cantidad de escalas) se contará con un centro de abastecimiento regional para la hidrovía.
Puerto franco
La concesión establecía un plazo para hacer uso de la opción de construcción de un puerto. “Ejecutamos esa opción, pero con la demora de casi un año y medio para la habilitación aduanera de la zona franca, el proyecto de puerto quedó suspendido porque no tenía sentido. Ahora sí, vamos a retomar el trámite para la habilitación de la terminal”, señaló Misiano. PTP ya tramita la licencia en la Secretaría de Medio Ambiente de Santa Fe. Luego vendrá el pedido de habilitación en la Subsecretaría de Puertos.
“Este tipo de negocios, como el que firmamos en Estados Unidos, nos da la base crítica para amortizar el proyecto portuario”, apuntó el ejecutivo.
Lo Zona Franca Santafesina tiene una ventaja comparativa respecto de las operaciones que el grupo realiza también en Nueva Palmira.
“Nueva Palmira está en un extremo de la ruta a San Martín-Timbúes, que es la zona de transferencia”, indicó. El negocio marítimo es sencillo, pero el fluvial es más complejo. La zona de transferencia está en el kilómetro 456 de la hidrovía y para llegar desde allí a Nueva Palmira hay que sumarle 6 días de navegación fluvial, con el consabido costo. Además, el 90% de los buques que van a Nueva Palmira, va luego a San Lorenzo a cargar.
“Queríamos estar lo más cerca posible del kilómetro 456, y por eso la zona franca es fundamental. La figura es la misma que opera en Nueva Palmira, pero la diferencia está en la logística. Es más competitivo el round trip”, añadió Misiano.
No obstante, los volúmenes hidroviarios se multiplicarán con los años. Según las proyecciones, se necesitarán más puertos y repotenciar los actuales para atender una demanda que en los próximos 7 años pasará de las actuales 16 a 18 millones de toneladas (transportadas por la hidrovía) a más de 55 millones en 2030.
Tipos de carga
El mayor movimiento, claramente, será la bajada de cargas por el río. Pero el modelo de zona franca y la inversión de la norteamericana Nitron para el abastecimiento y distribución de 150.000 toneladas de fertilizantes sólidos y 40.000 toneladas de fertilizantes líquidos puede replicarse con cargas argentinas, bajo la misma figura, como mercaderías del complejo siderúrgico, combustibles, aceites y otros insumos industriales.
“Es una oportunidad para estudiar y cambiar los modelos de distribución en los mercados de la hidrovía”, ilustró el presidente de PTP Group.
La segunda instancia, contemplada por el régimen de zona franca, está en línea con el agregado de valor y el fraccionamiento. Y mucho más adelante, con la figura del puerto franco, con muelles propios.
La norteamericana Nitron, con sede en Connecticut, es la segunda trader de fertilizantes de todo el mundo y la mayor de América latina. Con una facturación de 1600 millones de dólares, vende en la Argentina 1,3 millones de toneladas, 800.000 en Brasil, 500.000 en Uruguay y 240.000 en Paraguay.
¿Qué beneficios le reportará la zona franca al trader? “Mejorar la eficiencia de la compra y la logística just in time para los importadores de fertilizantes, y una presencia más eficiente en la hidrovía”, indicaron en Nitron.
Esta inversión, así, tilda varios casilleros: la nueva época política y económica argentina que liberó el potencial del campo con medidas acordes, la confianza internacional en la hidrovía Paraná-Paraguay y la capacidad del régimen de zonas francas para el comercio exterior y la logística.