Un cuarto de siglo pasó hasta que en 2017 la AFIP habilitó la zona franca de Villa Constitución. Un año más tarde, en 2018, la provincia de Santa Fe declaraba finalmente operativa la Zofravilla, concesionada al operador portuario PTP Group. Y hace apenas unas semanas, comenzaron a realizarse las primeras pruebas con distintos tipos de carga para probar no sólo el funcionamiento del ingreso en zona franca, sino sobre todo la documentación de esas cargas.
“El Sistema Malvina es prácticamente nuevo y va a andar muy bien porque va a cambiar el paradigma de la Aduana argentina y su mala prensa, porque le va a dar mucha previsibilidad al comercio exterior, al agente de transporte (aduanero), al despachante de aduanas y a los cargadores”, sostuvo el presidente de PTP Group, Guillermo Misiano, al destacar que el sistema aduanero además sufrió muchas modificaciones que fueron demorando la puesta a punto del “campo” zona franca.
Luego de varios ensayos, ajustes y prueba y error, la sintonía fina fallaba porque el sistema “no tenía previsto aún la opción de zona franca, es decir, estaba el tránsito o la opción de importación directo a plaza, pero no la de zona franca, con lo que hay que empezar a realizar modificaciones en el sistema. Para eso vamos realizando pruebas como ingreso desde el barco, o haciendo salir la mercadería a nombre de mismo usuario, probando la transferencia entre usuarios: todo lo que en zona franca funciona y está aceitado pero que en una zona franca nueva requiere transitar el camino”, manifestó Misiano.
Lanzada
Luego de las simulaciones para verificar que todos “los campos” del sistema estuvieran en condiciones de permitir la documentación, la zona franca santafesina se encuentra en plena gestión comercial y operativa, buscando clientes que acompañen este proceso crítico y que estén en condiciones de disponer mercadería en la zona.
“Afortunadamente lo operativo y lo comercial están saliendo muy bien. Estamos manejando distinto tipos de mercaderías y, con el sistema probado, nos estamos lanzando en una gestión comercial más agresiva para concretar proyectos en carpeta”, apuntó Misiano.
El empresario nicoleño cuenta con una trayectoria de emprendimientos con innovaciones logísticas, que le permiten hacer explorar “todo el sistema hidroviario” en puertos propios de la Argentina, Uruguay, Paraguay y próximamente en Brasil.
Parte de esa gestión contemplaba un mega acuerdo con la segunda mayor empresa de fertilizantes del mundo, la norteamericana Nitron, para usar la zona franca como escala estable del producto, y realizar entregas “por goteo fluvial” en la región, en la medida que se necesite, minimizando contingencias financiera, económica o cambiaria y, en definitiva, explotando todas las ventajas que permite esta herramienta del comercio exterior, con las limitaciones, no obstante, de una legislación antigua que aguarda su revisión.
Muelle propio
En cuanto al puerto de la zona franca, hace pocas semanas se iniciaron los trámites ante la Dirección Nacional de Control de Puertos, que dirige Martín Hagelstrom dentro de la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante, para obtener la declaratoria de obra portuaria, dado que ya está aprobado el anteproyecto técnico.
“Creemos que durante este primer semestre estará culminado el trámite, porque el proyecto fue revisado por la Dirección. Estamos ganando mucho tiempo. Hay una diferencia abismal de lo que es la actual Subsecretaría con gestiones anteriores. Los funcionarios empujan los proyectos para que salgan”, reconoció Misiano.
En los últimos años, Misiano presentó varias iniciativas portuarias y logísticas a lo largo del río Paraná. Encontró trabas de distinto tipo y en todos los ámbitos: desde trámites bloqueados a nivel municipal hasta decretos provinciales que no prosperaron y provocaron la caída de inversiones extranjeras por el paso del tiempo y el cambio de condiciones macroeconómicas, que se combinó de manera negativa con la inseguridad jurídica a la hora de recibir y proteger las inversiones propuestas.
En el caso de Villa Constitución, llevó tiempo hasta que la municipalidad entendiera que el proyecto equivalía a creación de puestos de trabajo. “Hoy estamos en pleno procesos de puesta en marcha piloto, y ya tenemos 50 personas trabajando en la zona. Es toda gente de Villa Constitución. En las próximas semanas iremos sumando 10 puestos más, y la demanda crecerá a medida que crezca el movimiento”, explicó.
Vaca Muerta
Zofravilla presentará su caso en un evento de fracking que se realizará en junio en la Argentina. “Las proyecciones hablan de un consumo de 4 millones de toneladas de arena. Tenemos una alternativa emulando el negocio de los centros de distribución regionales, una logística donde el importador compra just in time y deja sólo un stock crítico en Añelo”, explicó.
Misiano asegura que desde la zona franca “se llega más barato que desde Bahía Blanca” a los pozos de shale.
“La única diferencia está en el mayor flete terrestre, pero los costos portuarios son mucho más baratos en el río que en Bahía Blanca que, no obstante, es el puerto natural para las arenas. Nosotros vamos a agarrar lo que rebalse de Bahía. Por ejemplo, si Tecpetrol necesita comprar se contacta con un trader que junta varios pedidos y luego arma el barco. El comprador así planifica 3 o 4 meses antes de que necesite la materia prima y luego se tiene que ocupar del barco cuando llegue”, explicó Misiano.
“Nuestra propuesta es que el fabricante se posicione en la Argentina con la arena en zona franca y, en lugar de vender desde Houston, venda semanalmente y abastezca, según necesidad, desde la zona franca. Se logra así una economía que maximiza la logística”, añadió.
La visión de Misiano radica en que Vaca Muerta es un proyecto enorme, desde el sur de Mendoza hasta el sur de Neuquén. A primera vista parece que hubiera espacio para todos. Pero mover millones de toneladas de un commodity requiere, en determinado momento, pensar la logística que permita ganar en los centavos.